[su_box title=»VOCES DE LOS JÓVENES» box_color=»#131212″]Este artículo fue producido por la estudiante de Mission High School Nigina Khamidova, como parte de un programa estudiante después de la escuela, que fue una colaboración entre Mission High y El Tecolote. El programa fue coordinado por Jay Jasper Pugao, Coordinador de Programas Escolares, y facilitado por Mabel Jiménez, miembro del equipo de El Tecolote.[/su_box]

El alumno Rexy Amaral en la oficina del programa After School de la Preparatoria Mission. Foto Nigina Khamidova

“Nuestra sociedad y nuestras escuelas fueron construidas como espacios para ‘chico’ o ‘chica’ no para las personas en transición”, dijo el alumno de la Preparatoria Mission, Rexy Amaral quien se identifica como gay y que, siendo también artista drag, a veces asiste a la escuela vestido de mujer.

“Antes de decirle a alguien la verdad, yo no quería ser quien soy. A menudo pensaba en mi sexualidad y el género como algo malo… Quería ser un chico normal, al que le gustaran las chicas, jugar algún deporte, y ser súper guapo”, recuerda Amaral.

Nuestra sociedad es como el sistema binario de una computadora: sólo acepta 0 y 1, y no funciona si se le añade 3, 4 ó 5. En un sistema binario de género existen sólo dos tipos: los hombres heterosexuales que son rudos, varoniles y sin emociones, y las mujeres heterosexuales de quienes se espera sean débiles, gentiles y femeninas.
“No golpees como una niña”, dice el entrenador de fútbol, según algunos estudiantes. Esta expresión refiere a la feminidad como sinónimo de debilidad y muestra que la naturaleza femenina no ha logrado plenamente el respeto en nuestra sociedad.

La falta de conciencia acerca de la comunidad LGBTQ puede conducir a una vida estresante para estudiantes como Rexy, quien fue intimidado antes de declararse abiertamente. Rexy recuerda: “en séptimo grado, mi segunda semana en la escuela Horace Mann fui golpeado por tres estudiantes, mientras un grupo de estudiantes solo observaban”.

Los estudiantes LGBTQ pueden sufrir bulling fácilmente ante la ausencia del profesor.

“Hay un montón de cosas que no vemos”, dice el profesor de Inglés Clemevel Fuentacilla. “En los pasillos, escaleras, si no hay profesores alrededor, habrá estudiantes que traten de meterse con ellos”.

El alumno Rexy Amaral se graduó de la Preparatoria Mission el pasado mayo. Cortesía Rexy Amaral

Nuestra escuela es más segura para estudiantes LGBTQ de lo que era anteriormente.

“No quiero decir que este lugar no sea seguro. Sé que tenemos algunos estudiantes trans, gay o bisexuales y se sienten seguros”, dijo Taica Hsu, profesor de matemáticas en la Preparatoria Mission y consejero del club Alianza Gay-Heterosexual (GSA).

En el club GSA, los estudiantes y profesores discuten cómo hacer que la escuela sea un lugar mejor para los estudiantes LGBTQ y crear conciencia acerca de las diferentes orientaciones sexuales y géneros que algunos estudiantes podrían no saber que existen o capaces de entender.

GSA organiza eventos para la comunidad LGBTQ en la Preparatoria Mission. Uno de los eventos más importantes es el Drag Show anual, durante el cual las personas bailan y comparten historias sobre cómo declararon ser LGBTQ a sus familiares, amigos o en la escuela.

Otro caso es el ‘stand del matrimonio’, donde pueden declarar su amor y casarse con quien quieran. Se pueden proponer y poner un anillo pop y obtener un certificado de matrimonio.

También está el ‘Día para salir del armario’, durante el cual las personas pueden salir tal como ellos quieran. Y otro gran evento es el Día Nacional de Silencio. Los profesores y estudiantes pegan cinta adhesiva a su boca y hacen un voto de silencio para mostrar al mundo cómo sería si no existieran personas LGBTQ.

“Es la manera de mostrar al mundo que hay más personas LGBTQ de lo que se piensa”, dijo Hsu. “Cuando [la gente] ve el espectáculo o conoce a alguien LGBTQ, cambia su percepción acerca de [la] comunidad”.

“Los estudiantes LGBTQ son como cualquier otro”, dijo Fuentecilla. “Podrán sentirse mal, confundidos, raros o que están equivocados, pero está bien ser gay”.

— Traducción Katie Beas