George Crampton-Glassanos (a la derecha) junto a su padre George Crampton y frente a su Chevy Caprice en San Francisco, el 16 de junio de 2019. Foto: Mark Jason Quines

Livin For the City no es solo una canción de Stevie Wonder; para George Crampton y George Crampton-Glassanos, padre e hijo artistas, es también un estilo de vida. Sentarse en el pórtico, caminar por la ciudad y trabajar juntos pintando casas son cosas que han despertado el amor que profesan por San Francisco, y que es notable en su arte.

“Me siento muy afortunado de que me muestre todo”, dijo Crampton-Glassanos, de 29 años, sobre su padre. “Su uso del color y la línea de trabajo son definitivamente una gran influencia para mí”.

Pero el arte de Crampton no se puede ver en una galería o en línea, ese privilegio está reservado para familiares y amigos. Crampton, de 65 años, se mudó a la ciudad desde Illinois en 1976 como estudiante que asistía al Instituto de Arte de San Francisco. Junto con su esposa criaron una familia durante 38 años en la Misión, incluido su hijo George, has- ta que la familia fue desalojada bajo la ley Ellis en 2003.

Originario de San Francisco, el joven George ha exhibido su obra en galerías alrededor del Área de la Bahía. Esta será la primera vez que presente junto a su padre su trabajo. Livin’ For the City, en el vecindario que aman, el 29 de junio en la Galería Juan R. Fuentes de Acción Latina.

“Creo que nuestro arte se ve bien mezclado”, dijo Crampton-Glassanos, justo antes de que su padre comentara.”George es mucho más talentoso que yo”, dijo sobre su hijo.

George Crampton posa con una de sus obras. Foto: Mark Jason Quines

La pintura de las manos, la ropa y las gafas negras de Crampton-Glassanos son evidencias de su oficio. Cuando no están creando arte, trabajan en San Francisco como contratistas generales. Juntos o separados, Crampton-Glassanos trabaja a tiempo parcial en la contratación para el International Longshore y Warehouse Union (ILWU). A través de los años, han man- tenido vivo su arte en combinación con su trabajo.

Crampton heredó el impulso de pintar de su madre, que era una artista. Su esposa, Mary Glassanos, es una fotógrafa que también asistió al instituto de arte. El interés de la pareja en el arte fue transmitido a su hijo George, que más tarde asistió a la Escuela de Artes de San Francisco.

“Solía dibujar sin parar, como todo el tiempo siempre tenía un lápiz en la mano o un bolígrafo, siempre dibujaba”, dijo Mary Glassanos sobre su hijo. “Solo sabía que eso era lo que iba a hacer”.

George Crampton-Glassanos frente a su mural en el Callejón Clarion. Foto: Mark Jason Quines

Padre e hijo aún están enraizados en la comunidad de la Misión. A lo largo de los años, Crampton-Glassanos ha pintado más de una docena de murales en la ciudad, algunos de los cuales aún permanecen. Él mira sobre su mesa de café, que se ha convertido en su espacio de trabajo preferido.

“Lo que creo que realmente se destacó fue la idea de tener un dueto padre e hijo en Acción Latina”, dijo Fatima Ramírez, gerente de artes culturales de dicha organización, quien trabajó con ellos para producir la exposición. “Encontramos que nuestros eventos se enriquecen con la conversación intergeneracional”.

Crampton-Glassanos mantiene un lugar en el Clarion Alley con su mural ‘Born and Raised’. Su padre tampoco es ajeno a los murales. Crampton pintó un mural dentro del famoso estudio de grabación Automatt, donde trabajaban artistas como Santana. Pinta para sí mis- mo en su estudio en casa, haciendo ciudades de cartón con materiales al alcance de la mano.

“Creo que su obra de arte era única”, dijo Mary Glassanos sobre su esposo. “No recuerdo a nadie más que hiciera el tipo de cosas que él hizo”.

La ciudad proporciona a ambos mucha motivación para sus obras de arte. Aprendieron a apreciar las grúas fuera de sus ventanas, la puesta de sol sobre las colinas y la arquitectura circundante que define a San Francisco. Sus obras son completamente individuales pero similares a la vez, ambas viven para la ciudad.

“No podemos evitar estar influenciados por nuestro entorno”, dijo Crampton. Su hijo está de acuerdo: “Esa es definitivamente la principal influencia”, dijo Crampton-Glassanos.

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Roaming the Mission ayudó a Crampton-Glassanos a apreciar el arte, que ahora sirve como un reconfortante recordatorio de su infancia. Después de que los vándalos desfiguraron su cartel de Ben Davis en Arik’s en la calle Misión (entre las calles 22 y 23), decidió devolverle su antigua gloria. Más tarde, la compañía de ropa Ben Davis, los contactó y les envió una caja de ropa. Ahora, nadie se atreve a rociar pintura sobre el cartel.

Recientemente, el muralista de Precita Eyes, Max Marttila, se acercó a Crampton-Glassanos, su amigo de la infancia, para colaborar en un mural. El mural, ‘Érase una vez en la Misión’, es un homenaje a aquellos que han perdido la vida por la violencia de pandillas, y se encuentra en las calles Shotwell y 24. Algunos de los que murieron eran amigos de Max y George.

“Ese trabajo fue realmente perfecto para atraerlo, porque estaba conectado con un espacio muy importante para él”, dijo Matilla. “Realmente aprecio su compromiso con la comunidad”.

No importa qué paisaje se encuentren en la ciudad, padre e hijo encuentran la belleza en cualquier rincón. Y el reconocimiento es algo que los artistas multigeneracionales no buscan cuando estrenan su arte.

“Lo mejor que podría pasar es que alguien se inspire en él”, dijo Crampton. Ese es nuestro principal objetivo, inspirar a la gente”, agregó su padre. “Quiero a todos mis amigos y familiares allí y quiero compartir con ellos en lo que he estado trabajando”.

“Livin’ for the City: padre e hijo pintan San Francisco se inaugura a las 6 de la tarde, el sábado 29 de junio en la Galería Juan R. Fuentes de Acción Latina, en el 2958 de la Calle 24, San Francisco.