[por Jesse ‘Chuy’ Varela; fotos de cortesía]

En un principio, John Santos aspiraba a ser beisbolista, pero el destino lo llevó por otro camino: es un percusionista, director de orquesta, productor y educador de gran prestigio, con siete nominaciones a los premios Grammy e innumerables premios por sus logros musicales. También hay un nuevo documental basado en él titulado “Santos, Piel a piel”, producido por Ashley James y Kathryn Golden para Searchlight Films.

“Estoy impactado y muy honrado de pensar en alguien que quiera hacer una película sobre lo que hago”, comentó Santos en una entrevista reciente. “Tomó más de 10 años hacerlo. Las cineastas Ashley James y Kathryn Golden han estado viniendo a conciertos, a nuestra casa, y cuando fuimos a Puerto Rico, fueron con nosotros. Han documentado muchas de las cosas que he hecho que han estado cerca de mí y realmente lo aprecio. Hicieron un trabajo hermoso”.

“Santos, Piel a piel” se estrenó en el Área de la Bahía en el Festival de Cine de Mill Valley recientemente con tres presentaciones en Mill Valley, Berkeley y en el Teatro Roxie en San Francisco. También está programada su presentación el 30 de octubre en el SFJAZZ Center, con una presentación en vivo del Sexteto de John Santos e invitados especiales, pero no se apresure a conseguir boletos ya que el evento está agotado.

La película de 75 minutos de duración consiste en una serie de segmentos cuidadosamente seleccionados que se desarrollan con imágenes de actuaciones musicales en vivo, entrevistas, fotografías y gráficos de archivo sobre su carrera. Santos, una personalidad bien hablada, narra su propia historia a medida que imágenes de fotos familiares tejen su infancia en Bernal Heights e iluminan los rostros de sus abuelos puertorriqueños y caboverdianos, así como los de sus padres y el arcoíris multicultural de amigos como John Calloway, Anthony Blea y su mejor amigo Raul Rekow. Testimonios conmovedores del tema general de la película que documentan el ascenso y la supervivencia de un guardián de la llama afrocaribeña.

La película es enganchante en todo momento con una cinematografía hábil y una edición sensible que complementan la trama sin obstruirla. Fue la destacada etnomusicóloga Roberta Singer quien sugirió a James y Golden que consideraran hacer un documental sobre John Santos. Recién terminados de producir el aclamado documental “Bomba, Bailando en tambor”, un retrato de la Familia Cepeda, la primera familia de Bomba y Plena en Puerto Rico, se sumergieron con clara visión y entusiasmo en armar la vida de este humilde pero complejo artista.

Entrevistar a sujetos como la activista cultural y productora, Linda Lucero, describir el ascenso de Santos como educador comunitario con su innovadora clase Raíces de la Salsa en La Raza Silkscreen Center/La Raza Graphics. Luminarias musicales como Eddie Palmieri, Orestes Vilato, Ernesto Oviedo y Omar Sosa, así como académicos como el difunto Robert Farris Thompson, el célebre historiador de arte de la Universidad de Yale, atestiguan el alto nivel de musicalidad, erudición, pasión por la investigación de Santos y su talento como comunicador. 

Se destaca cómo la directora Kathryn Golden eligió articular el amor entre John y su esposa, Aida Salazar, la aclamada autora de libros infantiles, y sus hijos, Avelina y João. El dolor por la pérdida de su primera hija, Amaly Celeste, se presenta con delicadeza y añade profundidad a la emoción de la película. Su viaje a Puerto Rico, pronuncia la profunda espiritualidad que posee la familia Santos mientras le cantan a Yemayá, la diosa del océano y la maternidad en el panteón Yoruba, en recuerdo de Amaly Celeste.

No se descuida la pasión de Santos por el activismo social y cultural. Desde la lucha de 2011 contra NARAS, la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación, por abandonar la categoría de jazz latino hasta su lucha contra numerosas causas internacionales y locales (muchas de ellas expresadas en las calcomanías de sus congas), el franco Santos articula cómo usa su música para hacer un cambio positivo contra el colonialismo y la desigualdad racial.

En general, “Santos, Piel a piel” es una película que desearías que no terminara. Es un hermoso retrato de un artista trascendente nacido y criado en las calles y escuelas de San Francisco. una producción excelentemente resumida con una cinematografía de vanguardia de dos campeones del cine documental y una banda sonora que es una biografía discográfica. Como herramienta educativa, la historia de Santos debe verse y escucharse como un ejemplo inspirador de cómo el arte puede influir en la vida y generar un cambio positivo

“La música tiene este papel”, dice Santos al terminar la película, “de documentar nuestra historia con nuestras propias palabras y educar a los jóvenes, niños y personas de todas las edades, sobre quiénes somos, cuál es nuestra historia y los conceptos básicos de la vida”.

¡Punto!  

Jesse ‘Chuy’ Varela actualmente se desempeña como Director Musical y Co-Director de Programa en KCSM JAZZ 91, la Estación de Jazz del Área de la Bahía. Ha escrito para SF Chronicle, Bay Guardian, Latin Magazine, Jazz Times Magazine y muchas otras publicaciones.