Actuación de Martin Sorrondeguy. Foto Mateus Mondini

Martín Sorrondeguy es el vocalista de la banda de música hardcore (punk duro) Los Crudos, que obtuvo éxito en los años 90. La banda abrió camino para posteriores bandas de punk de habla española en los EEUU y América Latina incrementando la presencia de los latinos en la predominante subcultura blanca punk. Martín también es fundador de la sello DIY de grabación (Do It Yourself, por sus siglas en inglés), director de documentales, escritor y una figura prominente tanto en la escena del punk sobrio (straight edge) como en la escena homosexual (queercore).

¿En qué se diferencia el rock en español del rock en inglés?

Una gran cantidad de personas, especialmente en la comunidad latina-chicana creen que el rock es cosa de personas blancas.

Usted pregunta a la gente, ¿qué tipo de música deben entonces los latinos estar escuchando? El rock en América y en América Latina se remonta a los años 60. Entonces, ¿cómo es de diferente el rock en español?

Cuando Los Crudos hicieron giras en los años 90, la escena de EEUU estuvo sosegada por un período. La locura de los años 80 se disipó. Fuimos a México y era tan exagerado y loco, que se sintió como haber retrocedido hasta los años 80 —era como si el punk y el lado agresivo aún existieran.

¿Cuándo se declaró oficialmente gay y cómo afectó eso a la banda?

Cuando salí del clóset, inicialmente con Los Crudos, fue alrededor del 95 o 96. La mayoría de personas fueron un gran apoyo desde el primer momento, y esa es la belleza de la verdadera escena punk —la gente realmente está mucho más abierta a este tipo de diversidad. Pocos se molestaron por el hecho de que salí del clóset, y creo que algo de eso vino de la escena latina, que es un poco desalentador, pero la mayoría de las personas aceptaron el hecho de que yo me abriera respecto a esa parte de mi vida.

¿Cree que haber salido del clóset pudo haber liberado a otras personas?

He tenido jóvenes que vienen a mí y me dicen “¿sabes qué?, has tenido una influencia enorme y positiva en mí. He luchado con estos temas, y tú has hecho esto más fácil para mí; siento que puedo verme reflejado en alguien más y no me siento sólo”. Hay algo muy poderoso en esto. Siempre he tenido la esperanza de que, incluso con Los Crudos, solo en el nivel lingüístico cultural, personas y otros chicanos y latinos sentían esta sensación de empoderamiento.

¿Qué experiencias han inspirado la política en sus letras?
Muchas de las canciones fueron escritas mientras estábamos en Chicago, en el barrio de Pilsen, que es predominantemente de habla española. Estábamos prestando atención a las cosas que estaban afectando a los latinos y chicanos en otras partes del país. Dijimos “Bueno, ¿cómo van a afectarnos las decisiones de estas personas que tratan de aprobar leyes?, ¿cómo van a afectar a nuestra familia?”

Tomamos nuestra experiencia y dijimos, “nuestra existencia es realmente diferente a la del estadounidense promedio”. Fue nuestra protesta, a través de nuestro arte y de la música. Así es como hemos escrito muchas de nuestras canciones. Se habló de los inmigrantes, y de la historia de nuestros padres, que emigraron.

¿Sientes un sentido de solidaridad con el resto de los inmigrantes en Pilsen?

Convivimos mexicanos y jóvenes de diferentes razas, y todos estábamos teniendo una experiencia similar en el barrio, pero con variadas raíces e historias. De alguna manera unimos todas nuestras experiencias, había algo realmente único sobre eso.

Fue la primera vez en ese barrio que vi latinos y mexicanos generacionales y jóvenes que habían estado aquí formando bandas, haciendo proyectos y saliendo con personas que recientemente cruzaron la frontera sin papeles. Había arte, música y cosas creativas que estaban sucediendo en solidaridad —para mí eso extremadamente potente.

¿Qué es lo que más quiere comunicar a través de su música?

Cuando pienso en mi barrio, en la Misión o en el este, sur y centro de Los Ángeles o de San Antonio, y pienso en los jóvenes que salen de esos barrios, una de las cosas más importantes a demostrar es que todos tienen la capacidad y el poder de hacer que las cosas sucedan, de crear. No dejar que el entorno dicte cómo se supone que debemos ser, sino que nosotros dictemos lo que queremos ser.

Creo que hemos sido entrenados para creer que no tenemos el poder de hacer las cosas, y es importante decir ‘sí, tú puedes’. Eso, para mí, es una de las cosas más importantes que podría ser transmitida a los jóvenes de nuestros barrios.

Los Crudos tocarán en un concierto benéfico de tres días (28-30 de junio) con varios artistas en Estudios Gilman en Berkeley llamado ‘This Is Not A Step: A weekend of Politics, Music and Community,’ (Esto no es un paso: Un fin de semana de política, música y comunidad). Echa un vistazo a la presentación de Los Crudos el 29 de junio. Los pases para las tres presentaciones cuestan $36.

—Traducción Verónica Henao