[su_label type=»info»]Editorial del Equipo [/su_label]

Miembros de la comunidad reunidos durante la vigilia por Jessica Williams. Foto Joel Angel Juárez

Los san franciscanos están en su derecho de celebrar la renuncia de Greg Suhr como jefe de policía de la ciudad ocurrida el 19 de mayo; fue una victoria para una comunidad cuya confianza fue quebrantada en repetidas veces por la fuerza policial encargada de garantizar la seguridad pública.

Suhr dirigió un departamento cuyos agentes estuvieron implicados en varios escándalos relacionados con mensajes de texto racistas y lo más terrible, con una serie de tiroteos que llevaron a la muerte de personas de color, para quienes no se hizo justicia de cuentas.

Ninguno de los agentes que participaron en los tiroteos fueron acusados de cometer irregularidades, en gran medida porque después de cada incidente, Suhr se sentó en reuniones en el ayuntamiento, excusando, defendiendo y justificando las acciones de aquellos bajo su mando.

Con cada incidente creció el descontento de la comunidad, culminando en la huelga de hambre de los ‘Frisco 5’ tras la muerte de Luis Góngora el 7 de abril. Los cinco activistas ayudaron a mantener la atención en la policía de San Francisco y la polémica hacia el alcalde Ed Lee durante todo abril.

El colmo llegó cuando un oficial disparó y mató a Jessica Williams, una mujer de color, de 29 años de edad, en el distrito de Bayview el 19 de mayo. El alcalde Ed Lee finalmente optó por destituir a Suhr de su cargo.

Suhr tenía que irse. Pero mientras la decisión de removerlo de su cargo fue la correcta, los problemas al interior de la policía de San Francisco se volvieron sistémicos y no serán resueltos con solo la eliminación de un solo personaje público.

La renuncia de Suhr sugiere una aparente rendición de cuentas, sin embargo no parece ser rotundo el rechazo del comportamiento de la policía al reconocer los problemas del departamento respecto a la discriminación racial y la forma en que afecta su vigilancia en las comunidades de color.

El reemplazo temporal de Suhr por Toney Chaplin, un negro de Oklahoma veterano de 26 años es visto por algunos como un gesto simbólico por el alcalde con la esperanza de apaciguar a las comunidades de color, cuya confianza en la aplicación de la ley ha desaparecido desde hace tiempo.

Chaplin ha anunciado que su prioridad será la aplicación de las reformas que Suhr se vio obligado a aplicar respecto a cada tiroteo que involucró a oficiales de la policía, así como los escándalos por la mensajería de texto racista. Pero esas reformas, que incluían las promesas de una mayor capacitación en escalada, más porras de 36” de longitud, así como cambios de filosofía, en realidad nunca fueron explicados en detalle. Luego queda la tarea de conseguir que los oficiales adopten realmente esos cambios, lo cual no será sencillo.

El primer paso hacia la reforma de la policía de San Francisco ha sido tomado, pero tenemos que seguir presionando al departamento y a la oficina del alcalde para modificar realmente la política de aplicación de la ley, de lo contrario, el cambio quedará como un mero ajuste estético.

—Traducción Katie Beas