Ha habido más deportaciones en los últimos quince años que nunca antes en la historia de los EEUU. Hasta la fecha, alrededor de once millones de personas indocumentadas residen en este país. La cifra sigue creciendo cada año.

El martes 21 de mayo, el Comité Judicial del Senado aprobó una propuesta de reforma migratoria con una votación de 13 a 5. Este proyecto de ley que contiene 300 enmiendas se presentará ante el Senado el 10 de junio. La interrogante es si los senadores que no participaron en las auditorías de mayo pasado aprobarán o querrán hacer modificaciones al proyecto de ley.

La organización ‘San Francisco Immigrant Legal and Education Network (SFILEN) celebró una conferencia el 29 de mayo en el Dolores Street Community Center para informar y responder a las preguntas el público sobre el proyecto de ley de reforma migratoria de 2013.

“Va a ser muy importante para estas mujeres que se les incluya en esta reforma. Hay muchas personas que en este momento viven en la oscuridad, muchas personas viven con miedo… El nivel de estrés que uno tiene es alto cuando se tiene miedo a salir de la casa, miedo a conducir y ser detenido por la policía ya que daría lugar a una deportación”, dijo Ariana Gil Nafarrate, quien aboga por los derechos de los inmigrantes para la organización Mujeres Unidas y Activas.

“No es un miedo sin razón, la gente está viendo que eso es lo que está pasando… Creo que lo más importante para estas mujeres y personas en general es que el miedo va a desaparecer.”

Otro tema sobre el que se platicó durante la conferencia fue la discriminación laboral y la protección de los trabajadores inmigrantes.
Teresa Molina, indocumentada, dijo que había sido víctima de discriminación en su puesto de trabajo. “Yo trabajaba cuidando a una mujer mayor que estaba enferma. Trabajaba 24 horas diarias, seis días a la semana y sólo me pagaban $1,15 por cada hora,” dijo Molina. “Esto sucede mucho, aguantamos estos sufrimientos porque necesitamos el dinero”.

Una de las enmiendas al proyecto de ley esboza un plan para que los jóvenes indocumentados puedan obtener la ciudadanía. En concreto, personas que llegaron a los EEUU siendo jóvenes y aun así no reúnen los requisitos del programa ‘Deferred Action for Childhood Arrivals’ (DACA). Aunque muchos consideran el programa un avance hacia la reforma migratoria, para otros es menos eficaz de lo que se preveía.
Wei Lee, un joven de 21 años que trabaja con la organización ‘Asian Students Promoting Immigrant Rights through Education’ (ASPIRE), no calificó para DACA porque vino a este país a los 16 años y 20 días de edad; a sólo 20 días de retraso.

“Yo presenté mi solicitud con varias cartas de recomendación que indican por qué el mío es un buen caso para poder acogerme a DACA, pero tienen unos criterios muy estrictos y excluyen a muchas personas. Fue muy doloroso que me dijeran que no, porque ya me gradué de la universidad y podría haber puesto mi titulación en práctica”, dijo Lee.

El principal objetivo de SFILEN es ofrecer un sistema de apoyo a inmigrantes como Lee y sus familias, que presione a la Senadora Feinstein y a los legisladores electos de California para que respalden una vía inclusiva hacia la obtención de la ciudadanía.

“Creo que, si se les da una oportunidad, todos los inmigrantes contribuyen de la misma manera. Eso es todo lo que necesitamos, una oportunidad”.

—Traducción Alfonso Agirre