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Estudiantes de la escuela James Lick los días 9 y 10 de marzo llevaron a cabo una actuación audaz en un musical diseñado y dirigido por su maestro, Keith Carames. ‘Por si acaso: historias de vida de un inmigrante’, —en la cual se aborda la compleja temática de la inmigración, la xenofobia y la resistencia— cuenta la historia de tres familias y sus distintas relaciones con los EEUU.

Desde el comienzo, el musical marca el tono de lo que transcurre el resto de la noche: estudiantes recitando monólogos que describen la historia migratoria personal de sus familias. Así, fue posible conocer historias de Latinoamérica, del este de Asia, de Europa y de las Islas del Pacífico. Quedó claro, desde el comienzo, que la producción refleja las reacciones de los estudiantes ante la administración actual.

“Es oportuna y políticamente abierta”, comentó Gretchen Schuessler, cuya hija, Stella Danielson, cursa el octavo grado en esa escuela.

Los estudiantes trabajaron juntos para desarrollar el guion con Carames, quien dirige las obras en la escuela James Lick, y enseña en el Young Conservatory del American Conservatory Theater. Carames hizo un bosquejo del musical y, mediante técnicas de improvisación, los estudiantes se hicieron cargo de la historia. El proceso fue, en parte, investigación y otra, creatividad. Una vez que imaginaron los argumentos, Carames y los estudiantes escribieron el guion.

Los ensayos empezaron a mediados de diciembre de 2016 hasta marzo, tres veces por semana de dos a tres horas después de clases.

Los resultados de la elección y la subsecuente emisión de órdenes ejecutivas presidenciales tuvieron mucho impacto en la dirección del musical. Dadas las características de las noticias, el musical se sometió a cambios durante la semana previa a la noche del estreno.

“Cada día algo fue cambiando. Cada día el espectáculo evoluciona. Si algo ocurre en las noticias, estamos prestando atención”, dijo Carames. “Los chicos están leyendo e indagando”.

La historia se enfocó en una familia mexicana, una judía, y una siria. Cada una de ellas afectada por el actual estado de las cosas.

La familia mexicana se preparaba para cruzar la frontera y quedarse en California. Su entusiasmo sobre qué poner en sus maletas terminó cuando supieron que Donald Trump había ganado la elección.

“Él apoya todo aquello a lo que nosotros nos oponemos”, proclamó Marisol, madre de la familia, protagonizada por Blanca Castillo, alumna de octavo grado.

La familia judío americana fue representada celebrando el aniversario de un matrimonio y reconociendo las oportunidades que su familia recibió en los EEUU después de la segunda guerra mundial. Y la familia siria intenta seguir lo más normalmente posible, a pesar del conflicto amenazante que ocurre a su alrededor.

En cada una de las tres familias, los chicos toman acción para mostrar su asimilación y resistencia.

Pablo, quien se obstina en mudarse de México a San Francisco para estudiar, deja a su familia y cruza la frontera. Natalia viajó a Siria para ayudar a los refugiados. Después de que su hogar fuera destruido, los tres chicos en la familia siria están determinados a emigrar hacia EEUU para volver a empezar sus vidas, aunque al principio no querían hacerlo.

Con la ayuda de Jorell Chavez, el director de música vocal de la escuela secundaria Sala Burton, el musical incorpora melodías del libro de canciones del teatro musical americano. Chavez transpuso esas canciones a la voz del adolescente. Este es su tercer año enseñando y el primero dirigiendo.

El escenario fue enmarcado por un fondo pintado a mano que consiste en una pared de ladrillos y por una malla metálica. Los estudiantes utilizaron los diferentes espacios del escenario para cada escena que involucró a cada familia, cambiándolo sin problemas de una familia a la otra. Un grupo de estudiantes, a quienes les fue asignado el papel de Inmigrantes, dieron vida a las canciones con secuencias de baile.

La canción ‘No tengo miedo de nada’, originalmente presentada en el musical ‘Canciones para un mundo nuevo’, se convierte en una melodía simbólica. Ésta fue reformulada para adaptarse al nuevo contexto y así, acompañar a todo el reparto mientras destruye la malla, lo que representa el desmantelamiento de las fronteras. Las familias quedan unidas en ambos lados del muro.

La actuación recibió una ovación de la audiencia, con Carames dando un emotivo discurso la noche de clausura: “Las personas han escuchado nuestra obra. ¿Qué más tenemos que decir? Los estudiantes han aprendido a utilizar la técnica teatral para contar sus propias historias, levantarse y denunciar”, dijo.

Los estudiantes convirtieron temas difíciles en un musical poderoso que muestra resistencia frente al conflicto. La empatía y el amor realmente brillaron. El argumento del musical mostró con pertinencia para su edad, el entendimiento que tienen los estudiantes de la actual turbulencia política.

—Traducción, Eleni Stephanides