Photo Colita; Courtesy Corbis Images

Así como Gabriel García Márquez, Gabo, lloró en una mañana de 1966 la muerte de su personaje el Coronel Aureliano Buendía, el mundo entero lloró la partida del escritor colombiano la tarde del jueves 17 de abril de 2014.

Márquez, nacido un 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Colombia, falleció a los 87 años en la ciudad de México D. F., patria en la que residió desde 1961 —después de una vida dedicada a la escritura, donde creó una ciudad imaginaria, recibió sinnúmero de premios y trasladó lo extraño y ficticio a la realidad del día a día.

Una de las llamadas más importantes que Márquez recibió vino la mañana del 10 de octubre de 1982, cuando a sus 55 años se convirtió en uno de los escritores más jóvenes en recibir el Premio Nobel de Literatura.

La obra de Márquez, es también fuertemente relacionada con el ‘Realismo mágico’, un género lingüístico-literario que comunica lo extraño o ficticio como común y cotidiano —transmitiendo sentimientos y opiniones.

“Significó conocer una de las tramas más intensas y determinantes de la literatura latinoamericana, y conocer al hombre por el cual me habían puesto el nombre”, de esta manera describe Gabriela Castro, periodista nicaragüense, el llegar a conocer a Gabo de la manera que ella siente hacerlo.

“He leído doce libros. A él se le atribuye una lectura plácida, puedes leer dos o tres libros de él seguidos sin ningún problema”, también comenta Castro.

Autor de Cien años de soledad, una de las obras más importantes y representativas de la literatura latinoamericana, el libro tiene como personaje principal al Coronel Aureliano Buendía, inspirado en su abuelo materno Nicolás Mejía, con quien Márquez vivió hasta los 10 años, y quien llegó a ser una de las personas que más lo inspiró.
Tras un primer intento en la Escuela de Derecho, Márquez rápidamente giró su vida hacia la práctica literaria y periodística, al ingresar en la Facultad de Periodismo y comenzar su largo, exitoso y maravilloso mundo entre las letras, el cual inicia en periódicos como El Bogotano, El Universal y El Heraldo.

Comenzando como crítico cineasta, hasta llegar a tener la oportunidad de llegar a publicar su primer cuento, la vida de Márquez comenzaba a tejer el que sería el camino a su primera obra La Hojarasca (1955).

Georgelin Fernández, venezolana de nacimiento y admiradora de la obra de Márquez, describe la obra de este mismo como “El despertar el hambre por la literatura hecha de este lado, siendo La Hojarasca la primera de una larga lista, Gabo escribe títulos difíciles de olvidar y que serán siempre una representación socio-política a la literatura latinoamericana.

Títulos memorables de la obra de Márquez son El Coronel no tiene quien le escriba (1957), La mala hora (1961), Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989), Del amor y otros demonios (1994), Memorias de mis putas tristes (2004).

Y si de grandes creaciones se trata, Márquez crea a Macondo, un pueblo imaginario al que el escritor menciona en sus obras. Macondo comparte muchas similitudes a Aracataca, ciudad natal de este mismo.

“Cien años lo leí mandatorio en el bachillerato, lo releí luego, tiene significado inclusive en el seno familiar, ese Macondo, el lugar al que se vuelve siempre no es difícil de imaginar”, comenta Fernández acerca del trabajo literario de Márquez.

Al autor también se le reconoce su admiración hacia la revolución cubana, y una estrecha amistad con el líder del movimiento, Comandante Fidel Castro. Márquez, gran aficionado al cine, llegó incluso a dirigir en 1986 la fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, con sede en La Habana, Cuba.

“Para mí su obra es envolvente, fresca y sobre todo muy latinoamericana”, así describe Tania Duarte, periodista nicaragüense, la obra de Gabo. “Es conectarme con el realismo político e histórico de Latinoamérica”.

Un acto de homenaje se dio lugar el 21 de abril en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, a dicho evento se dieron cita entre otros, los presidentes de México y Colombia.

Las cenizas de Márquez serán repartidas entre la patria que vio nacer el escritor, Colombia, y la patria que lo vio partir, México.

La obra de Gabriel García Márquez, traducida a más de 30 idiomas y con alrededor de más de 40 millones de copias de libros vendidas, puede encontrarse en la mayoría de sus bibliotecas y librerías favoritas.