Alrededor de 30.000 personas asistieron al Powwow de la Universidad de Stanford para disfrutar de danzas, tambores y canto en un ambiente multicultural de respeto y alegría.

Esta tradición que tiene ya 42 años de realizarse en Stanford reunió el pasado 10 de mayo a comunidades indígenas de los EEUU y Canadá con el objeto de reafirmar su cultura y sus costumbres.

“Los cantantes y los tambores son parte fundamental del Powwow”, dijo Deyo Esquivel, quien toca el tambor y canta con Southern Express, un grupo del Área de la Bahía.
Aproximadamente 300 personas compitieron en diferentes categorías para mujeres y hombres, ancianos, jóvenes y niños. Tiny Tots es, por ejemplo, una categoría para pequeños de hasta 6 años de edad que promueve la práctica y preservación de las costumbres.

Los orígenes del Powwow se remontan a celebraciones tribales de talante espiritual y curativo. Con el tiempo, los Powwow se han transformado en celebraciones intertribales abiertas a competencias de danza, música y canto.

Los cantos que en ocasiones son solo vocablos, aluden a la magia curativa que la música ejerce en el espíritu. Basta estar junto a un grupo de cantores ejecutando su tambor para sentir la energía y espiritualidad.

La Universidad de Stanford, cuya tradición educativa data de 1894, es una de las escuelas con mayor número de estudiantes nativo-americanos del país. El grupo de estudiantes Stanford American Indian Organization fue responsable de organizar el Powwow.

La presencia latinoamericana estuvo presente con la participación de danzantes aztecas. “El Powwow reconoce al pueblo azteca como grupo indígena de nuestro continente”, dijo Ralph Crane, cantante de la tribu Tsuu t’ina Nation originaria de Calgary, Canadá.

El danzante y maestro Gerardo Salinas, del grupo Esplendor Azteca del Área de la Bahía, añadió: “Estamos hermanados por nuestros orígenes y siempre somos bienvenidos a participar en este evento”.

Los asistentes al Powwow también disfrutaron de comida típica, refrescos (no se sirvió alcohol), instrumentos musicales étnicos, tejidos, pinturas, esculturas, joyería original y otros trabajos hechos a mano por indígenas huicholes de México, tejedores del Perú y muchos otros.

Tadeo Meleán, estudiante de Sociología en Stanford, próximo a graduarse, dijo asistir al Powwow cada año: “Dejando el exotismo atrás y dado que no interactuamos con tribus nativas tanto como deberíamos, la experiencia cultural del Powwow no tiene igual”, dijo Meleán.

The Head Woman Dancer Charish Toehay during the Grand Entry at the Stanford Powwow on Sunday May 13, 2013. Photo Beth LaBerge