La década de 1970 en San Francisco fue una época de huelgas estudiantiles en los centros universitarios y bachilleratos, así como de organizaciones vecinales en el Distrito de Misión que se unieron para formar una coalición capaz de desafiar eficazmente al ayuntamiento contra las injusticias sociales, políticas y económicas del momento.

“Los tiempos dictaban que la gente se involucrara y ayudara a su comunidad”, dijo Juan Gonzales, fundador de El Tecolote. Fue en este momento que nació este periódico latino bilingüe comunitario del Distrito de Misión.

Este año marca su décimo quinto aniversario y una mirada a su historia muestra el poder del periodismo de barrio. El Tecolote es el periódico bilingüe español-inglés de más larga duración en California, que ha recibido numerosos premios de la Society for Professional Journalism y del San Francisco Press Club. Su éxito continuo comenzó con una base sólida desafiante de las injusticias sociales.

En 1969, Gonzales estudiaba en la Universidad Estatal de San Francisco y era reportero del periódico escolar The Phoenix. Se le asignaron pequeños proyectos a pesar de su sólida experiencia en el campo. Decidido a hacer algo más, escribió una serie de cinco partes sobre una convención que condujo a la formación de Mission Coalition Organization. Su trabajo se publicó en el periódico escolar y su investigación estableció conexiones con activistas en el Distrito de Misión. Ese mismo semestre, cuando Gonzales estaba próximo a graduarse, una huelga estudiantil resultó en la formación del programa Estudios La Raza en SFSU. La facultad le pidió a Gonzales desarrollar e impartir un curso de periodismo dentro del programa. A través de estas experiencias, identificó la necesidad de un periódico de barrio para el Distrito de la Misión.

“Históricamente, cuando miramos los periódicos principales en San Francisco y en todo el país, las historias no se escriben consistentemente sobre estas comunidades [latinas], a menos que sea algo trágico, algo involucrado con un crimen. Pero hay más historias sucediendo en el vecindario que solo eso. Esas historias se pierden”, dijo Gonzales.

Fue así como propuso la idea a sus alumnos y a algunas personas que habían trabajado en La Nueva Misión, que recientemente se había cerrado. Los interesados se reunieron semanalmente para planificar.

Eva Martínez, ex miembro de la junta de Acción Latina, la organización sin fines de lucro de El Tecolote, recuerda que el grupo desarrolló principios básicos: primero, debía ser bilingüe para satisfacer las necesidades de todos; segundo, no aceptaría ingresos de ninguna corporación que dañara a la comunidad; y tercero, la oportunidad estaría abierta a cualquiera que quisiera aprender periodismo. “Nuestro mayor legado es que hemos podido aferrarnos a esos principios”, reconoció Martínez.

Gonzales recuerda horas de discusión mientras el equipo trataba de encontrar un nombre acogedor. Rechazaron nombres de militantes que no serían bien recibidos por algunas personas. A medida que intercambiaban ideas, empezaron a surgir nombres de animales, y cuando ‘el tecolote’ (la palabra náhuatl para ‘búho’) fue lanzado, la gente dijo: “Ah, sí. El Tecolote. Me gusta. El protector de la comunidad”, recuerda Gonzales. “Creo que el nombre nos ayudó a entrar en la comunidad”.

El 24 de agosto de 1970 se distribuyó la primera edición de El Tecolote. Presentaba una carta con una declaratoria fundacional que decía: “Mi nombre puede sonar extraño y divertido para algunos de ustedes. También puede parecer peculiar. Incluso mi mera presencia, sorprendentemente, también puede amenazar a algunos de ustedes. Pero existo porque existes y porque otros nos han olvidado”.

Los costos de producción iniciales se recaudaron a través de un programa de talentos, una recaudación de fondos que obtuvo $350 en ganancias. “Eso nos permitió imprimir cuatro números”, recordó su fundador.

En los primeros días, el periódico fue nómada: Gonzales y Martinez recuerdan haber trabajado en cocinas y garajes, cambiando de ubicación según la disponibilidad de los espacios.

Hilda Ayala, una de las primeras traductoras y aún en activo, describe subirse a su automóvil para ir a las casas de los escritores, recoger los artículos en inglés y devolverlos traducidos al español.

Desde el principio, el periódico publicó historias que produjeron cambios.

Según Gonzales, El Tecolote investigó las llamadas al 911 y descubrió que los operadores tardaban un promedio de 4 minutos adicionales en ayudar a las personas de habla hispana. La cobertura de este problema resultó en cambios en las operaciones de esa línea de emergencias. También investigó los servicios en el Hospital General de San Francisco y mostró la insuficiencia de traductores médicos para satisfacer la demanda. La cobertura resultó en traductores médicos capacitados. Incluso en cuanto a recaudación de fondos, esta publicación recauda dinero de una manera que sirve a la comunidad. Acción Latina organiza el Encuentro del Canto Popular, un concierto anual que también recauda fondos y consiste en una celebración de la música latinoamericana. Más tarde se estableció una relación con Army Street Bingo que continúa recabando fondos.

Con espíritu de servicio, se ha formado un archivo completo de El Tecolote. El archivo es “un recurso valioso porque es una instantánea sobre el terreno de lo que estaba sucediendo en la Misión desde 1970 en adelante”, dijo Martínez. “Los periódicos como este tienen un papel muy importante al documentar la historia en una comunidad. Eso es algo que los periódicos de la corriente principal no pueden hacer”.

Alexis Terrazas, actual editor en jefe de la publicación, hace eco del papel del periódico como un registro importante: “Si nos fijamos en las cosas que cubrimos y algunas de las que cubren los periódicos más importantes, es muy diferente. Es importante que ese trabajo sea documentado”.

Los periódicos del vecindario sirven a las comunidades de una manera que otras publicaciones no pueden, pero a pesar de su importante papel, a menudo se retiran. Entonces, ¿cómo se ha mantenido fuerte El Tecolote durante medio siglo?

“Es básicamente poder de la comunidad”, dijo Terrazas, comparándolo con una máquina compleja que funciona de manera eficiente si todos hacen su parte.

Ayala también atribuye la longevidad del periódico a la comunidad. “Odio darte un cliché, pero hay mucho amor involucrado aquí”, dijo Ayala. “Amo al Teco. Amo a la gente que trabaja para el Teco. Me encantan las historias que sigue el Teco. Cuando mi madre vino a los EEUU, empezó a traducir. Mi hija y mi hijo también trabajaron para el Teco. Y ahora tengo una nieta, que también trabaja para el Teco. Este es el tipo de compromiso que sienten las personas que trabajan para El Teco. Esta es nuestra familia. Tenemos la obligación de retribuir a nuestra comunidad”.

Gonzales agrega que el periódico tiene éxito porque personas talentosas dedicaron su tiempo y habilidades al periódico mientras se iniciaban en la industria. La gente ha trabajado para el San Francisco Chronicle, el San Francisco Examiner, el L.A. Times, el Sacramento Bee, el San Diego Union, el Modesto Bee y otros.

Por su parte, Martínez también señala que el poeta Juan Felipe Herrera contribuyó a menudo al suplemento literario de El Tecolote. Más tarde, él sería designado por el presidente Barack Obama como Poeta Laureado de los EEUU, ocupando el cargo de 2015 a 2017.

Gonzales sigue siendo, en sus palabras, el Embajador de El Tecolote, y en palabras de Ayala, el corazón del diario. Muchos lo admiran por su capacidad para inspirar a las personas a trabajar duro por las mejores razones.

Él, a su vez, está “muy agradecido con el ejército de voluntarios que han contribuido. Debe haber habido entre 400 y 500 voluntarios a lo largo de los años. Sin eso, hoy no estaríamos teniendo esta conversación sobre lograr un hito en el periodismo comunitario. Estoy muy orgulloso de ser parte de eso y muy agradecido”.

Y, como señala Martínez, “todavía existe una profunda necesidad de un periódico local que cubra temas de importancia no solo para los latinos, sino para las personas progresistas, para las personas que se preocupan por estos temas”.