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Para Rexy Amaral, el momento en que fue coronada reina del baile de graduación de la secundaria Misión fue una poderosa declaración de la comunidad para validar su identidad.

“Fue la mejor manera de recibir el mensaje, ‘Te apoyamos y no vamos a forzarte a ser alguien que no eres”, dijo el exalumno, quien llegó de México hace siete años y se describe como una orgullosa mujer transgénero.

Aunque gente como Amaral son aceptadas en San Francisco, la realidad para jóvenes transgénero en el resto del país es sumamente diferente.

En Dakota del Sur, por ejemplo, los legisladores aprobaron el proyecto de ley 1008, que legalmente impuso que, el uso de sanitarios y otras facilidades en las escuelas, correspondieran con el sexo biológico del individuo. El proyecto de ley, rechazado por el gobernado Dennis Daugaard el 1 de marzo, habría sido la primera ley aprobada específicamente dirigida en contra del acceso a jóvenes transgéneros a baños que correspondan con su identidad de género.

“Respetuosamente devuelvo a ustedes este proyecto de ley 1008 con mi veto”, dijo la declaración emitida por Dauguard. “El proyecto de ley no se enfoca en ninguna preocupación que tenga que ver con las escuelas de Dakota del Sur”.

Legislaciones similares a la 1008 están siendo consideradas por legisladores conservadores en Illinois, Indiana, Kentucky, Mississippi, Missouri, Oklahoma, Tennessee, Virginia, Washington, y Wisconsin.

Los grupos que activamente apoyan dicha legislación argumentan que la presencia de alguien en un baño cuyo sexo biológico no corresponda con la etiqueta del sanitario viola la privacidad.

En 2014, el gobernador Jerry Brown aprobó el proyecto de ley 1266, que permite a estudiantes transgénero participar en actividades restringidas según el sexo y el uso de espacios físicos que concuerden con la identidad de género.

Después de la aprobación de la 1266, el grupo Privacidad para Todos los Estudiantes se formó específicamente para invertir el proyecto de ley, según lo establece su página de Facebook. Al preguntárseles cómo esta violenta su privacidad, el grupo no respondió.

En abril 2015, la coalición Privacidad Para Todos trató de proponer para su votación una medida semejante a la ley 1008 (titulada Ley de Protección de Privacidad Personal), pero no consiguió las firmas requeridas.

“Como distrito, no apoyamos ninguna ley que no reconozca a los jóvenes transgénero como una parte de la comunidad”, dijo Gentle Blyth, oficial de comunicaciones para el Distrito Escolar de San Francisco, refiriéndose a la ley 1008.

Cuando un estudiante transgénero requiera ingresar al baño que corresponda con su identidad de género, las escuelas involucran a los padres para atender las necesidades del niño. A menudo, eso significa que los estudiantes usen un baño de sólo un puesto, pero si quieren utilizar el mismo baño que sus compañeros, la escuela, los padres, y los estudiantes discutirán una solución, según Blythe.

“Los baños en la mayoría de los lugares públicos son lugares que frecuentemente violentan a gente transgénero y gente sin género conformado (GNC, por sus siglas en inglés), dijo Moe Ortañez, coordinador del programa Lyric, una organización comunitaria para jóvenes LGBT. “Muchos transgéneros se niegan a usar los baños públicos y esperan muchas horas hasta regresar a sus casas para acudir al baño”.

Ortañez, quien trabaja de cerca con jóvenes en las escuelas del SFUSD, destacó que las personas cisgender o aquellas que se identifican con el sexo con el que nacieron, pueden entrar y salir fácilmente de los baños ya que fueron construidos para personas que se identifican como hombre o mujer.

Amaral dijo que los modelos educacionales todavía tienen que dedicar más esfuerzo a dar representación a los estudiantes transgénero en su currículo, destacando estar agradecida por haber asistido a una escuela secundaria que le apoyó y escuchó sus preocupaciones como estudiante transgénero. Recordó haber entrado al baño de los hombres como una experiencia que le provocó mucha ansiedad, ya que a menudo los hombres se mostraron hostiles. Cómoda en su feminidad, utilizó el baño de mujeres o los baños neutrales en la Mission High.

“Me siento segura con mi identidad y si un proyecto de ley como la 1008 se aprobara aquí, destruiría mi seguridad y me haría sentir como si mi identidad fuera mala”, dijo Amaral.

— Traducción Eleni Stephanides