Nota del Editor: La siguiente historia fue producida como parte del programa de prácticas de medios de Acción Latina, Chicas y Mujeres Poderosas, que se lanzó en enero de 2018. La pasantía brindó capacitación a jóvenes, de entre 13 y 17 años, sobre periodismo, una industria predominantemente masculina. El Tecolote publicará sus proyectos finales periódicamente. Esta historia fue escrita por DeLara Armijo, de 13 años de edad y estudiante de Marina Middle School.

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¿Puedes balancear tres cosas a la vez? La dueña de librerías locales, artista y madre, Kate Rosenberger lo hace. Casi todas las mañanas pinta durante cuatro horas y administra sus tres librerías en el transcurso del día. Cuando tiene a su hija Hazel, pasan el tiempo juntas lo más posible.

Como dueña de Alley Cat Books en la calle 24, Dog Eared Books en la calle Valencia y Dog Eared Books en la Castro, Kate establece un ambiente en sus librerías. Entrar en ellas, es como beber una taza del café predilecto.

Kate es por sí misma tan relajada como una taza de café, y los libros parecen tener un aroma de sabiduría y contenido. El arte exhibido en sus tiendas, nos da una nueva perspectiva, al tener que admirarla moviendo la cabeza de un lado al otro. La música de la década de los 80 hace seguir el ritmo con el pie, tararear o cantar suavemente mientras se elige un libro. Kate adora a su familia y a sus amistades, posiblemente tanto como ella adora sus librerías, siendo que el ambiente de éstas hacen sentir a los clientes como en casa.

“Pinto animales de tamaño real, crecí en una granja”, comenta Kate acerca de su lugar de nacimiento en Wisconsin. “Mis padres eran dueños de unas tierras donde plantábamos maíz, lo que más tarde se convirtió en soya, y teníamos un montón de animales”. Kate, a quien llaman ‘Kate Akimbo’ por su arte, dice que obtiene su inspiración artística de todos lados, especialmente de los animales.

Pasó por unos momentos difíciles durante los últimos 13 años como mamá, al ver su hija Hazel convertirse en adolescente: “Puedo comprenderlo… pasar por todos esos cambio de identidad, se me hace difícil observar a mi hija hacerlo sobretodo por que no existe una guía para ayudarla”.

Hazel juega futbol, es escritora, cocinera, y toca el violonchelo. Al igual que su mamá, puede hacer varias cosas a la vez, lo que no es fácil siendo que vive en dos casas diferentes: “Ella tiene reflexiones muy interesantes sobre la vida. Me encanta conversar con ella”, dice Kate.

Ella piensa que los libros electrónicos son convenientes, “sobretodo al viajar, si quieres llevar contigo un montón de libros y no puedes decidirte por cuál llevar”. Ella explica que mucha gente consigue libros electrónicos para Navidad, pero Amazon quería que los lectores compraran solo los de ellos.

“Jeff Bezos intentó cerrar mi negocio. Cuando comenzó Amazon, él persiguió a las librerías primero, ya que pensó que los libros eran fáciles de mandar por correo… y pensó que, si podía convencer a esa audiencia, podría conseguir todo lo que se propusiera. Me lo tomé muy en serio y personal”.

Kate espera que sus librerías sigan teniendo éxito, que crezcan y que conserve sus alquileres. “Por ahora tengo muy buenos arrendadores de mis locales, así que me siento esperanzada, y espero que la gente siga interesada en la palabra impresa, creo que lo harán”.

Kate también nos habló de su pareja recién fallecida, Michael Román: “Adoro su arte, él es brillante. Es absolutamente brillante. Es difícil hablar de él en el pasado… Era una de las personas más inteligentes e interesantes que he conocido”.

Se conocieron cuando Michael entró a la librería Dog Eared en la calle Valencia, traía una de sus piezas de arte que quería vender. Después de 20 años, un día de San Valentín le pidió a Kate hacer stenciles afuera de la tienda, después de hacerlo la invitó a comer algo. “Y así de simple. Me enganchó”.

Después de seis años de relación, Michael comenzó a tener problemas de salud. En diciembre de 2016, Michael falleció en los brazos de Kate.

“El tenía miedo de morir, estuvo conmigo en casa tres semanas durante su agonía”, comenta y agrega: “Al fin, cuando cruzó al otro lado, eran las 10:15 de la mañana, respiró hondo y escupió algo rojo, exhaló y eso fue todo. Su espíritu dejó su cuerpo y avanzó, a un nivel horizontal. Fue algo muy profundo. Estuve sentada junto a su cuerpo por cuatro horas”.

Kate nos cuenta que Michael era muy divertido, una anécdota en particular: “Michael no había ido al océano por un largo tiempo. Fuimos a Ocean Beach, se quitó los zapatos, estaba medio borracho… se inclinó hacia el agua y se le cayeron los lentes”, recuerda ella. “Michael solo veía por un ojo, era casi ciego sin sus lentes. Pero se volteó y me dijo, ‘No te preocupes, volverán’, nunca más encontró sus lentes”.