Nota del editor: Alejandra es pasante en El Tecolote, y es estudiante de la International High School en San Francisco.

Ilustración: Gustavo Reyes

Todos tenemos una historia detrás de nosotros

Mi nombre es Alejandra, tengo 18 años y soy de El Salvador. Vine a los EEUU cuando tenía 14 años. Me vine de ‘mojada’, con la esperanza de encontrar una buena vida, pero tuve buenas y malas experiencias. Para mi no fue fácil llegar y adaptarme a un lugar que me era extraño, aunque al final sabía que sería lo mejor para mi.

Todos tenemos un sueño, un anhelo, pero cada sueño tiene un sacrificio, o una esperanza; un motivo para vivir. Todos luchamos por un sueño, pero un inmigrante lucha por el Sueño Americano.

La mayoría de los latinos emigra a los EEUU para tener una vida mejor o ayudar a sus familiares en sus países de origen. A veces pasa que nuestros países sufren crisis económicas o delincuencia. En otros casos, los latinos emigramos huyendo de las pandillas. Muchas personas mueren víctimas de esas pandillas: matan a gente inocente y como no están seguras en sus países, las personas buscan lugares más seguros como este país.

La vida de un inmigrante no es sencilla. ¿Por qué? Porque a veces hay mucha discriminación. Cuesta encontrar un buen trabajo, aunque hay muchos latinos que luchan y demuestran ser capaces de salir adelante.

Por ejemplo, en mi país, para poder sobrevivir tenemos que vender ropa y baratijas en un lugar que todos llaman ‘El Mercado’.

Muchas mujeres se sacrifican para dar a sus hijos algo mejor, pero a veces los pandilleros les piden renta o los mata sin que el gobierno haga algo. Por eso muchos buscan la manera de emigrar a los EEUU, sin saber lo que es la vida en el Norte.

Es muy difícil, pero si puedes, lo logras. Escuchando muchas historias sobre la frontera cuando ya estás cerca de los EEUU, todos mencionan que pasas un río. Como la corriente es muy fuerte, muchos se han ahogado. También corren el riesgo de que la migra los agarre. Aunque para algunos es una ventaja que migración los agarre, porque pueden pelear sus casos.

Para mi, ser inmigrante es ser una persona que lucha por tener una mejor vida. Admiro a las mujeres que se esfuerzan para que sus hijos tengan una mejor educación y que logren sus sueños. A veces, muchos jóvenes latinos sufren acoso por no hablar el idioma, o los mismos latinos discriminan a los de su propia raza. Pero admiro a aquellos que logran a cumplir sus sueños y demostrar que fueron capaces de hacerlo, que un latino sí pudo hacerlo.