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Piñatas y papel picado cuelgan del techo, mientras que ropa y joyería adornan las paredes junto a flores de cartulina y piñatas con forma de Trump en los aparadores.

Esta es la escena en Casa Bonampak, la tienda de artesanía mexicana ubicada en el 1051 de la calle Valencia (entre las calles 22 y 23). Pero ahora, después 23 años de haber sido un referente cultural para aquellos quienes la buscan, la dueña de Casa Bonampak, Nancy Charraga, ha decidido venderla.

Propietaria de Casa Bonampak, Nancy Charraga, al interior de su negocio, ubicado en el Distrito de la Misión. Foto: Dane Pollok

“He sobrevivido al aburguesamiento. Personalmente no me siento amenazada o despojada de mi cultura de ninguna manera”, dijo Charraga. Simplemente, ella siente que ha llegado la hora de dejar su tienda para servir a la comunidad de otra forma. “Hoy en día tenemos que mantenernos relevantes”.

En un barrio cambiante como La Misión —particularmente la calle Valencia, que ya ha sido aburguesada casi en su totalidad—  Casa Bonampak es un símbolo de resistencia. Charraga reconoce que la marea ha cambiado en el barrio. Ella acepta el cambio mientras que otros expresan temor. Es por eso que ella quiere que la comunidad entienda la siguiente etapa en su vida.

“La Misión me ha formado, este negocio me ha formado”, dijo Charraga. La comunidad se ha convertido en una familia para ella. Recuerda la vez en que un hombre trató de quebrar el vidrio inastillable y trató de robar Casa Bonampak. Fue entonces que un hombre desamparado, quien era contratista, fue a ofrecer su asistencia y reparó la ventana. El apoyo que ha dado la comunidad es un tributo al impacto que ha tenido este negocio.

“La experiencia que tuve allí es realmente hermosa. Me gusta cómo la tienda es tan abierta a la comunidad”, dijo Osmary Dávila de 18 años. Dávila ha estado de pasante en Casa Bonampak por más de un año. Ella encontró la tienda por medio del Good Samaritan Resource Center, el primer trabajo de Dávila fue el de vender mercancía ahí.

La Casa Bonampak se especializa en productos importados, hechos por artesanos de Latinoamérica, y Charraga mantiene relaciones personales y profesionales con los artesanos con los cuales trabaja. Ella consulta con ellos meticulosamente desde el momento en que se pone la orden y hasta que se entrega.

Charraga ha expandido sus estantes en la tienda para llenarlos con productos de influencia-política. Incluyendo parodias del ‘Make America Great Again’, asociado con Donald Trump y papel picado parecido a Bernie Sanders. Al tratar de mantener la tradición, el horario de atención funciona con la hora de México, lo cual se traduce básicamente a “como ocurre la vida”. Esto lo entiende bien Charraga.

“Ella es muy consciente. Cuando no tuve guardería para mi hijo de dos años, Nancy me permitió traerlo al trabajo. Amo la tienda”, dijo Araceli Valencia, una de las empleadas de Charraga. “Siempre hay algo que aprender de la comunidad y la cultura”.

Valencia ha trabajado en Casa Bonampak por ocho años, conoció por primera vez a Charraga por medio de su hermana.

“La esencia de la Casa Bonampak es ayudar a la comunidad”, dijo Charraga. Recientemente, ha hecho decoraciones para CARECEN San Francisco en honor al fallecido activista e ícono Salvadoreño, Arzobispo Oscar Romero, quien ha sido santificado por el Vaticano. Ella dona las ganancias de algunos de los productos importados al programa College Now, de la Mission High School —un programa de transición universitario para estudiantes de preparatoria.

Charraga no es nueva entre las organizaciones que empoderan a la comunidad. Ella aprendió los fundamentos de administrar un pequeño negocio y completó un curso manejado por el Women’s Initiative for Self Employment como parte de la organización, Alternativas para Latinas en Autosuficiencia (ALAS). La atención al detalle en la tradición es lo que separa a casa Bonampak del resto.

“Es importante preservar nuestra cultura con integridad”, dijo Napaquetzalli Martinez, herbolaria y curandera en The Scarlet Sage Herb Co, que también está ubicado en la calle Valencia. Martinez admira la preservación de la cultura que Charraga ha proporcionado por medio de Casa Bonampak.

Ahora, Charraga está lista para devolver el favor, ya sea enseñando samba a la los jóvenes o clases de cultura, cada sábado de 1 a 3 de la tarde, por lo que resta de octubre, donde enseñará a la gente sobre el Día de los Muertos y cómo hacer una ofrenda. Ella también espera ser asesora de la Casa Bonampak cuando esta se venda. Un contador público certificado determinará el valor del negocio al comprador adecuado.

“Siento que existe una necesidad espiritual para que esta tienda continúe en la comunidad”, dijo Charraga.