[Por Eduard Navarro; El cineasta Jesús Cruz, residente en el Área de la Bahía. Su reciente documental ‘Souleros’ fue presentado recientemente en el Festival de Cine Latino de San Francisco.]

«Me atrajo el cine desde que era niño», dijo Jesús Cruz, que pasó parte de su infancia y asistió al bachillerato en Newark, en el Área de la Bahía. 

A pesar de haberse criado en el Área de la Bahía, mantiene importantes vínculos con México. En particular, se siente unido a Tapalpa, Jalisco. Describe los principales recuerdos de su infancia en ese, su pueblo natal: su primer beso, su primera novia y sus abuelas. Su hijo y ex pareja también viven en ese pueblo, por lo que dos o tres veces al año, Cruz viaja a visitarlo. 

Pero fue en el bachillerato donde descubrió una de las cuatro pasiones que le definen: el cine. Hoy, con su cortometraje ‘Souleros’, Cruz, de 41 años, se está convirtiendo en uno de los jóvenes cineastas en español más prometedores de California. ‘Souleros’ fue seleccionado para el Festival de Cine Latino de San Francisco de este año, un evento que muestra a los más notables cineastas latinos del norte de California. 

‘Souleros’ es un documental que arroja luz sobre un grupo de coleccionistas locales, que dedican su tiempo a catalogar y mantener la música soul, incluso de las fuentes más oscuras. Los autodenominados ‘Souleros’ se esfuerzan por identificar y recopilar grabaciones inéditas y poco conocidas y otras peculiaridades que, de otro modo, se olvidarían fácilmente o, peor aún, se perderían. 

Asimismo, fue Cruz quien, al redescubrir entrevistas realizadas por él y su equipo hace una década, da voz, entidad y eternidad a este grupo de coleccionistas. Algunos de los Souleros que aparecen en el documental han fallecido, por lo que sus familiares le han agradecido que los haya inmortalizado.

Quizá sea así como Cruz consigue lo que dice que es su «razón de ser»: dar voz y valor a las historias de personas y grupos del Área de la Bahía que aún no han sido contadas. Para él, el cine comenzó con el deseo de hacer reír a su padre, y sintió orgullo cuando lo consiguió. Así juzgaba que lo estaba haciendo bien. 

«Mi padre era una persona muy seria», dice Cruz para quien, si bien los documentales son un medio más impactante, la comedia y el terror son su objetivo en términos de género cinematográfico y en los que gastó sus primeros esfuerzos. 

Empezó actuando, algo que todavía tiene en mente: «En México, vi que había una obra de teatro que se iba a representar en la escuela. Me ofrecí como voluntario. Era una comedia. Me gustó mucho la reacción del público». 

Entonces abordó la técnica de producir y dirigir, reclutando a compañeros y amigos para varios experimentos. Utilizó la grabadora de casetes compactos VHS-C de su madre, en la que sus «películas» se mezclaban con recuerdos familiares, sobre grabando cintas ya utilizadas para las vacaciones y los eventos familiares. 

A los 16 años ya tenía su propio programa de televisión, algo que le convirtió en una celebridad local. El canal local de Newark, TCI Channel 6, dedicó media hora a ‘Por la Raza’, un programa que dirigió y en el cual estrenaba sus grabaciones.

«Publicamos todo. Todo», recuerda Cruz. Inspirados por Quentin Tarantino y Roberto Rodríguez, actuaban lanzándose mesas y sillas, simulando peleas y grabándolas para el programa. Recuerda a algunos de sus compañeros del Newark Memorial High School, algunos que se desviaron y se fueron por el camino equivocado, o algunos que ya no están. «El cine me salvó», reconoce. 

Autodidacta, sus habilidades técnicas se han desarrollado a través de su trabajo en equipos de producción de medios de televisión locales, como KMVT en Mountain View, o su actual trabajo gestionando la producción de medios en Linkedin desde sus sedes en Sunnyvale y San Francisco.

Le hubiera gustado seguir estudios formales de cine en la Academia de Arte de San Francisco, pero las exigencias financieras se lo impidieron. Dice que ha creado su obra con sus propios recursos y que le gustaría tener recursos adicionales para ampliar su producción.

Con este espíritu, ‘Souleros’ se ha convertido en su piloto. Con su éxito, espera llamar la atención de productoras como Netflix o HBO y convertir el proyecto en una serie o en una película completa: «Todavía hay muchas historias que contar», anuncia.

Dicho esto, la creatividad es lo que le brota y le impulsa. Sus otras tres pasiones, las películas antiguas, la lucha libre y la comedia, complementan su amor por el cine en todos sus aspectos. 

¿Qué es lo próximo para Cruz? Quizás un proyecto relacionado con la Lucha Libre: «Soy un gran fan», afirma. Cruz fue promotor de la lucha libre mexicana en California y abrió la primera escuela de esta disciplina en el estado. Durante años se dedicó a tiempo completo a su empresa, Promo Califa. Es un tema que domina. Hoy, otros han tomado la estafeta y continúan con la escuela, aunque Cruz sigue atento y mantiene una estrecha relación.

Al preguntarle cómo ve la comunidad de cineastas latinos en el Área de la Bahía, Cruz dice que la ve emergiendo: «Me gustaría ver un poco más de comunidad cinematográfica latina en el Área de la Bahía».  

El cine tiene la capacidad de contar historias y destacar momentos y a personas. ‘Souleros’ es un paso hacia esa dirección.

Foto en el documental