El domingo por la noche, una protesta contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) afuera de las oficinas de dicha agencia en San Francisco, en el 630 de la calle Sansome, derivó en un enfrentamiento con el Departamento de Policía de San Francisco, desplazando el foco de atención de la aplicación de la ley de inmigración a la propia aplicación de la ley.

La concentración, organizada por el Partido por el Socialismo y la Liberación (PSL), comenzó pacíficamente alrededor de las 6 de la tarde con discursos y consignas como ‘Levántate, contraataca’. Las personas organizadoras condenaron las deportaciones y vincularon la aplicación de las leyes de inmigración a una injusticia sistémica más amplia.

«Un ataque a las y los inmigrantes es un ataque a nuestras comunidades, es un ataque a nuestros barrios, es un ataque a nuestros compañeros de trabajo, es un ataque a todas y todos nosotros», dijo un organizador, que pidió permanecer en el anonimato.

Gloria La Riva, antigua activista del PSL y ex candidata política, vinculó la explotación de la mano de obra inmigrante y la deportación de inmigrantes con las dificultades económicas más generales a las que se enfrentan muchos estadounidenses: «Las y los trabajadores inmigrantes son los más explotados, pero todos somos explotados… todos nos enfrentamos a esta guerra contra los trabajadores».

Las tensiones empezaron cuando manifestantes portando cubrebocas lanzaron huevos y bolas de pintura roja contra el edificio del ICE. Poco después, otro manifestante empezó a pintar graffiti con lemas como “F- ICE”, “ICE fuera de California” y “ACAB” a lo largo del exterior. 

Fue entonces cuando la multitud manifestante se percató de la presencia de furgonetas de la policía de San Francisco y de unos 30 agentes armados con cascos, porras y armas no letales, reunidos a una cuadra de distancia. Su llegada pareció galvanizar a la multitud, que pasó de centrarse en el ICE a oponerse a la aplicación de la ley por parte de la policía. 

Las y los manifestantes se acercaron a estos agentes, que para entonces habían formado una línea a través de la calle Sansome, y durante una media hora pareció que el acto no pasaría a más. El mensaje inicial en contra del ICE dio paso a consignas como «Que se joda la policía» y «¿A quiénes sirven, a quienes protegen?», pero ni policías ni manifestantes intentaron cruzar la línea invisible que los separaba.

La situación escaló cuando los agentes avanzaron y ordenaron a la multitud dirigirse hacia la calle Market. Las y los manifestantes intentaron colocar barricadas metálicas entre ellos y la policía, lo que dio lugar a un enfrentamiento físico, en el que los agentes, tomando las barricadas, golpearon a los manifestantes.

Varias personas asistentes denunciaron haber sido empujadas y golpeadas con macanas o porras. Un manifestante cayó al suelo y otra describió cómo fue empujada contra un hidrante y golpeada en el pecho cuando no pudo retroceder rápidamente.

Al menos dos personas fueron detenidas durante el enfrentamiento, aunque no está claro si se presentaron cargos. Dos agentes también sufrieron heridas leves; uno de ellos fue trasladado a un hospital local para recibir atención para ser dado de alta la mañana siguiente.

Tras dispersarse brevemente, las y los manifestantes se reagruparon en la zona del Embarcadero y empezaron a marchar por la calle Market, seguidos por la policía. La multitud condujo a los agentes por el centro de la ciudad hasta las calles Market y Kearney, lo que desembocó en un segundo enfrentamiento que terminó con varias personas detenidas.

En una rueda de prensa celebrada este mediodía, el Jefe de Policía, Paul Yep, describió los sucesos como una actividad contraria a la Primera Enmienda: «Los individuos son siempre libres de ejercer sus derechos constitucionales, pero permítanme ser claro, la violencia y la destrucción de la propiedad nunca serán toleradas en San Francisco».

Confirmó que 148 personas fueron detenidas a lo largo de la noche, 147 de las cuales fueron citadas y puestas en libertad; también fueron detenidos seis menores. 

Según la policía de la ciudad, Luis Fernando Leah, de 29 años, fue el único manifestante detenido en la cárcel del condado de San Francisco, acusado de agresión a un agente de la autoridad con un arma mortal, de sustracción de un arma a un agente de la autoridad y por resistencia.