[su_heading size=»24″ align=»left»]Cientos se manifiestan en favor de indigentes desplazados por el Super Bowl [/su_heading]

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A la sombra de las torres del Embarcadero Center, una multitud de manifestantes se reunió la tarde del 3 de febrero, para condenar al alcalde de San Francisco, Ed Lee y otros funcionarios de la ciudad por el trato dado a los indigentes de la ciudad en las semanas previas al Super Bowl 50.

La protesta, organizada por Broke-Ass Stuart y la Coalición por los Indigentes, comenzó como una manifestación frente al Muelle 2 para, después de los discursos de los líderes y miembros de la comunidad, convirtirse en una marcha por Embarcadero y alrededor del área cercana a la Plaza Justin Herman, la llamada Super Bowl City.

“La ciudad está en dolor y ha empeorado en los últimos tres años”, dijo Kristen Korkos, que se trasladó a San Francisco a los 18 años. “Si no tenemos cuidado, vamos a terminar sin hogar nosotros mismos. Esta es la ciudad de la codicia”.

Ron Johnson, de 67 años, un veterano de Vietnam e indigente, participó de la protesta en apoyo a sus amigos indigentes.

“Mis amigos constantemente han sido acosados en la calle Haight por los últimos dos meses”, dijo. “Denles un lugar donde acampar para que luego puedan progresar”.

La manifestación también sirvió para destacar otros asuntos relacionados, incluyendo los crecientes precios del alquiler, la crisis de vivienda de la ciudad, el aburguesamiento y la brutalidad policial.

Barry Eisenberg asistió a la protesta, pidiendo justicia para Mario Woods. Eisenberg dijo que está preocupado por la policía, o al menos lo que llamó las “manzanas podridas” de la policía de San Francisco.

“Alguna vez fui indigente en los años 70”, dijo Eisenberg. “Vivía en Ocean Beach. Las personas sin hogar no deben ser presionadas ni criminalizadas como lo están haciendo ahora”.

Irene Andrada, de 23 años, quien supo de la protesta por un amigo, opinó igual: “No se debe tratar a las personas de esa forma”, dijo.

Varios de los oradores también notaron la fuerte presencia policiaca, que creció conforme lo hizo también la protesta, al extenderse en ambos carriles de la calle. Detrás de las filas, sus oficiales se inclinaron para hablar en voz baja entre sí, con sus ojos ocultos tras las gafas de sol. Portaban cinturones en los que cargaban sus porras, algunas cerca de tres pies de largo y dos pulgadas de diámetro.

Uno de los objetivos de la protesta fue pedir mayor escrutinio a las acciones de los funcionarios de la ciudad, como el alcalde Lee. Sus decisiones de “limpiar” la ciudad para el beneficio de los turistas, especialmente los asistentes al Super Bowl, atrajeron las críticas generalizadas.

“Limpiar para los turistas es simplemente incorrecto”, dijo Ocean Capewell, de 33 años, que ha sido un consejero de indigentes durante tres años y tiene muchos amigos sin hogar.

“La falta de vivienda siempre ha sido un problema aquí”, dijo Yakira Teitel, de 34 años. “Hay tanto dinero, debería haber una solución”.

David Gemigniani, de 73 años, está molesto porque los indigentes fueron removidos en beneficio de la National Football League (NFL), la cual, hasta 2015 operó como una organización no lucrativa.

“Para Ed Lee con perseguir a los indigentes ha de estar haciendo dinero”, Gemigniani. “La policía está haciendo tiempo extra y el dinero que se está gastando en pagarles pudo destinarse para algo más”.

Conforme creció la multitud, los transeúntes comenzaron a impacientarse. Bicicletas, mochilas y taxis buscaron abrirse camino entre los manifestantes.

“No tengo tiempo para esto”, gritó una mujer. Otro hombre exclamó “¿En serio?”

Capewell les dijo: “No sé por qué los pasajeros están siendo tan **. Están tratando de llegar a casa, mientras que estamos luchando por personas que no tienen casas”.

Después de los discursos, cantos y gritos de guerra, la protesta avanzó, acompañada por el característico parpadeo de las luces rojo y azul de la policía. Sus señales, en alto contraste con las luces del escenario de la Super Bowl City, llamaron la atención de turistas y transeúntes, que vieron la larga columna de manifestantes pasar. Sus gritos resonaban en los edificios alrededor y sonaron a través de la oscuridad.