Cómo las madres y los padres inmigrantes pueden relacionarse emocionalmente mejor con sus hijas e hijos nacidos en los EEUU, en un mundo lleno de brechas culturales y distracciones derivadas del uso de la tecnología.

Querida Consejera,

Soy una madre mexicana inmigrante y tengo dos hijos nacidos y criados en San Francisco. Uno tiene 12 años y el otro 23 años de edad. A veces siento que no sé cómo conectarme con ellos emocionalmente, especialmente cuando se trata de hablar sobre lo que sienten o en qué están pensando. Me cuesta iniciar esas conversaciones, y no quiero que se sientan presionados ni distantes de mí.

¿Cómo puedo relacionarme mejor con ellos y generar confianza para hablar sobre sus emociones?

—Leti

Read this story in English.


Querida Leti,

Gracias por tu pregunta. Es una inquietud que muchas madres, muchos padres y cuidadores comparten, y refleja el profundo amor y cuidado que tienen por sus hijas e hijos. Querer conectar emocionalmente con ellos, especialmente cuando están creciendo en una cultura diferente a la tuya, es algo poderoso y hermoso.

Vivimos en una época en la que se habla más abiertamente sobre la salud mental que nunca, especialmente dentro de nuestras comunidades latinas. Cada vez más personas proveedoras de cuidado están buscando formas de fortalecer sus relaciones a través del entendimiento y el cuidado emocional.

Por supuesto, cada relación entre usted y su hijo es diferente, y pueden existir muchas razones por las cuales la cercanía emocional puede resultar difícil. Como terapeuta que ha trabajado con niñas y niños, descubrí que, después de atender síntomas de tristeza, enojo, miedo o trauma, el trabajo más importante a menudo era construir el apego —ese sentido profundo de seguridad emocional entre ellos y la persona a su cuidado.

No siempre se nos enseña cómo conectar emocionalmente, especialmente si no fue algo modelado mientras crecíamos. Pero pasar tiempo de calidad con nuestras hijas y nuestros hijos y demostrarles que sus emociones y necesidades importan, es uno de los regalos más valiosos que podemos darles. Les enseña que ellas y ellos también importan.

La distancia emocional puede surgir cuando no sienten seguridad para expresar lo que sienten. Esto puede deberse a heridas del pasado, temor, disciplina severa, dificultad para expresarse o muchas otras razones. Pero aquí viene la buena noticia: nunca es demasiado tarde para empezar a sanar y construir una conexión más fuerte.

Una de las herramientas más poderosas que tenemos es aprender a escuchar de verdad y validar. Según el libro Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen, reconocer los sentimientos de las niñeces —sin importar si parecen grandes o pequeños— les ayuda a sentirse lo suficientemente seguras y seguros como para abrirse. Muy a menudo, intentamos “arreglar” lo que sienten diciendo cosas como “no te sientas así” o “no es para tanto”. Pero cuando hacemos una pausa y decimos: “Te escucho” o “Eso suena difícil”, construimos confianza.

¿Y qué pasa con las pantallas y la tecnología?

Una de las barreras más grandes contra las que luchamos actualmente: las pantallas y la tecnología. Muchas madres y muchos padres se sienten desconectados de sus hijas e hijos porque los teléfonos, los videojuegos y las redes sociales parecen acaparar toda su atención —y, al mismo tiempo, también dependemos de la tecnología para sobrellevar nuestros días. Yo también enfrento este desafío, tanto como terapeuta como madre.

Según el Instituto Nacional de Salud Mental, casi el 95% de las y los adolescentes en los EEUU tienen su propio dispositivo móvil. Pasan un promedio de 6.5 horas al día frente a pantallas para actividades extracurriculares, mientras que las niñas y los niños más pequeños (de 8 a 12 años de edad) promedian alrededor de 4.6 horas. Esa es una cantidad enorme de tiempo, y tiene un impacto en cómo nos relacionamos entre sí.

La buena noticia es que los pequeños momentos de conexión intencional siguen siendo importantes. Intenta hacerles preguntas abiertas a tus hijas e hijos durante momentos en que no utilizan dicha tecnología: durante una caminata, en el coche o mientras cocinan. Pregúntales sobre sus programas, videojuegos o música favorita, aun cuando te parezca temas intrascendentes. Mostrar interés en su mundo crea la base para conversaciones más profundas en el futuro.

También puedes intentar:  

  • Establecer en conjunto límites para el uso de la tecnología  
  • Pensar en alternativas divertidas que puedan compartir  
  • Modelar tus propios hábitos digitales saludables 

Y si no se abren de inmediato, está bien. Lo que realmente importa es que lo estás intentando y que sientan tu amor y tu presencia —incluso en los momentos de silencio.

Más formas de fomentar la cercanía

La cercanía con nuestras hijas y nuestros hijos no se construye en un solo día, y puede verse influida por muchos factores. Aquí te comparto algunas formas sutiles y conscientes de profundizar esa conexión con el tiempo:

  • Reflexiona sobre cómo escuchas  
  • Evita dar consejos no solicitados  
  • Mantente presente y con atención plena  
  • Repara errores del pasado con honestidad  
  • Valida más de lo que criticas  
  • Pregunta cómo se sienten más amadas y amados  
  • Explora qué significa “diversión” para ellas y ellos  
  • Apóyales en satisfacer sus necesidades  

A veces, me gusta “colarme” en conversaciones significativas a través del juego. Jugar juegos de mesa juntos puede calmar el sistema nervioso y crear el momento perfecto para abrirse.

Si estás enfrentando desafíos más profundos en tu relación o necesitas apoyo para abordar estas situaciones, trabajar con un profesional de salud mental puede ser un paso muy valioso. Dos directorios excelentes para encontrar terapeutas culturalmente afines son: latinxtherapy.com y psychologytoday.com.

Gracias nuevamente, Leti, por tu pregunta y por el gran amor con el que te preocupas. Estás sembrando semillas de conexión —y esas semillas van a florecer. 

Con cariño,

Michelle Gutierrez


Aviso legal: Estas sugerencias tienen únicamente fines informativos y no constituyen formalmente terapia. La información proporcionada no está destinada a abordar situaciones de abuso, adicciones u otras conductas dañinas.


Querida Consejera es una columna sobre bienestar y salud mental dirigida a las comunidades latinas de San Francisco. Michelle Gutiérrez, terapeuta certificada en temas de matrimonio y familia, ayuda a las personas a enfrentar desafíos como la ansiedad, la depresión, el duelo, el trauma y las transiciones de vida. En esta columna, comparte herramientas prácticas, reflexiones culturales y responde a tus preguntas.

💌 Escríbele a Michelle de manera anónima en: consejos@eltecolote.org