El gobierno de los EEUU repatrió a 435 migrantes haitianos desde Texas en tres vuelos que aterrizaron en Puerto Príncipe el domingo, según la Oficina Nacional de Migrantes (OMN) de Haití. Los aterrizajes fueron los primeros de los vuelos que los EEUU anuncia enviará a aquél país en su intento por expulsar a los más de 12 mil migrantes haitianos que han estado viviendo bajo un puente en Del Rio, Texas. «No tenemos otra opción en este momento, sino aumentar los vuelos de repatriación», dijo el Secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una sesión informativa para los medios de comunicación el domingo por la tarde.

Mayorkas no dio detalles sobre la logística y los horarios de los vuelos; sin embargo, funcionarios de la oficina de migrantes con sede en Haití que está recibiendo a los haitianos repatriados en el aeropuerto, han declarado a los medios de comunicación locales que también están programados para el lunes tres vuelos con otros 435 emigrantes. A partir del martes, la OMN espera tres vuelos diarios a Puerto Príncipe y otros tres a Cabo Haitiano.   

Illustration: Gus Reyes

Los migrantes haitianos que acampan en el puente de Del Río proceden de Brasil, Chile y otros países latinoamericanos, algunos han atravesado dos continentes para entrar en los EEUU a través de diversas ciudades fronterizas, atraídos por la desinformación de que dicho país norteamericano proporciona el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a cualquiera que llegue a su territorio. El movimiento comenzó hace meses, con migrantes que fueron dirigidos a varias ciudades fronterizas para ser procesados. Pero hace un par de semanas, la afluencia se acumuló en Del Río, y su número se disparó en la última semana con la llegada de 2 mil personas tan sólo el 16 de septiembre.  

En una advertencia a aquellos que todavía estén contemplando la posibilidad de llegar a los EEUU, Mayorkas dijo que los migrantes están emprendiendo «un viaje ilegal» de inmigración peligroso y que finalmente resultará infructuoso. «Intentar venir a los EEUU de esta manera no vale la pena la desventura, el dinero, el esfuerzo», dijo el secretario. «No intenten este viaje. No tendrá éxito». 

El mensaje hace eco en lo que el gobierno de Biden ha estado emitiendo a los migrantes durante meses a través de una variedad de funcionarios, incluida la vicepresidenta Kamala Harris, y numerosos canales a medida que las condiciones han empeorado en los países de la región. Alegando razones de seguridad, Mayorkas no proporcionó detalles sobre el número de vuelos ni de personas que se destinarán a regresar a Haití cada día, tampoco proporcionó información, incluyendo cualquier acuerdo de financiación, sobre el papel del gobierno haitiano en el reasentamiento de sus compatriotas.

Dado que algunos migrantes pueden haber obtenido un estatus migratorio en otros países, los funcionarios de la patrulla fronteriza y de las agencias de inmigración, que supervisa la Seguridad Nacional, también examinarán la documentación de esos haitianos para determinar a dónde deben ser repatriados.

Haitian migrants walk together after US authorities flew them out of a Texas border city on Sunday where thousands of mostly Haitians had gathered under a bridge after crossing the Rio Grande river from Mexico, in Port-au-Prince, Haiti September 19, 2021. © REUTERS/Ralph Tedy Erol

Los repatriados dicen que volverán a salir

Mientras aterrizaban en Puerto Príncipe el domingo, varios migrantes hablaron con los medios de comunicación locales, con los rostros cubiertos con cubrebocas por el COVID-19. No facilitaron sus nombres ante las cámaras, pero su salida de los autobuses en el aeropuerto hizo evidente que procedían de los EEUU. Algunos dijeron a los medios de comunicación locales que planean regresar a los países latinoamericanos donde habían estado viviendo porque las condiciones en Haití son demasiado difíciles para permanecer. El presidente Jovenel Moise recibió 12 disparos en su casa el 7 de julio, y más tarde, el 14 de agosto, un terremoto de 7.2 grados de magnitud sacudió la región suroeste de ese país. Al menos 2,200 personas murieron y decenas de familias quedaron sin hogar. 

Mientras tanto, en Puerto Príncipe se está registrando un aumento en los casos de secuestro y los miembros de las bandas se enzarzan regularmente en escaramuzas entre ellos y con la policía. «Tal y como están las cosas en el país, no puedo criar a mi bebé de dos años en Haití», declaró una mujer. «Tengo que irme».