[por Tim Redmond/48 Hills; foto por SFGovTV]

A veces, la protesta pública funciona, particularmente en una ciudad con elecciones distritales de supervisores, cuyos funcionarios públicos deben estar más cerca de la opinión de las personas.

El 6 de diciembre, tras cierta confusión entre ellos, los superintendentes votaron 8 a 3 para prohibir el uso de los robot asesinos y enviaron el tema de vuelta al comité para una discusión más profunda.

Solo los superintendentes Rafael Mandelman, Matt Dorsey y Catherine Stefani votaron a favor de esta ley, que habría permitido a la policía armar robots con bombas para eliminar seres humanos.

Esos tres superintendentes dijeron estar convencidos de que el debate había terminado, que todo lo que se podía decir se había dicho, y los policías deberían tener derecho a desplegar esas armas de ser requeridas.

Sin embargo, en la semana pasada, luego de la primera votación a favor de los robot asesinos, esto se ha convertido en un problema nacional y reporteros de todo el país aparentemente se sorprendieron de que una ciudad tan progresista permitiera esto.

Una gran protesta pública puso a los superintendentes bajo escrutinio minucioso, ya que 44 grupos comunitarios y de derechos civiles exigieron cambiar esa ley. El superintendente Aaron Peskin, que había ayudado a negociar la política de armas en varias audiencias públicas y votado a favor de los robots la semana pasada, tomó la iniciativa para prohibir la fuerza letal por parte de estos y derivar este asunto al Comité de Reglas.

Tomó tiempo y la situación era inusual: los superintendentes habían aprobado los robot asesinos la semana pasada 8 a 3, pero cada ordenanza requiere una segunda votación. Y en este caso, Peskin quería enviar para su aprobación final el resto de la ley de armas la cual tiene muchos otros problemas, con la sección de robot suprimida.

Después de una larga discusión sobre cómo podría suceder, y una serie de votaciones, la junta logró aprobar la ley de armas sin robot, prohibiendo específicamente la fuerza letal con  la intervención de estos, y devolvió esa parte de la ley para ser discutida a fondo.

Algo muy necesario: el papel de los robot en la aplicación de la ley se convertirá en un debate nacional serio en los próximos años, ya que los creadores de software producen programas de inteligencia artificial que permitirían a éstos analizar amenazas y, potencialmente, decidir cuándo la fuerza letal es aceptable.

Por el momento, San Francisco está procediendo con cautela.