Socorro Antonio Gonzales, quien por casualidad escapó de nacer en los convulsos tiempos posteriores a la Revolución Mexicana para luego combatir en la Segunda Guerra Mundial y ser abuelo del periódico bilingüe El Tecolote, murió el 11 de marzo de 2022 de cáncer de próstata, a los 97 años.

Su vida fue plena, verdaderamente interesante.

Socorro, un niño trabajador agrícola mexicano con un nombre que no encajaba en la boca de sus amigos de infancia, nació en Fresno, California, el 20 de octubre de 1924. Pero su viaje no comenzó allí.

Su madre originaria de la Ciudad de México, Sara Rita, estaba embarazada cuando le informó a su entonces esposo que quería criar a su hijo al norte, lejos de la violencia posrevolucionaria. Sin embargo, quedarse para luchar por su ‘tierra’ fue más importante para él. Y así Sara Rita, junto con su hermana, partieron y comenzaron su viaje hacia el norte. Al llegar a Fresno, Sara Rita abrió la guía telefónica local, buscó una lista de nombres y localizó uno familiar pero con un toque portugués: Gonzales. Fue el apellido que le dio a su primogénito, Socorro.

Como muchos niños de la era de la depresión, Socorro creció rápidamente. Su madre se volvió a casar y tuvo siete hijos más: dos niñas y cinco niños. Al tener que mantener a ocho hijos, ella y su esposo recorrían la temporada de cultivo por todo el Valle Central. “Todos sus hijos irían a los campos para ayudar si fuera necesario”, dijo Juan Gonzales, hijo de Socorro. “Y era necesario”.

Una temporada, la familia llegó a Stockton donde se establecieron. El esposo, sin embargo, tenía planes de trasladar a la familia a México. Pero Sara Rita estaba decidida a hacer su vida en los EEUU. “Así que él se regresó”, dijo Gonzales. “Y ahora era una madre soltera de ocho hijos”.

Así fue como a los 14 años, Socorro, quien amaba la escuela pero luchaba por reunir el dinero para comprar útiles escolares como lápices, papel y ropa de gimnasio, dinero que podría haberse usado para alimentar a sus hermanos, se convirtió en el ‘hombre de la casa’. Abandonando su sueño de estudiar, Socorro encontró un buen trabajo en el puerto de Stockton. Todo era trabajo manual y duro. “Pero nunca se arrepintió”, dijo Gonzales sobre su padre. “Era un buen hijo en ese sentido. Tratando de mantener a la familia”.

En medio del arduo trabajo y asegurándose de que sus hermanos no se desviaran, Socorro encontró momentos para disfrutar su juventud. Se destacó en los deportes de ‘sandlot’ y perfeccionó sus habilidades de natación en el río San Joaquín.

Fue durante una de sus rutas de entrega de camiones que vió a una empleada que trabajaba en una tienda local, Sarah Rita Gómez. Quería hacerla su esposa. Pero para hacerlo, primero necesitaba ganarse a Sacramento Gómez, la madre de Sarah Rita, una dura madre soltera mexicana.

Socorro fue sutil, tenía auto y supo que a Sacramento le gustaba ir de compras. Así que se ofreció a llevarla de compras, transportando todos sus bienes en su auto. “Y lo hizo en varias ocasiones”, dijo Gonzales. “Y hombre, papá era su encanto. No podía hacer nada malo. Fue así como terminó ganándosela. Y ella era su mayor apoyo”.

Pese a contar con su bendición, Socorro y Sarah Rita no se casaron de inmediato. Como muchos jóvenes de la época, Socorro se ofreció como voluntario para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Sarah Rita accedió a esperar, pero albergaba dudas de que Socorro regresara. Su hermano, John, moriría más tarde en la guerra. Y en 1943, el soldado raso Socorro se alistó en el Ejército de los EEUU. Bajo el mando del general George Smith Patton, formó parte de una unidad de artillería que proporcionaba cobertura a las tropas estadounidenses en las playas de Normandía, Francia.

A medida que avanzó la guerra, Gonzales encontró tiempo para escribir cartas a su prometida. Lo hizo hasta que terminó la guerra en 1945. Posteriormente, el 17 de febrero de 1946, Socorro y Sarah Rita contrajeron nupcias en Stockton. Un año después, la pareja dio la bienvenida a su primer hijo, Juan. Cinco años después, la pareja recibió a la pequeña Sarah.

Socorro Antonio Gonzales, nacido en Fresno, trabajó en los campos de cultivo desde pequeño, combatió en la Segunda Guerra Mundial y dedicó su vida a su familia. Foto de cortesía.

Como única fuente de ingresos, Socorro trabajaba en un aserradero de Stockton, trabajando día y noche. Su suegra Sacramento, a quien había encantado años antes y que ahora era su yerno favorito, le dio $5,000 para comprar su primera casa en la calle California.

“Era simplemente un gran trabajador y comprometido con su familia”, dijo Juan. “Así que hizo todo lo que pudo para asegurarse de que no pasáramos hambre ni nos faltara abrigo o techo”. Socorro, el niño al que le dijeron que la escuela no era para él por ser pobre y mexicano, ahora tenía la oportunidad de darles a sus hijos algo que nunca tuvo: educación superior.

Su hijo Juan, se graduó de la escuela secundaria Franklin de Stockton y luego asistió a la SF State. Después de graduarse en 1968, volvió a enseñar el curso de Periodismo Raza en el recién establecido Colegio de Estudios Étnicos. En la primavera de 1970, junto a un pequeño grupo de estudiantes planeó el lanzamiento de un periódico comunitario bilingüe gratuito que brindaría recursos e información muy necesarios para la creciente comunidad latina desatendida de San Francisco. El 24 de agosto de 1970, El Tecolote, el periódico que estás leyendo ahora, despegó.

Casi al mismo tiempo que de su lanzamiento, la Universidad de Stanford reclutó a Juan. En 1977, completó su maestría en Periodismo en una de las universidades más prestigiosas de lta costa oeste.

Socorro, que solo había conocido trabajos forzados desde niño, no acababa de entender la pasión de su hijo por el periodismo. Sin embargo, lo apoyó, a menudo donando al periódico. Después de décadas de trabajar en la fábrica y convertirse en formador, Socorro se jubiló a los 60 años. Ahorrativo e inteligente, él y su esposa Sarah Rita vivieron cómodamente en su retiro en Stockton. “Lo hizo bien por sí mismo”, dijo Juan. “Este niño que no tenía nada”.

El 14 de septiembre de 2014, Socorro perdió a la que fuera su esposa por 68 años. Vivió el resto de su vida en Stockton, casi solo. Juan, el presidente del Departamento de Periodismo del CCSF y su hermana se mantuvieron en contacto lo mejor que pudieron.

“Siempre encontraba cosas que hacer”, dijo Juan, describiendo la pasión de su padre por la jardinería y su mascota, un pez y un gato. “Ocupaba su tiempo con cosas, cosas novedosas que no tenía la oportunidad de hacer porque estaba muy ocupado trabajando”.

Juan celebró su 75 cumpleaños el 11 de marzo de 2022. Dos días después, perdió a su papá.

“Siempre me decía: ‘Quiero vivir hasta los cien años’. Ese era su objetivo. Estuvo cerca”, dijo Juan. “Cuando pierdes a tu padre, es desgarrador… la tristeza y las lágrimas parecen no tener fin. Pero afortunadamente hay innumerables recuerdos entrañables que suavizan el dolor. Gracias papá por alentarme en mis esfuerzos en la vida y por los valores de justicia social que abrazo. Siempre has sido el viento bajo mis alas”.

 
Socorro Antonio Gonzales, nacido en Fresno, trabajó en los campos de cultivo desde pequeño, combatió en la Segunda Guerra Mundial y dedicó su vida a su familia. Foto de cortesía.

A Socorro le sobreviven su hijo Juan; hija Sara Muñoz; los hermanos Tino, Frank y Richard; y las hermanas Helen Sanchez y Carmen Delao. Deja cuatro nietos: Agustín; Marialma Cruz; Paul Munzo y Sarah Arriola. También deja cuatro bisnietos: Emiliano, Alejandro, Laurelle y Landon.

Un rosario en su memoria está programado para el jueves 24 de marzo a las 5:30 pm, en Casa Bonita Funeral Home, 2500 Cemetery Lane en Stockton. Asimisnmo está prevista una misa a las 10 am el viernes 25 de marzo en la Iglesia Católica de St. Gertrude, 1663 E. Main St., seguida de un entierro en el Cementerio Católico de San Joaquín.