Cuando Francisco Flores Landa entró a la oficina editorial de El Tecolote a principios de 1972 para preguntar si el periódico necesitaba ayuda, no me di cuenta de que sería una relación duradera que crearía recuerdos preciados.

En ese momento le pregunté: «¿Qué puedes hacer?». Él respondió: «¿Qué necesitas?»

A partir de entonces, Francisco encontraría tiempo para escribir artículos, producir una columna sobre viñetas históricas del vecindario titulada ‘Mission Jewels’, traducir artículos del inglés al español, supervisar todas las traducciones al español, distribuir el periódico y ayudar en nuestras actividades de recaudación de fondos. Estaba comprometido.

Aunque nunca fue escandaloso ni expresivo de sus emociones, Francisco siempre fue leal y generoso. Conocido por su mente analítica, también era un historiador de corazón: constantemente escribía sobre la historia de la Misión que se publicaba en línea en ‘Shaping San Francisco’s Digital Archive’. Busque su nombre en foundsf.org para conocer sus contribuciones, incluida una coautoría con la ex editora de fotografía de El Tecolote, Pilar Mejía, titulada ‘El Tecolote: condiciones sociales y políticas durante su creación -1970’.

Francisco murió el 8 de febrero de 2022. Tenía 72 años.

Francisco Flores Landa
fue escritor, columnista, traductor (español), distribuidor y recaudador de fondos para El Tecolote, que amaba la historia e hizo todo lo posible para contribuir y preservar la historia bilingüe de San Francisco. Fotografia cortesia.

Desde temprana edad, fue consciente de la lucha por la justicia social. Fue uno de los líderes de las protestas y paros exigiendo estudios étnicos en la Preparatoria Misión. Él decía: “Finalmente sirvieron tacos en la cafetería, pero todavía no hay estudios étnicos ni ningún plan de estudios relevante”. Como muchos estudiantes latinos, fue ‘expulsado’ de la preparatoria. Sin embargo, siguió estudiando y entró en un programa de soldadura.

La mayor parte de su vida, trabajó como armador de barcos en Hunters Point y en Mare Island para mantener a su familia. Se mantuvo activo en las luchas comunitarias y comenzó su desarrollo político trabajando en el Comité de Defensa de Los Siete, donde ayudó a organizar un programa de desayuno gratuito para niños. También formó parte de un grupo de estudio revolucionario y ayudó a distribuir Basta Ya, el periódico de defensa de Los Siete. También se unió a la Brigada Venceremos y fue a Cuba a ayudar en la zafra de caña de azúcar. Su hijo, Taino, nació durante este tiempo.

Francisco nació el 17 de octubre de 1951 en Stockton, California, cuando su madre acompañó a su padre, un trabajador agrícola migrante al French Camp, pero creció en Mexicali, México. Disfrutaba contando historias sobre cómo creció en el calor abrasador y cómo se levantaba temprano en la mañana y veía cómo su barrio cobraba vida cuando hacía más fresco. Pero por las tardes tenía que correr de sombra en sombra para no quemar sus pies descalzos.

Cuando tenía alrededor de 11 años, su familia se mudó al Distrito Misión de San Francisco luego de la muerte de su padre. Aquí él, su madre Carmen y sus dos hermanos, Jaime y Enrique, abrazaron la calidez de la comunidad latina, pero también enfrentaron desafíos.

Mientras estuvo en El Tecolote, ayudó a desarrollar un colectivo que estudiaba el papel de los medios, la cultura y la política. En 1974 conoció a Zaida Valladares, originaria de Nicaragua y se unió a ella en el movimiento de solidaridad con ese país. Se casaron y criaron a tres hijas, Vicky, Iliana y Melina.

Poco tiempo después, obtuvo una licenciatura y credenciales para enseñar que lo llevaron a convertirse en maestro de estudios sociales en una escuela secundaria en San Francisco.

A través de los años, quedó claro que su mayor alegría era su familia, especialmente sus nietos. Compartía historias conmigo y me mostraba fotografías, mientras lucía una sonrisa satisfactoria. Era feliz.

Semanas antes de su muerte, Franciso estaba considerando la idea de volver a unirse al comité del vigésimo quinto aniversario de El Tecolote para planear una gran gala a fines de agosto o principios de septiembre. Sé que estará allí en espíritu.

Le sobreviven su hermano Enrique; sus cuatro hijos Taino, Vicky, Iliana y Melina; nueve nietos, dos bisnietos y dos sobrinos.

Ocupas un lugar en mi corazón Francisco y una nota a pie de página en nuestra historia.

Francisco Flores Landa, ¡PRESENTE!