Uno de los restaurantes más populares de Fruitvale, el Otaez permaneció cerrado el 8 de abril. Su dueño, Chuy Campos, fue herido de muerte al abrirlo. Foto: Francisco Barradas.

Oakland.–  Marisol Chalé vende fruta en un carrito ambulante, en la esquina de la avenida 38 y el boulevard International.  A 50 metros de donde diario se instala, ocurrió la noticia que este 8 de abril conmocionó al barrio, el asesinato de Chuy Campos, propietario de los restaurantes Otaez.

“Me siento muy mal y muy insegura”, dijo Chalé en relación a la muerte de Campos, quien fue herido de muerte por un disparo, mientras abría su negocio; aparentemente se trató de un asalto, cometido por un hombre solitario, según la escasa información revelada hasta el momento por la policía.

Chalé conocía a Campos, como la mayoría de la gente del barrio.  Su madre, relató, le vendía las cáscaras de las frutas, las cuales Campos empleaba como alimento para los animales de su rancho.  “Era muy buena persona”, dijo.

Campos fue uno de los emprendedores latinos que participaron en el rescate de Fruitvale.   Hace 25 años inauguró su restaurante, en la esquina de la avenida 39 y el boulevard International.  Otro de esos pioneros, Rosendo Gámez, propietario de la Ciudad de México, un negocio que lo mismo ofrece venta de revistas que servicios de paquetería, lo recuerda como “un hermano, un amigo por 40 años”.

Hugo Guerrero ha contado la historia del rescate de Fruitvale más de una vez, siempre con lengua de fuego.  “Este barrio era una porquería cuando nosotros llegamos.  Drogas, prostitución, desempleo… Nadie quería venir aquí”, refiere el propietario de Hugo’s Tours & Travel, agencia de viajes, ubicada en la esquina de la avenida 36 e International.

En la calle, la situación, en verdad, no ha variado mucho.  Frutivale se mantiene como una de las áreas de mayor riesgo en Oakland, calificada como la cuarta ciudad más peligrosa de los Estados Unidos.  “¿Prostitución?  ¡Ay, demasiada!”, respondió Chalé este viernes 8 de abril.

Pero en los números, la historia es muy distinta.  La base tributaria de Fruitvale es la segunda más importante de Oakland.  El de la International es uno de los corredores comerciales más dinámicos, la predominancia de los latinos es evidente; un tercio de los individuos de esa raza que viven en Oakland radican en el distrito.

Los negocios latinos comenzaron a proliferar en los setentas, ha contado Guerrero.  Al menos entre la calle High y la avenida Fruitvale, el corredor comercial del boulevard International hace sentir que aquí los negocios se hacen exclusivamente en español.

Chuy Campos era también de origen mexicano –como el 70% de los latinos de Frutivale–.  Nació en Autlán, Jalisco.  Su historia era una de las tantas favoritas para describir el aporte de los migrantes a los Estados Unidos.  Hoy su tragedia lo equipara a tantos otros de su raza agredidos en las calles del barrio.

“Somos la carnada”, dijo Hugo Guerrero al describir el sistema de la violencia callejera en Fruitvale.  “Quienes nos asesinan son los afros”, abundó.  Estadísticas del Consejo Nacional del Crimen, el año 2000, mostraban que, en realidad, en el 69% de los casos el homicida de un latino en Oakland suele ser otro latino.

“Me han asaltado cinco veces, siempre en esta esquina y durante el día.  Me sacaban la pistola y me quitaban el dinero.  Siempre han sido morenos (afroamericanos)”, relató Chalé.

Un juez de la Corte Superior de California valora estos días si concede una orden de restricción contra 40 individuos vinculados supuestamente a la pandilla Norteños.  De aprobarse, se crearía una “zona de seguridad” en Fruitvale, dos millas cuadradas de territorio.  Los comerciantes entrevistados para este reporte desestimaron que las pandillas sean las principales causantes de la violencia en el barrio.

Hay una recompensa de 30,000 dólares a quien ofrezca datos que conduzcan a la detención del asesino de Chuy Campos.  El número a llamar es 510-238-38-21