Ana A., aún recuerda cómo se sintió al meterse al agua. Un día de finales de enero, conforme se preparaba para un baño frío improvisado en su baño, apartó una toalla y té caliente, pensando en lo que necesitaría después del impacto de la temperatura. Pero en cuanto entró en la ducha fría, su mente la llevó a otro lugar: al día en que fue detenida por agentes de inmigración.

“Me dieron mi uniforme y me dijeron tenga, báñese, tiene tanto tiempo para bañarse y ponerse la ropa. Y allí el agua es fría”, dijo Ana, trabajadora doméstica y organizadora comunitaria de Guatemala. “ A uno lo ven como que uno va sucio, contaminado.… Es algo que no puedo poder explicarme porque es un sentimiento bien triste, el saber que yo estaba encerrada sin mi hijo”.

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Unos lunes después, Ana pudo procesar estos recuerdos en una reunión con un grupo de mujeres latinas que exploran cómo los remedios tradicionales pueden apoyar la salud mental. Desde la acupuntura hasta las caminatas por el bosque, incorporan sus propias experiencias a un creciente corpus de investigación comunitaria.

En enero, el grupo exploró los beneficios de la inmersión en agua fría, una práctica popular asociada con cambios positivos en el estado de ánimo. Para ponerla a prueba, algunas integrantes se aventuraron a Ocean Beach, abrazándose mientras las olas frías rompían a su alrededor. Ana, que no pudo ir a la playa, probó su propia inmersión en casa, un proceso que le despertó recuerdos difíciles, pero también le abrió un espacio de sanación.

Sus hallazgos no son aislados.

Ana y las otras mujeres forman parte de dos grupos de investigación comunitaria: Somos Remedios, que explora remedios tradicionales y, Somos Investigadoras, que trabaja para que los recursos clínicos de salud mental sean más accesibles para la comunidad latina en San Francisco. Ambos grupos surgieron de Somos Esenciales, un proyecto interdisciplinario centrado en encontrar soluciones a las desigualdades en salud para la comunidad latina.

Venimos de Nicaragua, de México, Perú, Guatemala, El Salvador”, dijo Ana. “Es un grupo multicultural pero muy fuerte. Y con ganas de seguir trabajando para lograr muchas cosas para la comunidad, porque nosotros mismos, hemos tenido retos con asistencia médica, entonces queremos ya quitar esas barreras.»


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Una lucha pandémica que se convirtió en conocimiento

Las raíces de la investigación de Somos se remontan a los primeros meses de la pandemia.

Muchas de las mujeres que ahora participan como investigadoras comunitarias se conocieron como voluntarias en el Centro de Alimentos de la Misión, también conocido como Mission Food Hub. Tras perder sus trabajos debido a las órdenes de confinamiento y vivir en aislamiento con familiares o amigos, ayudar a los demás se convirtió en su refugio.

“Pienso que el banco de comida nos salvó a mucha gente de toda esa ansiedad y desesperación”, dijo Connie Rivera, propietaria de un negocio y voluntaria desde hace mucho tiempo. “Nos sacó de nuestro mundo que estábamos viviendo. Y de una manera u otra, pues creamos comunidad”. 

En 2021, el artista y poeta Paul Flores acudió al centro de alimentos buscando miembros de la comunidad que lo ayudaran a investigar el impacto desproporcionado de la pandemia en la comunidad latina del Distrito Misión de San Francisco, un proyecto que con el tiempo se convertiría en Somos Esenciales. Varias voluntarias encontraron un lugar ideal. Al proporcionar alimentos gratuitos a cientos de personas todos los días, ya estaban profundamente conectadas con las dificultades que se les pedía que investigaran.

Flores también reclutó a la escritora e investigadora Adriana Camarena para que le ayudara como facilitadora. Juntos, recibieron capacitación y financiamiento para facilitar la investigación-acción participativa basada en la vida popular, un modelo de investigación colaborativa en el que las personas más afectadas por un problema ayudan a formular preguntas, recopilar datos e interpretar los hallazgos.

“Desde los primeros momentos empezamos a hablar pues del nivel de estrés y la carga emocional y realmente el daño en la salud mental que nos estaba causando la pandemia”,”, explicó Camarena. “Al formular nuestras preguntas fuimos a aprender de la comunidad”.

Conforme Somos Esenciales tomaba forma, las voluntarias encuestaron a integrantes de la comunidad en el centro de alimentos, en sus casas y en zonas concurridas como la plaza del BART de la calle 24. Recopilaron historias de pérdida de empleo, cargas de alquiler, enfermedades persistentes, así como la profunda tensión emocional que sentían en medio de estas dificultades concretas.

Meses después, comenzaron a presentar sus hallazgos a la comunidad en general, a través de presentaciones artísticas y un trabajo de investigación que captó la atención de organizaciones locales y nacionales.

Ana Quintal observa los secuoyas durante una caminata matutina en Muir Woods, Mill Valley, California, el 14 de abril de 2025. Quintal forma parte de Somos Esenciales, un grupo de investigación liderado por latinas, que explora la salud mental y las desigualdades en la salud entre la comunidad latina de San Francisco. Foto: Pablo Unzueta para El Tecolote/CatchLight Local

Tejiendo la historia de recuperación de una comunidad

Tras la finalización del primer proyecto Somos Esenciales, a finales de 2022, el grupo recibió financiación de la Universidad de California en San Francisco (UCSF, por sus siglas en inglés) para dos proyectos de investigación derivados que aún están en curso. Ambos están dirigidos por miembros del equipo original, con algunas nuevas incorporaciones, y todas las investigadoras reciben una compensación por su tiempo.

En 2023, Somos Remedios comenzó investigando los efectos secundarios persistentes de la COVID persistente y la falta de opciones de tratamiento médico. Muchas investigadoras se vieron afectadas personalmente —algunas experimentaron migrañas recurrentes, otras lucharon contra un aumento de la ansiedad— y querían saber cómo otras personas de su comunidad lo enfrentaban.

“Muchas de las personas que entrevistamos nos dijeron que lo que les recetaron los médicos no les estaba ayudando”, comentó Rosario Ortegón, investigadora mexicana que perdió el olfato tras la COVID. “Así que recurrían a remedios tradicionales, también para tratar la salud mental”.

Este año, el equipo de Remedios explora estas prácticas ancestrales para mejorar su bienestar emocional, desde baños fríos hasta remedios herbales transmitidos de generación en generación en Latinoamérica.

Por otro lado, Somos Investigadoras colabora con psicólogos de la UCSF desde el año 2024. Inicialmente, se centraron en cómo hacer que los recursos de salud mental sean más accesibles para las comunidades latinas, donde el estatus legal y las barreras lingüísticas representan obstáculos importantes.

“Hasta ahora sigue siendo un estigma hablar de la salud mental», comentó Magaly, investigadora comunitaria involucrada en ambos proyectos. “Nos hemos dado cuenta cuando hemos salido a la calle a preguntar a nuestra comunidad, que sí es difícil  encontrar sobre todo la ayuda cuando uno lo necesita, ya que muchas personas están en lista de espera”.  

Mientras Magaly y las demás investigadoras comunitarias encuestaron a personas del Distrito Misión, psicólogas de la UCSF regresaron al hospital para transmitir las preguntas de la comunidad sobre cómo acceder a ayuda a los profesionales clínicos, explicó la psicóloga de la UCSF, Johanna Folk, quien preside el comité que trabaja con Somos Investigadoras.

“En nuestro espacio, todas son maestras”, dijo Mónica Noriega, otra psicóloga de la UCSF que colabora voluntariamente con el proyecto. Ella y Camarena lideran el proyecto más reciente de Investigadoras: los efectos a largo plazo del trauma migratorio.

Rosario Ortegón, trabajadora del hogar e investigadora comunitaria de Somos Remedios, sostiene una hoja de encuesta sobre la COVID-19, mientras realiza campaña en la Plaza BART de la Calle 24 en el Distrito Misión de San Francisco, el 4 de marzo de 2024. Esa encuesta forma parte de una investigación que destaca el impacto de la pandemia persistente en la comunidad latina. Foto: Pablo Unzueta para El Tecolote/CatchLight Local

Encontrando consuelo en la vida popular

A medida que las investigadoras profundizan en las dificultades de su comunidad, inevitablemente enfrentan sus propias historias con la migración. Pero juntas, dicen, están encontrando fuerza y ​​sanación.

“Cada sesión que tenemos es muy impactante”, dijo Glenda Hogdson, participante tanto de Remedios como de Investigadoras. “A pesar de que es un trabajo que estamos haciendo, en el momento realmente es como nuestra terapia en sí”.

Cada pequeño grupo de investigadoras se reúne quincenalmente durante seis sesiones. Comienzan compartiendo historias personales antes de pasar a una pregunta o idea para investigar. Remedios actualmente cuenta con ocho investigadoras comunitarias, incluyendo a Flores y Camarena, mientras que Investigadoras cuenta con siete, además de cinco psicólogas de la UCSF.

Para Hogdson, quien emigró a San Francisco en 2022, el grupo se ha convertido en una familia. Construir una nueva vida en la ciudad fue abrumador, dijo, pero hablar de sus experiencias con otras investigadoras la ayudó a superar su depresión. Ser parte de Somos, dijo, también la animó a persistir en la búsqueda de un terapeuta, porque sabía que debía seguir insistiendo para obtener ayuda.

Rivera, quien forma parte de Somos Investigadoras, también dice que valora la forma en que las participantes pueden abrirse entre sí.

“Aunque es privado y confidencial, pues cada quien creo que sabe la vida de cada uno”, dijo. “Y eso también es bonito porque pues ya te vuelves más vulnerable, ya entiendes a la otra persona y los otros ya te entienden a ti.”

Ana A., trabajadora del hogar e investigadora comunitaria de Somos Remedios, realiza una encuesta sobre la COVID persistente a un residente, en la Plaza del BART de la calle 24, en el Distrito Misión de San Francisco, el 4 de marzo de 2024. La investigación destaca los efectos prolongados de la pandemia entre la comunidad latina. Foto: Pablo Unzueta para El Tecolote/CatchLight Loca

Construyendo un futuro más sólido

Para Ortegón, lo más significativo de ser investigadora ha sido compartir sus hallazgos con la comunidad. En 2024, el equipo de Remedios creó la ‘Lotería de COVID Persistente’, un juego de mesa que ilustra la variedad de síntomas que las personas podrían experimentar después de la infección.

Mientras repartían las tarjetas en eventos a lo largo del año, Ortegón comentó que le impactó la cantidad de personas que se identificaron con la lotería. Algunas de las personas con las que habló le comentaron que era la primera vez que se daban cuenta de que las afecciones médicas que ahora enfrentaban eran resultado de una infección previa: «Muchas personas decían: parece que estuvieran hablando de mí, porque todo esto es lo que me quedó a mí después del COVID».

Por parte de las Investigadoras, el grupo elaboró ​​recientemente un folleto con una lista de recursos de salud mental disponibles para hispanohablantes, que planean distribuir por todo San Francisco. También están colaborando con El Tecolote para crear una serie de videos bilingües que comparten las experiencias de salud mental que han experimentado investigadoras individuales, para desestigmatizar la idea de buscar ayuda.

Impulsadas ​​por lo que han escuchado de su comunidad, algunas integrantes están avanzando hacia intervenciones más profundas. Flores comentó que Somos Esenciales está capacitando a algunas para que se dediquen a la defensa de la salud mental a tiempo completo como promotoras, comenzando con cursos de inglés y tecnología. Roberto Hernández, director de Cultura y Arte Nativa de las Américas (CANA), una organización sin fines de lucro que ahora supervisa Somos Esenciales, explicó que el grupo trabaja para crear un centro de bienestar comunitario donde las personas puedan acceder a recursos de salud mental superando las barreras existentes.

En esencia, la misión sigue siendo simple: asegurar que las personas inmigrantes estén mejor preparadas para cuidar de su bienestar mental.

“Pienso que lo importante es que toda la información, todo lo que nosotros hagamos, llegue a la comunidad”, dijo Magaly. “Ese es el fin, ¿no? Que la mayor gente que sea posible pueda usar los recursos, lo que se pueda dar de lo que aprendemos”.

Acción Latina, la organización sin fines de lucro dedicada a las artes y los medios de comunicación, que publica a El Tecolote, también es patrocinadora fiscal de Somos Investigadoras y Somos Remedios.