Advertencia de contenido: el siguiente comentario trata sobre la agresión sexual.

Comunidad,

Hemos sido testigos de varios llamados a rendir cuentas en los últimos años. Desde el auge del movimiento #MeToo en 2017, que llevó a poderosos y conocidos abusadores a una supuesta —cuando no temporal— justicia, hasta el reconocimiento generalizado del año pasado de cómo el racismo se encuentra hilado en el tejido de nuestras instituciones históricas.

Ahora tenemos nuestro propio llamado a la rendición de cuentas.

Este 6 de agosto, Sasha Perigo, miembro de nuestra comunidad y organizadora a favor de los derechos de los inquilinos, valientemente hizo público el nombre de quien la violó en abril pasado, detallando el incidente en Twitter al compartir un documento de siete páginas que incluye su relatoría de hechos, el papeleo del SFGH y una carta del SFPD confirmando que su kit de violación había sido procesado. Ese hombre, muy conocido en el ámbito político de la Misión y alguien sobre quien El Tecolote ha publicado en el pasado, es Jon Jacobo.

La noticia de que una mujer de nuestra comunidad fue violada por alguien en quien confiaba, un hombre de nuestra comunidad que había construido su imagen como servidor comunitario, fue devastadora. Pero dada la historia de abusos cometidos por hombres influyentes, no fue una sorpresa. En todo caso, el hecho de que Sasha haya difundido su ataque es un recordatorio sombrío pero necesario de que los agresores existen en todas sus formas, incluidos los líderes carismáticos de la comunidad.

Sasha Perigo, una defensora de los derechos de la vivienda, quien recientemente hizo público haber sido víctima de violación por parte de Jon Jacobo, un destacado líder de la comunidad. Photo: Mabel Jiménez

“Hablar públicamente de tu violación no es divertido”, dijo Sasha a El Tecolote vía correo electrónico. “He sido objeto de un aluvión de comentarios que hurgan en todos los aspectos de mi vida. Los comentaristas me han dicho que soy una novia infiel, una puta, una mentirosa, incluso que merezco ser violada repetidamente para ‘darme una lección’”.

Este incidente es microcosmos de un problema mayor que durante mucho tiempo ha plagado a nuestra comunidad y a la cultura del machismo en general, y que ha sido ampliamente ignorado.

Lo más probable es que si está leyendo esto, usted mismo sea un sobreviviente, el hijo de un sobreviviente, o haya presenciado o experimentado el acoso frecuente como lo es el silbido que a veces se escucha a lo largo de la Calle 24. Muchos de nosotros hemos sentido esta toxicidad pudrise durante generaciones en nuestras comunidades y sí, incluso en nuestros hogares.

“Pero también soy muy consciente de que la oportunidad de presentar esto públicamente y de recibir el apoyo que tengo de la comunidad, no se le brinda a todos los sobrevivientes”, dijo Sasha. “Por ejemplo, los medios de comunicación han informado esta semana ampliamente el hecho de que soy exalumna de Stanford. Si bien soy latina, también soy una chica blanca, y ya tenía una gran plataforma como escritora antes de esta semana. Y, por supuesto, el hombre que me agredió es un hombre latino, moreno, lo que pone en juego los prejuicios preconcebidos de la gente».

“Los sobrevivientes que no asistieron a una escuela elegante, que no son blancos o que no tienen una plataforma, no siempre reciben el mismo apoyo que yo. Eso es una mierda. El corazón se me aflige por todos los sobrevivientes que están sufriendo debido a esta noticia en este momento, especialmente quienes no tuvieron la suerte de recibir el apoyo que yo tengo”, dijo Sasha.

Cómo y cuándo se convirtió en una práctica preferida proteger a los abusadores que perpetúan el trauma generacional, en lugar de proteger y creerle a los sobrevivientes, no lo sé. Cómo y cuándo aceptamos colectivamente que «los abusadores siempre existirán» en nuestros hogares y comunidades, no lo sé. Pero es hora de que cambiemos eso. Y tenemos el poder colectivo y la responsabilidad de cambiar esta cultura que nos ha causado tanto daño, especialmente a las mujeres.

Pero el cambio no vendrá sin costo. Incluso ahora, en medio de la valentía exhibida por Sasha (que dijo ha animado a cinco mujeres más a compartir su historia con ella), los trolls están trabajando arduamente en el pútrido espacio de las redes sociales, capitalizando el dolor con viles intentos de impulsar su propias campañas de remoción ridículas. Y lamentablemente, las voces de algunos miembros de la comunidad, a pesar de la evidencia y el testimonio presentado por Sasha, han elegido el camino de avergonzarla y culparla por ser víctima de violación.

Pero para Sasha, existe un camino a seguir.

«Definitivamente creo en la posibilidad de la justicia restaurativa», dijo. “Creo firmemente que nadie es desechable y que todo el mundo es capaz de rehabilitarse. Mucha gente me ha criticado por hablar públicamente sobre mi experiencia con Jon, pero en realidad creo que involucrar a la comunidad es un paso fundamental hacia la justicia restaurativa. Cuando Jon y yo hablamos en abril, me dijo que su comportamiento cambiaría, pero no había forma de hacerlo responsable de sus actos».

Sasha continúa; “Las sobrevivientes de agresión sexual no pueden ser responsables de supervisar la rehabilitación de los perpetradores. Cuando supe, seis semanas después, que Jon había agredido a otra mujer, supe que necesitaba ayuda para detener este patrón de comportamiento. Las mujeres de nuestra comunidad merecen saber si Jon representa un riesgo para su seguridad. Merecen estar en la mesa para decidir si Jon puede volver a ingresar a ciertos espacios comunitarios».

“Definitivamente no soy experta en justicia restaurativa, así que no sé qué sigue. Pero me inspiran las mujeres de la Misión que han luchado contra la violencia sexual durante generaciones. Ellas tampoco son responsables de la curación de Jon, pero el vasto nivel de experiencia en la Misión y en todas las comunidades de activistas de San Francisco me da esperanza para el futuro”.

“Sé que la justicia no llegará a través de la participación de la policía. La supervisora Myrna Melgar y Ani Rivera lo dijeron bien en su declaración #YoTambien de esta semana: el sistema de justicia penal nunca ha sido justo «ni con los hombres de color ni con las mujeres víctimas de agresión sexual». Las prisiones no rehabilitan a los delincuentes y destruyen nuestras comunidades en lugar de ayudarnos a sanar. Al revelarlo públicamente, Jon ya se vio obligado a retirarse de la vida pública por el momento. No es necesario que nadie vaya a la cárcel», concluyó.

Este ciclo de abuso ha estado activo durante siglos. Para la comunidad Latinx, quien pueda rastrear su ascendencia hasta cualquier lugar de las Américas, es probable que el trauma generacional por agresión sexual como herramienta y consecuencia de la conquista colonial se le haya transmitido. Es un ciclo que nos ha convencido a muchos de nosotros de perseguir sin descanso y hacer alarde de poder y estatus, incluso a expensas de nuestros propios hijos, mujeres y las personas más vulnerables de nuestras comunidades. Este ciclo debe romperse y, para lograrlo, debemos cambiar nuestra cultura. Particularmente nuestros hombres.

La única forma de lograrlo es tener primero esa conversación dura, incómoda y real con uno mismo, antes de tenerla con nuestra familia. Luego, debemos enseñar a nuestros hermanos, a nuestros hijos y a nosotros mismos a desaprender lo que se nos ha enseñado, o no se nos ha enseñado, sobre el consentimiento informado, dado libremente y con conocimiento. Que no importa quiénes pensamos que somos, no tenemos derecho al cuerpo de nadie.

Si bien todos jugamos un papel en perpetuar el patriarcado como legado, este evento es un recordatorio del trabajo diario que los hombres deben hacer, especialmente, para desenterrar las capas de dolor y desgarro en las raíces de la colonización que nos mantienen atados. Esas raíces son fuertes. Pero juntos, nosotros también lo somos.

Recursos de la Comunidad

Instituto Familiar de la Raza

 La Clínica, bilingual and culturally competent counseling and therapy

Asesoramiento y terapia bilingües y culturalmente competentes

(415) 229-0500

laclinica@ifrsf.org

SF Women Against Rape

Advocacy, accompanying to legal or medical appointments, counseling, support groups and technical assistance to professionals and providers.

Abogacía, acompañamiento a citas legales o médicas, consejería, grupos de apoyo y asistencia técnica a profesionales y proveedores.

24 hour crisis hotline 415-647-RAPE (24hr crisis hotline)

General Inquiries: info@sfwar.org 415-861-2024

Bay Area Women Against Rape

Crisis line, counseling and support and referral services

Línea de crisis, asesoramiento y servicios de referencia y apoyo

(510) 845-RAPE (24 hour crisis line)

La Casa de las Madres

Shelter for victims of domestic violence, drop-in counseling, phone and text counseling

Refugio para víctimas de violencia doméstica, consejería sin cita previa, consejería por teléfono y mensaje de texto

Línea de crisis 24 horas/24-Hour hotline: 877-503-1850

Línea de apoyo por texto/Text Support Line: 415-200-3575

RAINN

National anti-sexual violence organization, advocacy and direct support

Organización nacional contra la violencia sexual, abogacía y apoyo directo

Línea directa/hotline 24/7: 800-656-HOPE (4673)

The Women’s Building

Sexual Assault Harassment Prevention Project

Proyecto de Prevención del Acoso y Agresión Sexual

(415) 431-1180 ext. 20