Imagen del documental “El lugar más pequeño” de Tatiana Huezo, una joven directora mexicano/salvadoreña que visitó SF durante el Festival Internacional de Cine. Foto cortesía FOPROCINE.

 

Una de las ventajas de vivir en el Área de la Bahía es que cada mes podemos encontrar cine representativo de nuestro terreno multicultural donde ocasionalmente aparecen joyas que, a fin de año, resuenan en nuestra memoria.

Joyas fílmicas que hay buscar como tesoro escondido entre retrospectivas, ciclos en los museos, operas primas que debutan en festivales y, ¿por qué no?, en algún que otro estreno hollywoodense o indywoodense.

Rutas todas que no se deben descartar al aventurarse a encontrar buen cine, y es que el deseo de ver algo novedoso al entrar a una de esas salas oscuras no desaparece.

A comienzos de año, el Yerbabuena Center for the Arts (YBCA) presentó el documental “Ne Change Rien” (No hay cambio), del cineasta portugués Pedro Costa, acerca de la cantante francesa Jeanne Balibar. Más que una película, es una meditación fílmica del arduo y mágico proceso creativo durante los ensayos en un estudio de grabación.

Siguiendo en el ámbito musical, en el mes de mayo, Cinema Errante estrenó en los EEUU el documental peruano “Saicomanía” en el Artists’ Television Access (ATA), sobre la banda musical Los Saicos, grupo pionero de música garage en Lima durante los años 60.

El Festival Internacional de Cine presentado por el San Francisco Film Society mostró un muy lindo documental de Tatiana Huezo, una joven directora mexicano/salvadoreña titulado “El lugar más pequeño”, que narra de manera muy original las consecuencias de la guerra en el pueblito de Cinquera, El Salvador.

También durante el festival, nos visitó el gran maestro Patricio Guzmán, quien continúa su carrera con la magistral cinta “Nostalgia de la luz”, nuevamente visitando la memoria colectiva de Chile y haciendo conexión de esta misma con el cosmos. Y paralelamente, el Pacific Film Archive (PFA) en Berkeley, aprovechó para mostrar una retrospectiva de su obra.

En la primavera de este año, PFA nos sorprendió con “Braza dormida” de Humberto Mauro, una obra del 1928 de lo que fuese el cine mudo en Brasil, acompañada al piano por Fabián Almazán con su propia onda sonora.

En las salas comerciales se estrenó el thriller argentino “Carancho” de Pablo Trapero, que toca las circunstancias desesperantes que llevan al extremo y al fatalismo una década después del colapso económico argentino (el ‘corralito’).

El festival de cine Indiefest, nos deleitó con dos títulos de cine de terror y fantástico en el mes de junio, “Balada triste de trompeta” del director vasco Alex de la Iglesia, y “Somos lo que hay”, del mexicano Jorge Grau. Ese mismo festival también mostró una divertida cinta “grindhouse” producida en California titulada “Nuns with Guns”, de Joseph Guzman.

Y en el mes de junio tuvimos ocasión de ver una opera prima premiada en el Sundance Film Festival que agradó mucho al público de nuestra ciudad y que mostró el Festival Frameline, “Entrecorrientes”, del director peruano Javier Fuentes-León.

También en este festival se mostró la cinta chilena “Gatos viejos”, la tercera película de los directores de “La Nana”, Pedro Peirano y Sebastián Silva.

Ya en el otoño, el trabajo del cineasta filipino Brillante Mendoza se hizo presente en San Francisco con dos de sus obras, “Serbis” y “Lola”, en el Misión Cultural Center for the Arts (MCCLA) y YBCA respectivamente. Dos inolvidables historias representativas del cine tercermundista.

El festival organizado por Cine Más, se consolidó en su tercera edición, con una semana de cine latino. Títulos como la venezolana “Eva Habana” de Fina Torres o la encantadora cinta panameña “Siguiendo las estrellas” de Iris Disse destacaron por su sencillez y belleza. En el ámbito local, caben señalar los cortometrajes locales “Mago” de Maria Victoria Ponce y “La bicicleta vieja” de Claudia Escobar.

Continuando con cortometrajes locales. en octubre se presentó “Attack of the Zombie Luchadores”, de Juan Bandera, un divertido ejercicio de serie B de terror producido en Hayward.

El MCCLA mostró en el mes de septiembre “Las ultrasónicas”, cinta en honor a la banda punk chilanga.

Mientras tanto, el San Francisco Film Society (SFFS), tuvo como director residente al uruguayo Federico Veiroj. Su más reciente película, “La vida útil”, se mostró en el festival internacional en el mes de mayo, y su opera prima, “Acné”, la pudimos ver hace un par de años en el cine Castro.

También el SFFS mostró en el mes de septiembre la opera prima de la directora argentina Natalia Smirnoff  “Puzzle”, y más recientemente la peruana “Octubre”, candidata a los premios Óscar por su país.

Fotograma de la película brasileña “O bandido da luz vermelha” de Rogério Sganzerla. Foto cortesía Urano Filmes.

‘Brazil on screen’ en el ATA presentó “O bandido da luz vermelha” de Rogério Sganzerla, obra que formó parte del movimiento subterráneo ‘Cinema Marginal’ en Sao Paulo. Una excelente referencia al cine experimental en Brasil de los años 60, contestataria e inolvidable.

En lo que se refiere a directores noveles, el YBCA primero y luego el PFA, mostraron una retrospectiva de la obra cinematográfica de Nicolás Pereda, joven director mexicano que en apenas cinco años ha realizado otras tantas películas.

También el YBCA mostró “Chico y Rita” la película española animada dirigida por Fernando Trueba y Javier Mariscal este mes de diciembre.

El 2011 fue un año con mucho cine latinoamericano en el Área de la Bahía. Si bien los foros en que se presenta continúan siendo mayormente instituciones culturales, festivales y asociaciones cinéfilas, tenemos la esperanza de que los círculos de distribución en este país diversifiquen sus catálogos e incluyan más cine latino en las salas comerciales.