Cuando un autor escribe sus memorias y tiene éxito, en general significa que ha dicho todo lo que tiene que decir—pero en el caso de Luis J. Rodríguez, su última oferta es tan impresionante, potente, y cargada de emociones como su primer libro innovador, “Siempre Corriendo: La Vida Loca: Días Pandillas en Los Angeles”.

En la segunda entrega de sus memorias, “Te Vuelve a Llamar: Una Odisea a Través del Amor, la Adicción, Revoluciones, y Curación”, expone la cara oculta de su vida.

Mientras “Siempre Corriendo” se centró más en el aspecto público de su participación en—y escape de—la vida pandillera, y su lucha para salvar a su hijo de la misma, “Te Vuelve a Llamar” se mete de lleno en lo más difícil de las duras realidades de adicción a la heroína, tiempo en la cárcel, movilización revolucionaria, el abuso de menores (su padre abusó de la hermana menor de Rodríguez), y en última instancia y lo más importante, la redención y la curación.

Es una perogrullada que la escritura cura, pero aún requiere cierta valentía para escribir sobre el daño y el dolor, en parte porque escribir sobre el dolor lo recorda a uno de nuevo.

Pero Rodriguez tiene valentía de sobra.

Su viaje desde la desesperación de las drogas y la alienación de la prisión a una vida sumergida en el arte y la poesía y dedicada a servicio comunitario es el mejor testimonio de que “la cultura cura”.

Él describe su angustia al no poder salvar a su hijo Ramiro de la vida de las pandillas que lo envió a la cárcel por más de una década. Incluso aborda lo que son, quizás, los más difíciles de todos los temas: el incesto y el abuso de menores, asuntos que rara vez se mencionan en la comunidad Latina y casi nunca en público.

En una de las escenas mas ponderosas y conmovedores del libro, Rodríguez llama a su padre, quien está en su lecho de muerte e incapaz de hablar.

Rodríguez, quien ha sido completamente enajenado por el abuso de su padre, no sabe que decir al hombre que le ha traido tanto dolor.

Y después de un momento dice, “Te quiero, papá”.

La manera en que Rodríguez ventila estos capítulos dolorosos de su historia familiar es un testimonio de su fuerza como escritor, pero lo que escribe también atiende a su fuerza como ser humano y a su capacidad de perdonar y amar.

Rodríguez está muy metido en todo lo que concierne a intervenciones en violencia pandillera y esfuerzos para evitar que los jóvenes pasen a la cárcel y la prisión. Se ha convertido en uno de los defensores principlaes de alternativas para los jóvenes—en vez de cárceles, escuelas; en vez de la violencia, el arte y la poesía.

“Te Vuelve a Llamar” es altamente recommendable para cualquiera que quiera conocer las luchas íntimas y la redención final de uno de los mejores escritores contemporáneos de nuestra comunidad.

Traducción Alex Cachinero Gorman