Illustration Mike Reger

Justo en el centro del Distrito de la Misión se encuentra, desde hace 35 años, Community Boards (Directivas Comunitarias). Todos sabemos de alguien que ha estado en conflictos con sus vecinos, compañeros de cuarto, caseros y algunas veces miembros de la familia sobre sus situaciones de vivienda. Pueden variar de cosas pequeñas tales como ruido a grandes incidentes como propiedades. La gente se queja con la policía y varias veces sienten que nada se resuelve. En lugar de enojarte y buscar un abogado, intenta con un mediador.

“Creo que la gente necesita un lugar estructurado para llevar a cabo una conversación más a menudo de lo que ellos piensan. La estructura ayuda a la gente, no sienten que están hablando en vano, les permite avanzar”, dijo Charlie Spiegel, abogado de mediación y voluntario en Community Boards desde el 2005.

Un mediador voluntario trabaja en tu queja en lugar de un abogado. Todos los voluntarios reciben un entrenamiento de 40 horas y durante ese tiempo aprenden a cómo enfrentarse con diferentes problemas. Los voluntarios y empleados adquieren valiosas habilidades que pueden aplicar luego a otros aspectos de su vida.

“Yo practico a diario lo que aprendo en mi clase de resolución de conflictos en la Universidad de San Francisco”, dijo Esmeralda Xochitl Flores, practicante y graduada de la Universidad Estatal de San Francisco.
James Dowling, voluntario desde el 2005 y entrenador, dice que sus mejores días como mediador es cuando se siente parte de un equipo. Ser mediador le ha ayudado a entender que algunas veces la gente sólo está molesta y con una buena comunicación el problema se puede hablar y posiblemente solucionar.

“La gente trata de protegerse y mantenerse a flote. Yo he adquirido más compasión por la gente. Cuando veo a alguien en el camión o algún otro lugar y él o ella es grosero(a), pienso que están teniendo un mal día. No sé lo que les está molestando o amargando”, dijo Dowling.

Todos lo voluntarios quieren que la comunidad sepa que están ahí para ellos. Una buena mediación es algo que ellos necesitan. Cunado eso sucede, los empleados y voluntarios pueden sentir la diferencia.
“Puedes sentir la energía en el cuarto. Hay risas y las personas intercambian apretones de mano después de la mediación. Hay un sentimiento general de bienestar. Hace que nuestro trabajo valga la pena”, dijo Liora Kahn, Gerente del Programa de Mediación.

Antes de que le llames a la policía otra vez o le grites a tus vecinos, prueba la mediación. Has que se escuche tu voz.

—Traducción Carmen Ruiz