Mike Knozak, de ASC, junto al manantial El Polin en el parque Presidio. Foto Sandra Massy

El Presidio, lugar del primer asentamiento mexicano en San Francisco, se convertirá en un sendero para la educación, según lo expresado por los encargados de administrar este patrimonio.

El anuncio se hizo en el Club de Oficiales de El Presidio durante la Cuarta Reunión Anual del Ciclo de Conferencias Redmond Kernan, realizada el 17 de noviembre del 2010. En esa oportunidad, cuatro arqueólogos dieron a conocer el hallazgo de lo que en un tiempo remoto fue un valle llamado El Polin.

Cuatro pies debajo de un antiguo vertedero que data de varios siglos, y a unos cien pies al este de El Presido, se encuentra lo que una vez llegase a ser un valle, de acuerdo a lo dicho por los arqueólogos que laboran para la administración de El Presidio.

El Polin Loop, como se le conoce ahora, será un salón de clases donde los estudiantes podrán utilizar el lugar para examinar algunos de los artefactos que han sido hallados, comentó la arqueóloga Kari Jones.

“Esto es noticia de último momento”, continuó Jones haciendo referencia al visto bueno que se le dio a la creación de este sendero”. “Estoy muy emocionada, esto es maravilloso. Lo bueno de la arqueología de El Presidio es que se la podemos llevar al público. Generalmente, el arqueólogo escava algunos artefactos, los examina y luego los vuelve a enterrar”.

El Polin se restaurará a su habitad natural primario. El valle es una zona ribereña a la que se le están sembrando plantas autóctonas y se le está eliminando el relleno. La recuperación de los pantanos será una remembranza de El Presidio durante la era mexicana.

Esta época de “El Presidio” es por lo general el período de tiempo del El Presidio que más se pasa por alto y al que se le malinterpreta con mayor frecuencia.

Los hallazgos históricos incluyen un tanque de tratamiento que recolectaba agua de manantial para crear un pozo que ayudaba a filtrar los sedimentos, enfriar las comidas y ofrecer protección en contra de los animales.

También se halló un horno para la elaboración de ladrillos, una especie de fogón para hacer ladrillos que cocía de adentro hacia afuera – una técnica antigua que data de la época de los romanos.

Un tercer descubrimiento fue una enorme pila de desechos – seguramente se trata de baldosas de arcilla que se arruinan al hacer ladrillos utilizando este tipo de fogón, según Adriane xxxxx, arqueóloga de la Sonoma State University.

“ Se puede suponer que por lo menos algunos de los ladrillos en El Presidio provienen de aquí [el horno para la elaboración de ladrillos de El Polin]”, señaló Adriane.

Esto aparenta ser la primera prueba material de la presencia de asentamientos mexicanos fuera de El Presidio, afirmó Jones.

Los asentamientos de El Polin se encontraban ubicados en el camino principal que se extendía desde El Presidio hasta la Misión Dolores. Estos fueron los únicos asentamientos que se establecieron en esa época, que fue alrededor de 1810. El Presidio, bajo el dominio mexicano, fue la sede del gobernador de California.

“Por esa razón es que esto tiene mucha importancia”, continuó Jones. “ Durante esa época o eras un soldado o eras un misionero”.

Ambas fueron sociedades bien estructuradas y vivir fuera de ellas era algo que no se escuchaba en aquel entonces, agregó Jones.

La excavación que se inició por toda la Avenida McArthur con la propuesta de construir un terminal para autobuses y “luz del día” para un riachuelo comentó Jones.

—Traducción Eduardo Alegrett