Sucursal de Bernal Heights de la Biblioteca Pública

 

A pesar de dos años de mediación comunitaria, la controversia rodeando al mural de la Biblioteca de Bernal Heights no parece disiparse.

El debate sobre el mural, el cual fué pintado en 1982 por el muralista Arch Williams con la ayuda de los jóvenes de la colonia como una manera de prevenir el graffiti, comenzó alrededor del 2002 y está enraizado en conflictos sobre raza e identidad de la vecindad.

La vecindad está dividida entre las personas que quieren ver al mural como una representación vital de la cultura única de Bernal, aquellos que lo ven como una mancha en un gran edificio histórico de la era de la Gran Depresión.

El debate se volvió tan conflictivo que para el año 2009 ninguna agencia pública o comisión aún no había tomado ningún paso significante para resolverlo.

Encontrándose parados, personas en ambos lados se dirigieron al supervisor del Distrito 9 David Campos.

“Lo que decidí fué hacer una mediación donde juntamos a las personas que estuvieron más involucradas en differentes lados de este asunto”, dijo Campos. “Mi trabajo fué ayudar a desarrollar una declaración en consenso y crear un proceso donde la comunidad puede proveer su opinión.”

Campos reclutó a Beth Roy, mediadora profesional y residente de Bernal Heights para seleccionar miembros para un grupo que facilitaría el proceso de mediación.

Uno de los primeros topes en el camino para el naciente Proyecto Artístico de la Biblioteca de Bernal (BLAP por sus siglas en inglés) fue una anterior resolución de la Comisión de la Biblioteca urgen por la restoración del mural en el “lado de la calle Cortland de la Biblioteca de Bernal Heights solamente, y pintar sobre secciones del mural en los lados este y sur del edificio.”

Roy dijo que ambos lados vieron esto como cortar al bebé a la mitad, y que esto no satisfacía las preocupaciones de nadie.

“Este es el clásico conflicto de suma cero, solo puede haber uno o ninguno; no puede haber medio mural. La comisión intentó la mitad del mural”, dijo. “Todos estallaron, y las personas en esta comunidad son activistas … esta no es una comunidad callada, reticente o complaciente.”

Los críticos del proceso de mediación han mencionado preocupación por la falta de opinión pública y transparencia; señalaron el rechazo de la resolución inicial como ejemplo de esto.

Peter Warfield, director ejecutivo de la Asociación de Usuarios de la Biblioteca, es uno de estos críticos.

“Traicionaron su acuerdo cuando repentinamente salieron dos años después con un plan para removerlo todo’, dijo Warfield. “Normalmete la mediación se entiende que une a ambas partes interesadas; un marido y mujer, un propietario con su inquilino, un jefe y su empleado … en este caso, esta es una biblioteca pública, un edificio público. La gente que es dueña de este edificio son las 750.000 personas que viven en la ciudad.”

Pero Roy insiste que mientras ella seleccionó a los 12 miembros del comité, el proceso fué extremadamente inclusivo, enfatizando el cuidado que tomo para seleccionar a un grupo amplio y representativo.

“Entrevisté quizás a varios cientos de personas en el proceso de organizar la mediación”, dijo. “Le pregunté a la gente con quien hablaron en sus círculos que los hayan influenciado, y presté atención a los nombres que surgían repetidamente como influenciantes de opinión. Pero a la vez, también busqué a las personas que no se habían involucrado.”

Roy dijo que el debate se a puesto tan “feo” que la gente en medio de los polares extremos de conservación total o eliminación completa no se estaban expresando, y que prestó atención a incluír a aquellas personas.

Después de meses de conflictivas juntas, nuevos diseños incorporando elementos gráficos y temáticos del mural original se hicieron públicos. Estos diseños, los cuales ahora están en camino a aprobación final por la Comisión de las Artes, aún son polarizantes.

Comentarios colectados por BLAP a través de cajas de sugerencias y correos electrónicos, sugieren que la mayoría de la gente está complacida con los nuevos diseños, aunque algunos obstinados en ambos lados aún están pujando por soluciones más extremas.

También existe alguna controversia rodeando el proceso utilizado para seleccionar a los artistas.

El arte en el lado de la calle Cortland se hará por Precita Eyes, un grupo comunitario basado en la Misión dedicado a preservar y crear murales que reflejen la legacía cultural y política única de la ciudad. Inicialmente, el grupo fue vocal en su apoyo por restaurar el mural original en su totalidad.

Susan Cervantes, la Fundadora Directora Ejecutiva de Precia Eyes, es una de las 12 personas en BLAP y su grupo ahora es el beneficiario de un contrato, lo cual ha llevado a algunas personas a sugerir que pudiera haber un conflicto de interés.

Cervantes no dió comentario, pero Roy dijo que cualquier sugerencia que Precita Eyes haya recibido tratamiento preferencial de BLAP no pudiera estar más lejos de la verdad.

“Precita Eyes no recibió ningún tratamiento preferenial. Cero. Ninguno. Precisamente lo opuesto; realmente nos inclinamos hacia el otro lado y los sostuvimos a un estándar más alto”, dijo Roy. “Susan Cervantes fue parte de la mediación porque ella ha sido una defensora muy activa de restaurar el mural.”
El último destino del mural aún está por verse, pero las fuertes emociones que ha agitado en Bernal Heights por casi una década ilustran las difíciles realidades sociales de la cambiante demografía de la ciudad.

Mauricio Vela, un vocal defensor de salvar el mural original, quien falleció en el 2010, fué miembro de BLAP y vió el proceso de mediación con gran potencial. Pero también tuvo reservaciones compartidas por muchos que han considerado Bernal Heights su hogar por años, y ahora se encuentran en desacuerdo con los nuevos residentes.

“Aún hay mucho trabajo por hacer para asegurar que las vitales imágenes del mural actual regresen”, dijo Vela en una entrevista del año 2010 con El Tecolote. “La gente necesita estar al pendiente y participar … [el empuje para remover el mural] es un síntoma de la gentrificación de nuestra vecindad, y es sobre la lucha de raza y clase que ocurre en la vecindad, y ahora esta es la disputa que reflejará esa lucha.”

Los diseños para los murales de reemplazo en los lados de las calles Cortland y Moultrie esperan aprobación final y aunque no todos estén contentos, Roy piensa que el proceso ha sido un éxito.

“La gente ha dicho las cosas más positivas … la dedicación ha sido enorme y hemos hecho todo lo que pudimos.”

Ahora los diseños se van para el Comité de Artes Visuales para otra ronda de comentario público.

La única cosa segura en este punto, es que la controversia rodeando a esta galvanizante pieza de arte comunitario continuará.