Casa de Jose Marti. Photo Adam Jones, Ph. D

MIAMI — Disidentes cubanos se muestran escépticos a los cambios económicos que se llevan a cabo en Cuba al creer que éstos no substituyen las reformas democráticas, según lo dicho en un reportaje de “El Nuevo Herald”. Este fue el mensaje que llevaron tres disidentes cubanos recientemente al congreso de los Estados Unidos para desalentar al gobierno norteamericano en el otorgamiento de concesiones a Cuba.

Normando Hernández, Regis Iglesias y José Luis García, quienes forman parte del Grupo de los 75 arrestados durante la ofensiva del año 2003 conocida como la Primavera Negra de Cuba, tildaron de “huecas” a las recientes reformas económicas.

A partir del 10 de Noviembre, los Cubanos podrán vender y comprar viviendas sin que el gobierno intervenga, eliminando décadas de prohibición que regulaban el mercado de bienes raíces en la isla. El anuncio se publicó la semana pasada en el diario oficial, Granma. La reforma es parte del paquete de propuestas iniciadas por Raúl Castro para estimular la economía. Castro también propuso el incremento de la empresa privada y la inversión extranjera, al igual que grandes recortes en los subsidios estatales y el despido de más de 1 millón de empleados públicos. De igual forma, Castro tomó en consideración la disminución del control gubernamental en las compañías privadas y el incremento de la venta legal de carros.

Regis Iglesias, un cubano exiliado que ahora vive en España, declaró que más que vender y comprar viviendas y carros, los cubanos lo que necesitan son elecciones y respeto a la libertad.
“La liberación económica no brinda libertad ni democracia a la gente, menos aún en un país que tiene 52 años de tiranía”, expresó el residente de Miami Hernández.

—Traducción Eduardo Alegrett