Mark Levine, pianista y educador en Oakland, regresó el certificado de sus previas nominaciones Grammy en protesta a la eliminación de varias categorías etnicas. Photo Courtesy Mark Levine

Músicos de Latin Jazz del Área de la Bahía y de todo el país están subiendo el volumen de sus protestas contra la eliminación de varias categorías de música de talante étnico en los Premios Grammy que se celebran cada año.

NARAS, como se conoce a la Academia de Grabación, anunció el pasado mes de abril que eliminaría 31 de las 109 categorías de los Grammy. Entre las categorías que desaparecerían se encuentran las de música Latin Jazz, Cajun y Zydeco, Indígena Americana y Hawaiana.

La academia adujo que la desaparición de esas categorías responde al reducido número de participantes.

La decisión sorprendió tanto a músicos como miembros de NARA, quienes no tardaron en levantar sus voces de protesta, incluyendo el establecimiento de un piquete durante una actividad convocada por NARAS en San Francisco. Un boicot y una demanda judicial pendiente están fundamentando aún más sus objeciones.

Varios artistas locales han mostrado su apoyo a un boicot liderado por Bobby Sanabria, un compositor y percusionista ubicado en Nueva York que ha sido nominado a los Grammy en varias ocasiones. Los organizadores de esta campaña están animando a sus seguidores a que no vean al canal televisivo CBS (que retransmite los Premios Grammy) ni hagan compras en empresas que se anuncian durante la retransmisión de la entrega de premios en el mes de febrero.

Sanabria también está elaborando una demanda judicial colectiva en contra de la Academia Nacional de las Artes y Ciencias de la Grabación, organizadores de los Premios Grammy.

“Es nuestro último recurso”, dijo Sanabria. Sin la categoría Latin Jazz, declaró, “no tenemos oportunidad alguna. Nos han borrado del mapa completamente”.

Roger Maldonado, abogado ubicado en Manhattan, declaró que tenía la intención de presentar la demanda esta misma semana en el Juzgado del Estado de Nueva York en la que solicita la reintroducción de la categoría Latin Jazz en base a que la junta rectora de NARAS violó sus obligaciones fiduciarias al implicar a sus miembros en un proceso de toma de decisión que denominó “hermético”.

Aún está por determinar el número exacto de músicos que se adherirán a la demanda colectiva.

Mark Levine, pianista y educador ubicado en Oakland, declaró que él “apoya totalmente” el boicot al tiempo que realizó una protesta mordaz a nivel más personal: agarró el lazo azul y el certificado que le entregaron por su nominación a los Grammy en los años 2003 y 2010, los puso en un sobre, y se los envió de regreso a NARAS y a LARAS, la organización afiliada que trabaja en aras de la música latina.

Levine incluyó en su carta una nota dirigida a Neil Portnow, presidente y director ejecutivo de NARAS, diciendo: “Sus acciones al sustraer de la lista estas categorías que tanto han contribuido al acervo musical estadounidense son de talante racista y van en contra de todo lo que me enseñaron mi madre y mi padre sobre los EEUU.”

Cuando viaje su segundo hogar en el estado de Idaho el próximo mes, Levine tiene la intención de arrancar una placa conmemorativa de su nominación que está allá, y también enviársela de regreso.
Aunque Levine y varios músicos ven un talante racista en la justificación del recorte de las categorías, otros, como la vocalista de música jazz latina y brasileña Sandy Cressman—una compositora y educadora que desempeñó la labor de gobernadora de NARAS en la delegación de San Francisco durante varios mandatos— lo consideran un caso de mera falta de sensibilidad. “

“No creo que las personas que realizaron estos recortes fueran racistas, sino que pienso que sencillamente no tienen idea, y no son conocedores de tantas cosas que están sucediendo en la sociedad ahora”, declaró. “La respuesta violenta en contra de la inmigración, es eso, lo que hace que se vea como algo racista, aunque no fuera ésa su intención.”

Cressman apoya “totalmente” el boicot de Sanabria.

“Como miembro estoy en todo mi derecho de comprar un boleto y asistir a la entrega de premios, pero no lo voy a hacer”, declaró. “También voy a prestar mucha atención a qué empresas son las patrocinadoras de la programación del canal televisivo CBS.”

NARAS ha defendido tenazmente su decisión y negado cualquier acusación de racismo y hermetismo en declaraciones a la agencia noticiosa Associated Press:

“Fuimos directos, transparentes y sumamente claros acerca de cómo y por qué se realizó la reestructuración de los premios, y cualquier alegato referido a que el proceso se desarrolló de manera hermética y sin avisar es falso, como podemos demostrar.”

Los músicos cuya obra pertenezca a categorías desaparecidas pueden continuar presentándose a la competición en categorías más genéricas, pero eso no satisface a Sanabria, ni a Cressman, ni a todos quienes les apoyan.

“Ahora vamos a tener un disco tradicional de jazz convencional de Nicholas Payton compitiendo contra uno de Latin Jazz de Bobby Sanabria, contra otro de rock instrumental de Dream Theater y contra uno de jazz contemporáneo de Kenny G”, declaró Sanabria. Las categorías absorbidas van a diluirse. Nadie las va reconocer.”

Sanabria dijo que está ansioso por comenzar a trabajar en solidaridad con otros músicos de otras categorías desaparecidas para lograr su reinstauración.
“No me malinterprete, aún creemos en los Grammys”, declaró. “Es por eso que estamos luchando.”

Para los músicos, el ganar o ser nominado para un Grammy significa mucho a nivel económico.

“Se asocia con tu nombre”, declaró Levine. “Ya no soy sencillamente Mark Levine, sino Mark Levine nominado a los Grammy. Causa impresión a la gente que organiza festivales de jazz y a los dueños de los locales de música, así que se consigue más trabajo. No es tanto como los Oscars y los premios Emmy, pero es bastante importante.”

—Traducción Iñaki Fdez. de Retana