Photo Francisco Barradas

San Francisco fue el centro del mundo del boxeo desde los días de La Fiebre del Oro en California hasta finales de los años 50.

Más de 120 campeones del boxeo compitieron durante esos años en la ciudad, incluyendo el invencible Campeón del Mundo de los Pesos Pesados, Rocky Marciano, quien ganó su último combate por KO en el Estadio Kezar en el año 1955.

A inicios de los años 60, la relación amorosa de la ciudad con las luchas a puñetazos empezó a decaer al tiempo que deportes más convencionales como el baloncesto y el fútbol americano adquirieron popularidad entre los espectadores.
Sin embargo, el boxeo ha empezado a generar un nuevo interés con los habitantes de San Francisco en los últimos años, dando a pie a la reciente creación de La Unión de Boxeo de San Francisco.

Los fundadores de la unión han organizado en el pasado actividades de boxeo, pero no fue hasta el pasado 26 de julio que se llevó a cabo el Primer Campeonato de Boxeo Amateur de San Francisco, homologado por la Asociación de Boxeo Amateur de los Estados Unidos.

La actividad, que se realizó en el Club Roccapulco de la Misión, consistió en  nueve combates en los que figuraban luchadores de todo el Área de la Bahía.

El propósito de la unión es promocionar el boxeo de aficionados y presentarlo al público en general de una manera profesional, y a su vez, motivar a los jóvenes a evitar algunos de los peligros a que se enfrentan en sus barrios mediante su involucración en el boxeo competitivo.

El entrenador de boxeo Anthony Avilla dijo que cuando los chicos jóvenes van a recibir clases a su gimnasio, él trabaja duro para que se enfoquen en su entrenamiento porque sabe que les ayudará a alejarse de los problemas.
“Con el boxeo, la gente joven se aleja de las calles y de los problemas”, dijo. “Se tienen que entrenar constantemente para participar en las presentaciones, pero aún más importante, tienen que permanecer limpios, sin drogas ni alcohol. Lo que sirve de ejemplo para otros chicos de la comunidad”.

Algunos de los boxeadores que lucharon en el campeonato son ejemplo del impacto positivo que Avilla cree que el boxeo puede proporcionar.

Uno de ellos es Michael Davis, quién afirmó que se ha beneficiado enormemente de su involucración con este deporte.

“El boxeo ciertamente me aleja de los problemas”, dijo. “Me encontrarás o en el trabajo o en el gimnasio. No tengo tiempo para nada más, así que no bebo ni fumo”.

La Unión de Boxeo espera esclarecer el concepto equivocado que el público tiene acerca del boxeo, originado por actividades ilegales en club privados y gente que organizan luchas no autorizadas para beneficiarse de los luchadores.
Quieren que la gente sepa que sus actividades de boxeo constituyen un deporte que ayuda a los chicos del lugar y, más aún, a la seguridad del atleta.

Carol Tellez, la promotora de la presentación, dijo que con la violencia de las calles en auge, el boxeo funciona para los hombres jóvenes no sólo como un escape recreativo, sino también como una forma de ayudar a sus comunidades.

“Los estamos sacando de las calles e introduciéndolos en los gimnasios,” dijo.

Otra atracción para los jóvenes es que tienen la oportunidad de convertirse en  estrellas.

La Unión de Boxeo difunde la información sobre presentaciones futuras entre los gimnasios locales y entrenadores, antes de contactar con el ‘matchmaker’ Robert Fernández para inscribir a los boxeadores en una pelea.

“Estos chicos normalmente no tienen mucho”, dijo Robert Fernández. Conseguir que su nombre se haga popular y estar en el primer plano significa un montón para ellos”.

Aunque la unión se formó hace unos pocos meses, planean organizar dos campeonatos anuales —uno en el verano y otro en el invierno— y esperan crecer en el futuro para organizar varias presentaciones al año.

—Traducción Yolanda Soler