Aproximadamente 350 personas participaron en la Marcha de las Putas, la cual comenzó en el Parque Dolores y continuo hasta la estación Muni de Castro en las calles Castro y Market.Photo Mabel Jiménez

El 24 de enero, el Servicio de Policía de Toronto realizó una sesión de información sobre la seguridad del campus de la Universidad de York.

Como un consejo para su seguridad, uno de los oficiales sugirió que las mujeres podrían evitar agresiones sexuales si no se vistiesen como “putillas”.

El comentario causó un gran revuelo entre grupos de defensa y personas que sufrieron agresiones sexuales al sentir que el funcionario culpó a la víctima e hizo que algunas víctimas de agresiones sexuales desconfiaran de la policía.
Los defensores también señalaron que lo subjetivo de cómo se ve una “putilla”.

Los hombres también mostraron su apoyo en la Marcha de las Putas, el sábado 6 de agosto, 2011. Foto Mabel Jiménez.

La indignación ante el comentario del funcionario ha dado lugar a numerosas protestas autodenominadas ‘Marcha de putillas’ alrededor del mundo, incluyendo la Ciudad de México, Nueva Delhi, Toronto, Hong Kong, Honduras y Brasil. Más de seis meses después, el movimiento continúa, y sólo era cuestión de tiempo hasta que San Francisco tomara parte.

“Fui víctima de una violación, me pasó cuando tenía cinco años. No me llamaron putilla, pero me dijeron que fue mi culpa”, dijo Evelyn Ramírez, principal organizadora de la ‘Marcha de putillas’ en San Francisco, que tuvo lugar el pasado sábado. “Tenía que hacer porque necesitaba calmar mi propio odio.”

Ahora de 29 años de edad, Ramírez dijo que todavía lucha con las repercusiones psicológicas de la violación.

“Pasé mucho tiempo tratando de superar el odio hacia mí misma al pensar que fui responsable de una cosa tan horrible”, dijo.

Ramírez finalmente le diría a su madre lo que le pasó cuando era niña, y cal hacerlo, se enteró de que a su madre también la habían violado cuando tenía 5 años.

“Es un problema muy común para las mujeres de cualquier raza o edad”, dijo Ramírez. “Desafortunadamente, es un vínculo que compartimos.”

Según algunas estimaciones, una de cada cuatro mujeres en los Estados Unidos sufren algún tipo de asalto sexual en su vida.

Cuando Jessica Hansen-Weaver, una veterana activista política, se enteró de lo ocurrido en Toronto, y acerca de las ‘Marchas de putillas’ que estaban sucediendo en todo el mundo, se preguntó si habría una en San Francisco. A principios de verano, encontró la página de Facebook donde se anunciaba la ‘Marcha de putillas’, se comunicó con Ramírez, y se ofreció a ayudar en la organización.

Y su trabajo dio resultados, aproximadamente 350 personas participaron en la marcha.

Los manifestantes se congregaron en el Parque Dolores y marcharon hasta la estación de MUNI de Castro —algunos vistiendo pantalones vaqueros y camisetas, otras con medias de red y lencería.

“Fue un éxito”, dijo Hansen-Weaver. “Yo estaba muy feliz… viendo la variedad de personas que vinieron.”

Agregó que fue muy liberador el trabajar junto a otras mujeres para llamar la atención sobre un problema femenino común.

“[Por lo general] me preocupa si estoy mostrando mucho escote o demasiado las piernas porque no quiero llamar la atención de manera negativa, en lugar de pensar lo que quiera usar yo misma”, dijo.

Ramírez cree que ese tipo de preocupaciones pasarán pronto a ser algo del pasado.

“Las mujeres de nuestra generación no queremos tener que aguantar esas tonterías, que la ropa que llevas puesta invita a la agresión sexual,” dijo.