
La mención del “niño que mataron” incita una inmediata reacción hoy en Oakland.
El lamento es general por un hecho en extremo espeluznante, que sobresale entre la cotidianidad de los reportes criminales en la cuarta ciudad más peligrosa de los Estados Unidos; pero el 13 y 14 de agosto, hubo quienes hicieron algo más que aborrecer la muerte de un pequeño de tres años por un disparo de bala, quien salía junto con su madre y hermana de un supermercado, el mediodía del lunes 8 de agosto.
Por dos días, los vecinos del área que circunda el cruce de la avenida 64 y el boulevard International, sitio de la tragedia, lavaron autos, pidieron donaciones, vendieron comida, a fin de recaudar fondos para los desolados padres de Carlitos Nava, el niño muerto.
Algunos se apostaron sobre el boulevard International. Mostraron carteles a los conductores en los que explicaban su motivo. Pedían hacer sonar las bocinas de los autos, en solidaridad con su reclamo de frenar la violencia, y, sobre todo, exhortaban a lavarlos, lo que dejaría más dinero a las arcas del beneficio.
Otros lavaban los autos, y aun los niños ayudaban. Más allá, alguien mantenía viva una parrilla, cocinaba. Y dentro del supermercado All Mart, en cuya banqueta frontal se sucitó la tragedia, los dependientes cobraban a los clientes que solicitaban el servicio de lavado.
El grupo total, unos 100 adultos, era una mezcla de afros, latinos, asiáticos y blancos. Si alguna imagen puede ayudar a entender el sentido de la palabra comunidad, era el trabajo en conjunto de esta gente de aspectos y procedencias distintas, quienes sin interrupciones se movilizaban por un fin común.
Cómo ayudar
Concluido el fin de semana del 14 de agosto, Oakland sumaba 75 homicidios en su cuenta. Para estas fechas, el año pasado se habían cometido 52 homicidios en la ciudad.
Por la muerte de Carlitos Nava, detuvo, el martes 9 de agosto, a un hombre de Pittsburg, Lawrence Denard, de 26 años. De probársele responsabilidad, podría ir a prisión de por vida. Luego, el viernes 12, Willie Torrence, de 22 años, fue detenido por la policía de Las Vegas; éste habría sido el conductor del vehículo desde el cual se hicieron los disparos. Torrence estaba en libertad bajo fianza, por ser responsable de un delito previo por posesión de arma, según un boletín de la policía de Oakland difundido el lunes 15 de agosto.
Otras dos personas adultas resultaron heridas durante el ataque; ellos, según la policía, habrían sido el objetivo de las balas. La policía sospecha que el incidente está relacionado con pandillas.
Tras el arresto de Denard –con antecedentes criminales por posesión de arma y robo- el jefe del Departamento de Policía, Anthony Batts, se pronunció por establecer un mandato judicial contra pandillas (gang injunction) en el área; aprovechó también para reprochar la escasez de recursos con que, dijo, el Departamento trabaja.
Apenas en junio, un juez de la Corte Suprema de California concedió un mandato judicial contra pandilleros en un área próxima –un kilómetro y medio hacia el Norte, sobre el boulevard International.
Aaron Sharena, quien llegó de San Leandro para ayudar en la colecta de fondos, pues dijo tener muchos amigos en el área próxima a la avenida 64, opinó que un mandato judicial contra pandillas no cambiaría la situación del vecindario. “Este no es el primer homicidio en Oakland. Esto pasa todo el tiempo. Esta vez murió un niño. ¿Dónde ha estado la policía cuando eso pasa?”, dijo.
“Lo que necesitamos es una comunidad activa. Un mandato judicial no cambiará esto”, continuó Sharena. “Es la gente quien debe hacerse cargo. Necesitamos ser más activos”.
Naem Abdullah, propietario de King Fish, un establecimiento que vende pescado frito en un minúsculo local dentro de una plaza comercial, a unos pasos de donde ocurrió el crimen, señaló otro problema: “¿Por qué es tan fácil conseguir un arma? Creo que Oakland tiene más crímenes que todo Canadá”.
Para las 6:00 pm del domingo 14 de agosto, la comunidad había terminando su obra benéfica. Tras contar el dinero recaudado, la sorpresa fue general: En dos días colectaron 15,000 dólares.
Hubo algunos que, de manera espontánea, caminaron después hasta el altar que se erigió en memoria de Carlitos Nava. Allí donde el niño fue victimado, hoy hay decenas y decenas de juguetes amontonados, flores, veladoras, globos, y en cartulinas muchos han escrito condolencias.
El funeral de Carlitos será el martes 16 de agosto, a las 11:00 am, en la iglesia St. Bernard, casi en la esquina de la avenida 62 y el boulevard International.
Quien desee ayudar a la familia, originaria de México, puede hacer un depósito monetario en la cuenta 398-185-5954 de Wells Fargo; es el fondo Carlitos Nava.