La ley “Stop Piracy” ó Deteniendo la Piratería HR 3261, y su ley hermana en el senado, la “Protect IP Act” han sido promocionadas como la respuesta apropiada para el problema de robo de propiedad intelectual, pero la realidad es que hacen muy poco para evitar la piratería y mucho más para interrumpir el resto del Internet.

Escrita esencialmente por cabilderos de las industrias de música y películas, permiten que los derechos de autor busquen órdenes de corte en contra de cualquier sitio web “o cualquier pedazo” que se sospeche haya facilitado una infracción del material con derechos.

Simplemente dicho: si alguna de estas leyes fuera a pasar, cambiaría el Internet del presente.

Bajo el Digital Millennium Copyright Act 1998, sitios como Flickr, Vimeo y YouTube no son legalmente responsables por tener contenido que infringe, con tal de que lo remuevan cuando la persona que tiene el derecho de autor lo decida.

SOPA, que ha recibido la mayor atención haría que estos sitios sean responsables por cualquier material que ofenda a los servidores. Conforme a las estadísticas de YouTube, 48 horas de video se suben al servidor cada minuto; no hay como vetar esta cantidad de contenido.

El servicio de noticias sociales popular Reddit, que permite que los usuarios suban contenido y voten “arriba” ó “abajo”, ser iría inmediatamente, conforme su administrador general Erik Martin.

Hay partes en ambas leyes que asustan seriamente, partes que requerirían que servicios de Internet tales como AT&T y Comcast pongan en una “lista negra”, o bloqueen acceso a sitios que se sospeche tengan contenido pirata. Esto sería censura, y de hecho, es el mismo método que usa el gobierno chino.

Las compañías de tecnología grandes están casi todas en contra de estas leyes y por buenas razones: son directamente contradictorias con el espíritu emprendedor que construyó el Internet, y acabaría con la creatividad que ha creado.

Uno de los que apoyan la ley ha dicho falsamente que de alguna manera ayudaría a la economía; dice que los trabajos que son tan necesarios serían salvados cerrando el escape financiero de la industria del entretenimiento. Pero cualquier ganancia sería incomparable al daño que causaría a la industria de tecnología, y no se puede olvidar mencionar a los negocios pequeños.

Por ejemplo, si una de estas leyes fuera a pasar, alguien dueño de un derecho podría perseguir algo en tu sitio tan trivial como un enlace que alguien más haya puesto en la sección de comentarios. Podrían tomar acción legal en contra de Paypal, Visa/Mastercard o Google Adense, un programa que ayuda a gente con negocios pequeños a monetizar sitios web. Esos servicios tendrían 5 días para acceder a la acción, es decir, ahogar el apoyo financiero a tu sitio web.

Es una medida tan desproporcionada hacia el problema de piratería que todos desde el Libertarian Cato Institute, la American Library Association, hasta Wikipedia (quienes tuvieron un “blackout” mundial el 18 de enero en protesta) la han denunciado.

El furor fue suficiente que atrajo la atención del presidente quien se opuso ante SOPA. Desde el 17 de enero, la ley ha sido removida del “House floor” que sin duda es una buena señal.

Pero todavía está PIPA, que va a salir al voto en el Senado el 24 de enero. No hay que olvidar que no importa si pase o no, las fuerzas detrás de estas leyes trabajan fuerte y sus billeteras son expansivas.

“Vamos a continuar trayendo a los representantes y miembros de la industria juntos para combatir la piratería en el Internet”, juro el creador de SOPA, Lamar Smith (R-TX).

Un estudio reciente hecho por la organización sin fines de lucro Media-Matters encontró que a pesar de las implicaciones de esta legislación, y el debate furioso alrededor de este, la historia no ha pasado desapercibida en los medios de noticias primarios.

Si vamos a detener esta ley draconiana, tenemos que mandar el mensaje a toda la gente que conocemos.

Dile a tus amigos y a tu familia que vayan a americancensorship.org y le dejen saber a su representante que esto es Estados Unidos, no China.

— Traducción Alejandra Cuéllar