Este año traerá cambios importantes a esta humilde fuente de noticias, y nada que ver con el falso cambio que nos prometieron durante la campaña electoral y nunca se cumplió. Me refiero a cambios de verdad, una transformación que resulta del arduo trabajo del pasado año, un año en que no faltaron los incidentes para la familia de comunistas amantes-de-la-anarquía y amigos de homosexuales de El Tecolote. Estuvimos en la quiebra. Nos quedamos un equipo mínimo, después de habernos visto forzados a dejar ir a varios empleados, profesionales talentosos a quienes soy afortunado de tener como amigos.

Pero nos levantamos con fuerza, al estilo Rocky Balboa.

El cambio más grande que verán será nuestra página de Internet, un portal nuevo y atractivo donde los reporteros, fotógrafos y miembros de la comunidad podrán publicar noticias en varios formatos multimedia. Arrancará a finales de febrero (a menos que se repita el concepto mítico del ‘tiempo latino’, y no sea hasta marzo). En cuanto a lo que significa la edición impresa, no se preocupen. A pesar de que el periodismo que mata árboles parece estar llegando a su fin, nos mantenemos fieles a la palabra impresa. Nuestra argumentación es sencilla: no podemos ignorar a las personas al otro lado de la división digital (quienes no usan Internet, Facebook, Twitter o un I-phone).

Nos esforzaremos por llenar el periódico con noticias que conciernen a lectores que

tienen que trabajar para vivir y mantener a sus familias tratando de que no los boten de la Misión. El periódico estará dirigido a personas que hablan español, un segmento de la comunidad cuyas opciones de información locales están muy limitadas. No publicaremos en este periódico ninguna historia sobre vaqueros ajustados, suéteres de moda, fiestas de baile de almohadazos o reseñas de restaurantes fresa con precios fuera del alcance de la mayoría de personas trabajadoras —en otras palabras, no publicaremos noticias hipster. Lo prometo.

Este año también será un año de tender puentes, ya que continuaremos colaborando con el sitio web de la Universidad de Berkeley Mission Loc@l de noticias súperlocales. Encontrarán su edición impresa entre nuestras páginas. Pero las colaboraciones solo irán en aumento a medida que informamos sobre diferentes temas y comunidades mal servidas.

(Admitimos que va a ser difícil. Aún seguimos pobres y nuestro equipo es limitado. Pero haremos que suceda, aún si tengo que abrir un club de pelea clandestina para recaudar fondos.)

Hemos aprovechado el arduo trabajo y dedicación de las más recientes adiciones a El Tecolote. Con la excepción de algunos de nuestros reporteros veteranos, que han tomado nuevos papeles y desafíos, este pequeño periódico lleno de potencial tiene sangre nueva llena de energía corriendo por sus venas, incluyéndome a mí.

Nuestro antiguo diseñador gráfico está ahora encargado de que el español no tenga errores, papel en el que ha prosperado. Traduce, revisa el texto, nos mantiene a mi y al resto del equipo con los pies en la tierra cuando nuestras ideas y ambiciones se salen de lo realista.

Nuestra editora de fotografía, una de las más recientes adiciones a nuestro círculo, se ha enfrentado a todos los desafíos que representa su puesto, además de la presión de tener que recibir mis instrucciones; y se ha ganado el respeto y la admiración de todos. A medida que avance el año, la verán adquiriendo un papel aún más importante —tiene futuro esta chica.

El hombre es escritor, poeta y mi hermano puertorriqueño de otra madre. El editor de el calendario de El Tecolote es alguien admirable. Durante décadas, edición tras edición, ha mantenido a los lectores al día sobre las actividades comunitarias, y continuará haciéndolo por décadas, impreso y en el Internet.

También es de elogiar el encargado de los anuncios. Sabe mucho de negocios y es muy dedicado, y su perseverancia nos ha ayudado a mantenernos a flote, y seguro que continuará haciéndolo en este mar de problemas económicos. Además es un redactor buenísimo.

Por último, tengo que reconocer a la líder de Acción Latina, que edita El Tecolote. Ella trabajó sin cansancio todo el año pasado para que el periódico sobreviviera. Esta mujer es la fuente de nuestra humildad y, en el poco tiempo que tengo de conocerla, una persona en quien he aprendido a confiar, respetar y pedir consejo.

Estas personas, junto con la pequeña milicia de reporteros, fotógrafos, correctores de texto, traductores y simpatizantes son El Tecolote. Linda, Rose, Andrés, Bethy, Carmen, Johnatan, Lian, Martha, Meredith, Nina, Sharah, Thomas, Greg, Katynka y muchos otros trabajaron el pasado año e hicieron posible la realidad de este año. A pesar de tener trabajos ajetreados, la escuela y otras muchas obligaciones, ellos producen, semana tras semana, cosas buenas: instantáneas de nuestro vecindario que pasarán a la inmortalidad.

Este año El Tecolote celebra el gran 4-0 más grande, mejor y más brillante que nunca.

Roberto Daza, Editor Jefe

—Traducción Carmen Ruiz