Tina Modotti, Manifestación de Trabajadores. 1926. (Workers Parade) Photo courtesy www.sfmoma.com

La gente de San Francisco ahora puede ser testigo de la evolución de la fotografía en México a travéz de 172 imagenes que cubren desde 1920 hasta el presente. La exhibición incluye trabajo por fotógrafos mexicanos, así como de artistas atraídos al país desde el extranjero.

La exhibición está dividida en seis secciones, puntuando periodos de cambio cruciales en la historia de este arte en México.

La primera sección, Un Período de Intercambio Vital, comienza en 1920, después de terminarse la revolución mexicana. La conquista colonial, y después la pobreza, violencia y agitación politica, pusieron en peligro a las tradiciones y arte mexicano. El Ministerio de Educación comenzó un programa de reconstrucción que llevó a un renacimiento artístico que atrajo a artistas e intelectuales de todo el mundo.

Edward Weston y Tina Modotti fueron los contribuidores más prominentes de este período. Sus fotografías hacen eco de las pinturas de esa época a travéz de composiciones sencillas, líneas definidas y formas densas, así como la búsqueda de una estética pre-colonial. La fotografía es utilizada con fines puramente artísticos, como es visto en la imagen de 1926 de Tina Modotti, Manifestación de Trabajadores. Esta fotografía de una demonstración es valorada no porque haga algún comentario sobre las condiciones económicas de la época, sino por que vistos desde arriba, los sombreros de los hombres toman un arreglo estéticamente placentero. Esto es parte de una tradición más grande de estetizar la pobreza, transformando a la fotografía, así como al sujeto de esta, en un producto, algo lindo que colgar en la pared, en lugar de algo que nos haga contemplar las duras realidades de los mexicanos pobres de esa época.

La sección El Inicio de un Nuevo Arte, muestra los años 30s y 40s, los cuales se caracterizan por la experimentación visual y lo etéreo, sueños y fantasías son recreados intencionalmente, acomodando una escena o posando modelos de arte. Manuel Alvarez Bravo fue el artista más fuerte de este tiempo; su exploración de México y su gente nos habla a través de la figura humana. Siluetas y partes del cuerpo cuentan las historias—arrugas, cabello, senos, panzas, ojos, genitales, pies, todos toman su turno en el escenario. Estas delicadas imágenes tienen una dignidad y sinceridad tales que tiran lejos cualquier sospecha de desnudez inapropiada o intenciones de excitar, las cuales bajo una mano menos delicada, pudiesen haber ofendido a gustos más sensibles. Después de larga observación de la imagen de Alvarez Bravo, La Buena Fama Durmiendo, uno se lleva el recuerdo de una mujer durmiendo placenteramente bajo el sol. Sus senos desnudos y pubis expuesto no sexualizan la imagen, y parecen secundarios al observar su hipnotizante calma.

Alejandro Cartagena. Photo Mabel Jiménez

La tercera porción de la exhibición, México Impreso, la cual explora los 1940s -1960s, hace una repentina partida del arte la belleza, para concentrarse en duras realidades.

La creciente industria de periódicos y revistas trajeron consigo muchas opportunidades foto periodísticas. Nacho López captura la realidad de la vida en México con un instinto humorístico en su imagen de 1959 Constructores de Ataúdes, la cual muestra a un hombre con una amplia sonrisa mientras es medido para un ataúd. Pero quizá fue Enrique Metinides quien es testigo a las peores cosas que la realidad puede ofrecer. Sus fotografías, la mayoría de horribles accidentes, asesinatos y suicidios, de alguna manera logran suavizar esta carnicería por medio de cuidadosas composiciones. Algunos observadores quizá hasta sientan un poco de culpabilidad al descubrirse a sí mismos disfrutando la estética de estas brutales imágenes.

En el siguiente período, Un Nuevo Impulso Documental, el cual cubre 1960s-1980s, los fotógrafos crean extensos estudios de diferentes comunidades y grupos demográficos. Muchos de ellos se enfocaron en las comunidades indígenas. Sin embargo, este perído inció una notable tradición que continúa en la fotografía mexicana actual: exhibir a la clase excepcionalmente adinerada. Rebelándose contra una larga tradición fotográfica que ha idealizado y estetizado a los indígenas y pobres, muchos fotógrafos optaron por apuntar sus lentes hacia los más privilegiados. Por primera vez, se exploraron las desigualdades ecómicas al exponer las vidas ridículamente excesivas de la élite mexicana.

El Paisaje Cambiante del México Contemporáneo nos trae a la fotografía moderna, caracterizada por un interés en el desparramo de las ciudades y suburbios, el paisaje urbano y como viven los mexicanos. Pablo Lopez Luz enfoca su atención en el desarrollo de la Ciudad de México.

“En México, ha habido una tradición pictórica del Valle de México … quería meterme en esta historia desde un punto de vista contemporáneo, mostrar este paisaje clásico, pero como es hoy.”

Sus paisajes aéreos muestran las formas del valle, ahora repletas con edificios.

El trabajo de Alejandro Cartagena sigue un tema similar. Ofrece una exploración del desarrollo suburbano en el estado Monterrey, y las “consecuencias del crecimiento desmedido de una ciudad.”

La exhibición termina con la sección Mirando a Través de la Frontera, enfocándose en el fenómeno migratorio visto a través de ésta región, enfocándose en la geografía, arquitectura, y los que cruzan la frontera.

Tras absorver tantas imágenes, uno se pregunta, ¿qué temas o sujetos serán explorados en el futuro? ¿Qué caracteriza a la fotografía moderna?
El fotógrafo Alejandro Cartagena observa que, “lo que ha pasado siempre en la fotografía, es que encuentras una cosa, la fotografías, y ahí está…la gran aportación de la fotografía contemporánea, es que no tiene que ser tan explícita.”

Cartagena nota que uno puede explorar un sujeto por medio de fotografías que no necesariamente incluyen al sujeto dentro de la imagen. Por ejemplo, la exploración del suburbio en el trabajo de Cartagena no solo nos muestra imágenes de la comunidad, sino también de cómo esto ha impactado a paisajes que se encuentran a millas de dichas poblaciones.

“Si conoces lo que se ha fotografiado en el pasado, entiendes que puedes fotografiar en el presente, o que faltó de fotografiarse.”

La exhibición en SFMOMA continúa hasta el 8 de julio.