Andrés Escobar, estrella del futbol colombiano. Su tragedia es descrita en el documental “Los dos Escobar”, que se estrena en la pantalla de la SFFS el próximo 27 de agosto. Foto cortesía SF Film Society

Si aún tiene ánimo de futbol, tras el Mundial, la oportunidad llega a sus pies como balón para que anote. Este fin de semana, a partir del viernes 27, y hasta el 2 de septiembre, se exhibirá en San Francisco “Los dos Escobar”, un documental sobre la mejor selección de futbol que ha tenido Colombia y el narco de mayor renombre de aquel país.

El Loco Higuita. El Pibe Valderrama. Faustino Asprilla. En los noventas jugaron ese futbol que emociona, es capaz de erigir memorias, algo que mezclaba la soltura de los brasileños y la certeza argentina; el colombiano eran un equipo con color, que vibraba, como fiel reflejo del alma del país.

La patada del escorpión, que Higuita ejecutó en el estadio de Wembley, en 1995, es una de las mejores estampas en la historia del futbol. El chico hizo un clásico, y su figura acrobática fue aún más atractiva por aquella su voluptuosa cabellera negra; apenas la del Pibe Valderrama era ¡rubia! Eran el equipo más carismático de la tierra. Una gambeta de El Tren Valencia y luego las redes se rendían.

Demasiada alegría siempre fue sospechosa. Pablo Escobar Gaviria reinaba aún en Colombia y, según ilustra el documental “Los dos Escobar”, todos esos muchachos fantásticos, ese club de maravillas que dirigía Pacho Maturana —una de las voces más honestas respecto a lo que pasó en aquellos años locos— eran cebados por el “patrón”, tal como era llamado el jefe de los narcos.

Los narcos son medievales. Su sistema es tener ejércitos de criados. Y son unos asesinos. Árbitros ejecutados por no favorecer a los equipos de Pablo Escobar. Bombazos selectivos. Secuestros. Colombia, descrito con rudeza, era a principios de los noventas un reino de terror, cuyos pobladores menos favorecidos recibían, como resabios de una economía insuflada por el dinero de la cocaína, un futbol de calidad mundial; en tanto que los adinerados, bueno, algunos se favorecían de los negocios de Escobar.

El afamado narco colombiano Pablo Escobar posando con uno de los muchos equipos de futbol que financió. Foto cortesía SF Film Society

De eso trata el filme de los hermanos Jeff y Michael Zimbalist, incluido en la serie 30 por 30 de ESPN, una amena colección de documentales que relatan 30 historias relacionadas al deporte ocurridas en 30 años, de 1979 a 2009.

En el caso de Andrés Escobar, un defensa de la selección nacional colombiana de suerte infausta —anotó un autogol durante la Copa del Mundo en 1992 y luego fue asesinado—, los Zimbalist encuentran el punto para hablar de deporte y en la saga trágica de Pablo Escobar el ángulo para mostrar una sociedad que fue complaciente con los negocios ilícitos, que hizo héroes a criminales y que luego, al decidirse el Estado a combatir el delito, sufrió la pesadilla de las ejecuciones, de la desestabilización política e incluso el fin de su breve periodo de gloria futbolística.

“Ésta es no es una historia sobre quién jaló el gatillo (para matar a Andrés Escobar); es una historia sobre la responsabilidad de una sociedad”, comentó en entrevista Jeff Zimbalist.

“Los dos Escobar” trata, dijo el cineasta, sobre el “misterioso e inexplorado concepto del narco futbol”.

Pero, claro, la película está llena de estampas futbolísticas, de goles que son “una pintura”, como clama al borde del paroxismo un cronista deportivo de la época.

Así que, para curarse la cruda del Mundial, con palomitas, en pantalla gigante, sonido Dolby, “Los dos Escobar” se exhibirá a partir del 27 de agosto en los cinemas Kabuki, en San Francisco.

Entrevista en inglés con el director Jeff Zimbalist

Información relativa a compra de boletos y horarios: www.sffs.org. Información sobre la película: www.the2escobars.com.