Luis Eliazar Morales Marenco y Juana Blanco Mendoza, archivistas en Granada, Nicaragua. Luis Eliazar Morales Marenco and Juana Blanco Mendoza, archivists in Granada, Nicaragua. Photo Ramón Hernandez

“Mi Barrio Latino América” consiste en una serie de artículos biográficos breves sobre personas que Ramón Hernández y Karol Carranza están entrevistando en sus viajes por América Central y México. Los artículos realzan las historias personales, preocupaciones, opiniones y temas en las propias palabras de la gente entrevistada.

Luis Eliazar Morales Marenco y Juana Blanco Mendoza, Granada, Nicaragua, Marzo de 2011.

Desde los mediados de los años 90, los archivistas Eliazar y Juana han catalogado y archivado los documentos históricos más importantes de Granada. Eliazar, que restaura de manera cautelosa los documentos que antes fueron guardados en una bodega y ya olvidados, nos habla acerca de cómo los eventos y voces del pasado, que se han sido grabados mediante estos documentos, contienen mensajes importantes para el pueblo nicaragüense y todos los latinoamericanos.

Eliazar explica cómo se convirtió en archivista: “Nací en Granada en 1952. Mis padres eran cafetaleros; me criaron en una hacienda así que a una edad temprana me despertó la vocación de trabajar la tierra. Al fallecer mi padre, perdimos la tierra porque no pudimos pagar lo que la debíamos”. Con el tiempo, Eliazar empezó a trabajar en una planta que procesaba la harina, pastas alimenticias y alimento para ganado. Después de haber trabajado allá por diez años, decidió irse porque, según él, “Después de la revolución había muchos problemas con el gobierno sandinista. Se devaluó el dinero y no veía ningún futuro para mí allá, ése fue cuando decidí irme para los Estados Unidos. Trabajaba de lavar coches, de mesero y de otras cosas misceláneas. Sin embargo, el trabajar sin documentos solo me permitía subsistir así que decidí regresarme para Nicaragua. Pasé un año sin trabajar pero un día oí hablar al alcalde de Granada, Silvio Urbina, acerca de la falta de guardabosques que conservan los parques ecológicos del área. Debido a mi interés y conocimiento del ambiente natural, fui a solicitar un trabajo. No obstante, aunque no me podía ofrecer un trabajo de guardabosques, me dijo que buscaba a un archivista: de esa manera, me cayó el trabajo”.

Detalle de uno de los documentos históricos. Detail of one of the historic documents. Photo Ramón Hernánde

El archivo surgió por el apoyo de Jorge Eduardo Arellano, un escritor famoso de Nicaragua y el director de Archivos Nacionales de Managua, que salvó estos documentos de una bodega y luego los guardó en un lugar apropiado. Al principio, Eliazar explica que “El trabajo de restaurar documentos cubiertos de polvo y moho me causó problemas bronquiales. Al enfermarme y aprender de los peligros que hay de trabajar con documentos antiguos por muchas horas, quería renunciar [el trabajo], no obstante, seguía trabajando y a la vez usaba medidas de precaución”. Poco después, el gran trabajo de las personas involucradas en el proyecto hizo posible la publicación del primer catalogo del archivo. En el año 1995, el gobierno del municipio se trasladó los documentos a su ubicación actual, el famoso centro de cultura y de aprendizaje, La Casa de los Tres Mundos.

Desde entonces, Eliazar y Juana Blanco Mendoza se han dedicado al cuidado de estos documentos y catalogarlos; de cuando en cuando, encuentran documentos que les llaman la atención. Por ejemplo, Eliazar encontró un documento que contenía su apellido y se enteró de que su bisabuelo fue prefecto en Granada. El documento también describió cómo la ciudad adquirió la espada de William Walker después de su ejecución en Trujillo, Honduras el 12 de septiembre de 1860. “El gobierno de Honduras decidió dar la espada de Walker al presidente de Nicaragua, Tomas Martínez, quien decidió que le correspondía a la ciudad de Granada”, explica. La ciudad aprobó una ley para que la espada quedara en Granada como un trofeo inmortal en contra del opresor de Nicaragua. Sin embargo, durante la Revolución de 1893, dirigido por José Santos Zelaya, un soldado entró a caballo al edificio donde estaba la espada, y sin desmontarse quitó la espada del mostrador y se largó. Desde entonces, no se la ha encontrado”. Transcribir tales documentos lo llevó a inscribirse en 2006 a la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua (AGHN).

A pesar de estos logros, el aspecto más gratificante de su trabajo, explica, es trabajar y hablar con una gran variedad de individuos, de escritores y poetas a antropólogos y arqueólogos, que consultan los archivos. Debido a que ellos trabajan con varias personas de diferentes opiniones políticas, ellos deben mantenerse apolíticos, agrega. Explica, “En este trabajo nos atendemos a investigadores sandinistas, liberales y conservadores y hay que atenderlos de manera imparcial. La historia verdadera ha de ser así. Si los sandinistas hacen algo bueno y los conservadores hacen algo malo, se puede encontrarlo en los documentos. La historia ha de ser objetivo”. Con este mismo espíritu, Eliazar y Juana les comunican a todos los Granadinos, que les gustaría que la Granada de hoy día tomara este iniciativo para que se mejorara y cuidara su ciudad. Ellos también invitan con alegría a todos los nicaragüenses que viven en los Estados Unidos a conocer la historia de Nicaragua y saber cómo está vinculada con sus vidas.

Al preguntarles de sus esperanzas para el futuro, los dos respondieron que “Nos gustaría tener un edificio colonial en Granada para almacenar todos los documentos históricos y hacer copias digitales para evitar que la gente toque estos materiales delicados con sus manos. Partidos políticos nos han prometido que eso sucedería pero aún no nos han cumplido sus promesas”.

—Traducción Ann Michels