[Foto: Los espectadores observan cómo se eleva un lowrider rojo durante la competencia de saltos el 20 de agosto de 2022, en San Francisco, California. Foto por Karem Rodriguez.]
El Embarcadero fue el telón de fondo de la exposición anual de coches King of the Streets y del concurso de saltos organizado por el San Francisco Lowrider Council. Cientos de coches lowrider y aficionados se reunieron el pasado sábado 20 de agosto en el muelle 30-32 durante un soleado día de verano para celebrar la cultura, la comunidad y la historia.
Se trata de uno de los mayores y más esperados encuentros de lowriders del norte de California, en el que el público puede explorar diferentes estilos de coches clásicos y disfrutar de un concurso de hopping (Saltos) en el que los propietarios utilizan controles a distancia para hacer que sus coches salten y brinquen utilizando una suspensión hidráulica.
Para el fundador del Lowrider Council, Roberto Hernández, esto que está ocurriendo es un resultado que no anticipó cuando inició el grupo hace 41 años: «El objetivo no era organizar eventos de coches, sino que organicé los lowriders porque la policía no nos permitía circular con nuestros coches, nos acosaban y nos ponían multas, incluso cerraron la calle Misión para que no pudiéramos circular», comenta mientras habla de la demanda que él y sus compañeros ganaron contra el Ayuntamiento y el departamento de policía para poder circular libremente.
Han pasado nueve años desde que el evento King of the Streets se celebró por primera vez en el muelle 70. Desde entonces se ha celebrado en diferentes lugares como Fort Mason, Cow Palace y City College. En esta ocasión, se ha dedicado a Young Hogg, recientemente fallecido. «Cuando empezamos King of the Streets, Hogg era el que hacía eventos para coches lowrider por todo el país, así que le pedimos permiso porque eso forma parte de nuestra cultura. Nos dio su bendición y fue el anfitrión del concurso de saltos», dijo Hernández.
Se nota el cuidado que los propietarios ponen en sus coches, y para muchos de ellos, este es un gran evento en el que pueden compartir su amor por sus coches con la familia y los amigos. «Siempre me han gustado los coches, es algo que me gusta y puedo hacerlo con mi familia», dijo Ashley Palomo, que acompañada de sus hijos, trajo su Impala color melocotón por primera vez después de tres años de trabajo para tenerlo a punto.
Normalmente, el lowriding consiste en ir bajo y despacio, pero la principal atracción del pasado sábado fue ver a los coches rebotar y saltar lo más alto posible. Los competidores van desde los primerizos hasta los experimentados saltadores.
«Puso mucho para que el coche estuviera listo para hoy porque la semana pasada tenía problemas», dijo Jessica Ponce sobre su novio Alexander Domínguez, que participaba por primera vez en el concurso de saltos con su Impala dorado de 1962.
Mientras los espectadores se reunían en torno al foso para ver cómo cada competidor hacía saltar su coche, los jueces utilizaban una regla gigante que llega hasta las 120 pulgadas para medir la parte inferior de la rueda delantera del coche cuando está en el aire. El ganador de este año saltó 98 pulgadas y formaba parte del equipo Majestics.
Tras el concurso, un recorrido por la calle Misión marcó el final del King of the Streets de este año.
