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Adán Lobo, hondureño de origen, estaba viviendo en un pequeño y descuidado lugar en la calle Hampshire, compartiendo un cuarto y bañándose bajo una lona que evitaba que agua sucia del techo goteara sobre su cabeza.
Era, dijo, “algo repugnante”.
Ahora extraña ese lugar, porque ha sido forzado a mudarse a hoteles residenciales, los cuales asegura están infectados de pulgas y chinches, y vive en un vehículo junto con otros tres hombres. Algunos de sus antiguos compañeros de casa están durmiendo en sus carros o en la calle.
Historias de desalojo son comunes en San Francisco, pero la de Lobo tiene un giro impresionante: él y los otros residentes de los números 938-940 de la calle Hampshire fueron forzados a desalojar cuando el propietario permitió que el edificio decayera a tal grado que el Departamento de Inspección de Edificios (DBI por sus siglas en inglés) lo consideró inhabitable.
La decisión generó una ley estatal bajo la cual, el dueño debe dar a los inquilinos dinero para reubicación, pero de acuerdo con registros de la corte, la compañía Woking Dirt LLC, que compró el edificio en enero, detuvo los pagos.
De acuerdo con testimonios públicos ante el Departamento de Inspección de Edificios, algunos de los inquilinos ya habían cambiado sus cheques y usado el dinero para pagar cuartos de hotel, cuando los cambiadores de cheques llamaron exigiendo su dinero.
Los inquilinos han sido forzados a desalojar con muy poco o nada de aviso, muchos dejando atrás sus pertenencias.
Meses después, las reparaciones al edificio aún no han terminado y el dueño ha removido los accesorios de la cocina y del baño, y quitado las escaleras, imposibilitando el acceso.
“Desde que el edificio fue evacuado, el contratista removió las escaleras del frente sin permiso”, dijo la Jefa de Inspectores de Vivienda, Rosemary Bosque, en una audiencia reciente de la comisión, la cual se llevó a cabo debido a que Working Dirt LLC rechazara
responsabilidad por los costos de reubicación.
938-940 de la calle Hampshire
La propiedad de los números 938-940 de la calle Hampshire, la cual, técnicamente, es un edificio de dos unidades, ha sido utilizada como casa de huéspedes por al menos veinte años. La mayor parte del tiempo fue propiedad de Medardo Avina, quien vivía ahí y escogía a los inquilinos, recogiéndoles la renta individualmente.
Había hasta 25 personas viviendo en dos unidades, con frecuencia dos o tres por cuarto.
“La propiedad de la Hampshire ha sido utilizada como casa de huéspedes por décadas”, dice una declaración presentada por los inquilinos a la Comisión de Inspección de Edificios. “Hay inquilinos que han vivido ahí por 20 años. Cada cuarto ha sido rentado como unidad individual por el cual se ha pagado renta directamente al dueño. Ningún inquilino podía escoger quién ocupaba los otros cuartos. Los nuevos inquilinos eran elegidos a discreción del dueño”.
Avida no hizo ningún esfuerzo para mantener el lugar; el DBI posee órdenes solicitando mejoras al lugar datadas de hasta 1995.
Los inquilinos, mayormente inmigrantes monolingües, no obtuvieron solución a sus quejas, y aprendieron a vivir en esa situación. “Tenían que usar un paraguas para que el agua sucia del techo no callera en la regadera”, testificó en audiencia Diana Martínez, quien trabaja con la Colaborativa de la Misión SRO.
Cuando Avida falleció, su hija América heredó la propiedad, según registros. Ella la vendió a principios de 2015 a Working Dirt LLC por $670,000.
Abraham Farag y Working Dirt
Working Dirt2 es parte de una red de compañías, incluyendo Working Dirt LLC y Working Dirt Management Inc, las cuales están vinculadas a, o controladas por Abraham Farag.
Farag es bien conocido en el sur de la Bahía por comprar propiedades embargadas, arreglarlas y venderlas rápidamente.
Él es, de acuerdo con una demanda presentada por los inquilinos, parte de “compañías especulativas relacionadas con bienes raíces [que] tienen extensa experiencia comprando propiedades en problemas, limpiándolas de inquilinos con rentas controladas, y después remodelándolas para rentarlas a precios de mercado o para venderlas por las ganancias”.
En 2014, fue acusado con cargos federales por manipulación de ofertas y “estrategias para defraudar a titulares de hipotecas y otros”.
Recientemente, Farag empezó a comprar propiedades en San Francisco, y ha presentado al menos dos casos de desalojo en contra de inquilinos, según registros de la corte.
Su compañía LLC “compró la propiedad [938-940 Calle Hampshire] ―sabiendo que estaba ocupada por inquilinos”―, como indica un declaración presentada por los abogados de los inquilinos. “Se requiere a los nuevos propietarios de edificios en renta que reparen violaciones de código pendientes aún si fueron causadas por los anteriores dueños de la propiedad”.
No habitable
Una inspección el 16 de enero de 2015 reveló “violaciones del Código de Vivienda, incluyendo las siguientes áreas sin reparar: calentadores de agua, ventanas, cerraduras, regaderas, techos, puertas, horno, lavabo, gabinetes, pisos, interruptores y receptores eléctricos, así como moho, infestaciones y acumulación de escombros”.
Se envió una carta a la compañía LLC de Farag citando las violaciones. El 21 de enero, pegaron una “Notificación de Violación” en el edificio. El 17 de febrero, el edificio fue inspeccionado de nuevo y “ninguna violación fue reparada”.
El 19 de marzo, el dueño solicitó un permiso de construcción que “no incluye planes… DBI quiere reunirse con el contratista para discutir el alcance, la falta de planes, y una valuación de $47,500”.
El grupo de Farag presentó documentos indicando que los problemas de la propiedad no se podían reparar por menos de $50,000. Oficiales de DBI testificaron que las estimaciones eran muy bajas.
El 2 de abril, colapsó el techo de la unidad del segundo piso. DBI ordenó a los inquilinos desalojar por su seguridad.
De acuerdo con declaraciones de la corte, el 7 de abril, Working Dirt envió cheques a Jason Wolford con un promedio de $1,800 por inquilino, quien junto con Lisa Giampaoli, representa al grupo. Wolford, a su vez, emitió cheques a los inquilinos. Pero al día siguiente, el banco informó a Wolford que Working Dirt había detenido los pagos, así que tenían que suspenderlos.
Working Dirt está representado por Scott Freedman, socio de Zachs & Freedman, una de las firmas de abogados de vivienda más conocidas en la ciudad. Respecto a los cheques, Freedman dijo que su cliente había detenido los pagos porque había un desacuerdo sobre la cantidad del pago. Después de detener los pagos, Farag envió cheques nuevos por menos de la mitad del primer cheque.
En una declaración presentada a la corte, Farag dijo que detuvo los pagos de otros $16,000 en costos de reubicación porque los inquilinos “se negaron a aceptar” el dinero. Wolford dijo que “no es objetivamente exacto”.
“A este punto”, testificó Freedman, “hemos pagado más de $30,000 en costos de reubicación. En respuesta a nuestra oferta, los inquilinos han exigido más de $100,000”.
Eso no es mucho dinero para los más de 20 inquilinos que ahora tienen que pagar rentas a precio de mercado en San Francisco.
La mayoría de los inquilinos de la casa en la calle Hampshire eran familiares ―primos y hermanos. Muchos de los hombres enviaban dinero a Honduras para mantener a sus familias. Eso es ahora imposible.
“Para todos nosotros, el dinero que ganamos trabajando lo gastamos en hoteles”, dijo uno de los antiguos inquilinos.
Mientras que la Comisión de Inspección de Edificios votó unánimemente para negar la apelación de Farag y su compañía LLC, lo cual significa que los inquilinos tienen el derecho de recibir pago por reubicación, el edificio no es reparado y los inquilinos siguen en la calle ―y no se tiene certeza si podrán algún día regresar a él.
—El Tecolote contribuyó a la realización de este reportaje, que fue publicado originalmente en 48hills.com. Para leer la versión original en su totalidad, visite 48hills.com