[Por Mariana Navarrete; Fotos por Jeremy Word — en foto: Cristina Bautista Salvador, whose son Benjamín Ascencio Bautista was one of the 43 Ayotzinapa students who was forcibly disappeared in Mexico in September of 2014, speaksin a Peace Summit forum hosted at Acción Latina on Oct. 26. More than eight years after the students were forcibly disappeared, the families continue to fight for answers and justice. ]

Foro preparatorio hacia la Cumbre de la Paz 2023 en Acción Latina: Los 43 estudiantes mexicanos de Ayotzinapa

“Yo lo tengo muy presente conmigo y al recordar todo se me quiebra el alma”, dijo Cristina Bautista Salvador, con la voz entrecortada. Su hijo, Benjamín Ascencio Bautista, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos forzadamente en México en septiembre de 2014, un caso de macrocriminalidad que aún no se ha resuelto. «Ocho años y un mes sin saber dónde está».

Mientras la búsqueda por la justicia por parte de Cristina continúa, también lo hace la lucha por mantener el nombre de Benjamín a la luz de la opinión pública. Ella participó recientemente en #DespuésdeAyotzinapa, un podcast de Reveal: Centro de Reportajes de Investigación. Dicho podcast, a cargo de Anayansi Díaz-Cortes y Kate Doyle, detalla sus hallazgos sobre el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014, exponiendo la violencia sancionada por el Estado y la impunidad en México.

Esta serie de podcasts ayudó a poner en marcha la Cumbre por la Paz de Derechos Humanos sin Fronteras —organizada por Global Exchange— y contó con paneles tanto en San Francisco como en Los Ángeles, uno de los cuales tuvo lugar en Acción Latina el pasado 26 de octubre. El evento llevado a cabo en Acción Latina —coordinado con el Capítulo del Gremio Nacional de Abogados de San Francisco y la Fundación Cultural Caminante— discutió la investigación actual y cómo continúa la lucha por la justicia.

Los 43 desaparecidos 

El 26 de septiembre de 2014, estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, ubicada en el municipio de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, tomaron cinco autobuses para acudir a las manifestaciones en recuerdo de la masacre de Tlatelolco en la Ciudad de México. El destino final de uno de los autobuses debía ser Chicago, y no Ciudad de México, como habían planeado los estudiantes.

Más tarde se descubrió que había autobuses en Guerrero que transportaban activamente heroína de Guerrero a Chicago, explicó el Archivo de Seguridad Nacional en una conferencia de prensa celebrada en abril pasado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Cuando se encontraban a bordo de los autobuses, los estudiantes recibieron ráfagas de disparos y luego, fueron desaparecidos a la fuerza. En su desaparición estuvieron involucrados policías locales y federales, militares, marinos de la Armada de México y el cártel del crimen organizado Guerreros Unidos, esto según la serie #DespuésDeAyotzinapa, el informe del GIEI y la Comisión de la Verdad del gobierno mexicano.

Benjamín es uno de los 43 estudiantes. Su madre, Cristina, y sus dos hermanas, Mayrani y Laura Ascencio Bautista, intervinieron en el foro del 26 de octubre. El cofundador de la Fundación Cultural Caminante, Francisco Herrera, inició el foro pidiendo a los asistentes dirigirse hacia el patio, ahí los asistentes se encontraron frente a un altar que tenía un camino dibujado con pétalos de cempasúchil y pequeñas velas en el suelo.


Un retrato de Benjamín Ascencio Bautista fue colocado en Acción Latina para el foro de la Cumbre de la Paz llevado a cabo el 26 de octubre. Benjamín fue uno de los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos en Ayotzinapa, en septiembre de 2014. En el retrato se lee “Moveré montañas por encontrarte».

Mientras Herrera tocaba la canción ‘Caminando’, el director ejecutivo del Gremio Nacional de Abogados, Capítulo Área de la Bahía, Camilo Pérez Bustillo, dio la bienvenida a todos, y procedió a presentar a Benjamín Ascencio Salvador, antes de leer en voz alta los nombres completos de los 43 desaparecidos. El altar exhibía las fotos de los tres estudiantes que fueron asesinados ese día en 2014, Daniel Solís Gallardo, Julio César Ramírez Nava y Julio César Mondragón Fontes.


Camilo Pérez Bustillo, Director Ejecutivo del Gremio Nacional de Abogados, Capítulo Área de la Bahía, ayudó a organizar la Cumbre de la Paz.

Omar Gómez Trejo, el ex fiscal especial del caso, estaba de pie frente a Herrera, cantando. Antes de ser asignado al caso Ayotzinapa en 2019 por el actual presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, las autoridades mexicanas lo tenían activamente en la mira, después de que se publicara el segundo informe del GIEI en 2016. El informe consideró que las conclusiones del gobierno anterior —entonces a cargo de Enrique Peña Nieto— no eran concluyentes y estaban «fabricadas».

Cuando llegó el momento de leer el nombre de Benjamín, le pasaron el papel a Cristina y con un puño repitió «¡Devuélvanlo con vida!”

De vuelta a la sala, Díaz-Cortés comenzó el foro: «Hoy queríamos centrar este acto en torno a Benjamín», dijo Díaz-Cortés mirando de frente a Cristina quien, a su vezm cogía la mano de Laura.

Cristina destacó que todos los padres de los estudiantes desaparecidos están profundamente agradecidos con los escritores, con quienes recitan poesía y componen canciones y documentales. Todo ello ayuda al movimiento y permite a las familias de los desaparecidos saber que no están solas: «Mientras Dios me de vida yo seguiré en pie de lucha» «Su único delito fue ser estudiante de Ayotzinapa».

En agosto de este año, el fiscal principal de la Comisión de Verdad y Justicia del gobierno, Alejandro Encinas, reveló un nuevo informe con falta de pruebas contrastadas, que afirmaba que 43 estudiantes ya no están vivos. Encinas dijo después al New York Times que «hay un porcentaje importante, muy importante, que está invalidado».

Laura Bautista (a la derecha) asiste al foro Cumbre por la Paz organizado en Acción Latina el 26 de octubre, durante el cual se discutió el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Su hermano, Benjamín Ascencio Bautista, fue uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos forzadamente en México en septiembre de 2014.

Laura fue la siguiente panelista que habló de su hermano Benjamín. Era su hermana mayor, que estaba especialmente unida a él, ya que desempeñó un papel importante en su infancia mientras su madre, Cristina, iba y venía a trabajar a los EEUU: «A los dos nos gustaba bailar. Cuando éramos adolescentes escuchábamos a Daddy Yankee e inventábamos pasos».

Pero además de bailar ‘Lo que pasó, pasó’ o ‘Gasolina’, Laura recuerda que a Benjamín le empezó a gustar Michael Jackson y aprendió el moonwalk. Ella le animó a salir de su zona de confort y a no seguir comportamientos machistas: «Él fue siempre muy amable, respetuoso y cariñoso. Nunca le faltó al respeto a nadie, era puro amor».

Laura explicó que la pasión de Benjamín por la educación surgió cuando se dio cuenta que había más pueblos aislados y marginados en Guerrero, «olvidados» por el gobierno mexicano: «Él me dijo ‘yo quiero ser maestro para ir a esas comunidades y sacarlas adelante y decirle a los niños que estudien'».

La protesta de Laura sobre la desaparición forzada de su hermano es simple: él nunca hizo nada malo, pero de hecho, hizo muchas cosas grandes.

Después de que Laura terminó, Gómez Trejo continuó comentando que cuando trabajaba con el GIEI y cuando fue nombrado Fiscal Especial Principal del caso, los familiares de los 43 estudiantes le dijeron que confiaban en él: “Las familias nos repetían desde el inicio que siempre les habláramos con la verdad y les miráramos a los ojos”. 

Cuando fue nombrado fiscal especial, Gómez-Trejo explicó que tuvo que tomar medidas drásticas para garantizar que se realizara una investigación adecuada, trayendo a nuevas personas, rompiendo el silencio de los testigos y estableciendo nuevas relaciones.

“Una de las principales líneas de investigación es la conexión del tráfico de drogas entre Iguala y Chicago; era necesario restablecer una relación con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos”, explicó Gómez-Trejo.

Por su parte, Kate Doyle enfatizó que los EEUU tiene un papel fundamental en la historia, y que tardaron años en apoyar la investigación: «Los estudiantes de Ayotzinapa no sólo fueron víctimas de esta especie de macrocriminalidad que se ha apoderado de Guerrero y de gran parte de México, sino también de la guerra militarizada contra el narcotráfico que los EEUU ha promovido y apoyado», aseveró.

La investigación que la Administración para el Control de Drogas inició en Chicago contra la organización criminal Guerreros Unidos se inició en 2013 y se prolongó hasta diciembre de 2014, donde emitieron ocho acusaciones contra ocho miembros del cártel. Doyle afirmó que no fue hasta ocho años después cuando finalmente compartieron la información que tenían sobre esta banda clave y crítica, que secuestró a Benjamín y a otros 42 chicos en Iguala. «Creo que esta es una dimensión del caso que pertenece a nuestra discusión de por qué los estadounidenses deberían preocuparse por él», dijo Doyle.

Antes de que Gómez-Trejo dimitiera de su cargo como fiscal jefe en septiembre, la investigación se acercó a los militares mexicanos. Recientemente, se retiraron 21 de las 83 órdenes de detención, emitidas en su mayoría contra oficiales militares y soldados. Con Gómez-Trejo fuera de la investigación, Cristina dijo que la investigación está pasando por una fase muy difícil, y que las órdenes de detención se retiraron por la presión del Fiscal General de México, Alejandro Gertz Manero.

«Como madres y padres estamos muy agradecidos de corazón con la comunidad internacional porque nos han acompañado por ocho años y un mes, pero también queremos pedirles que nos sigan acompañando hasta saber la verdad y tener justicia porque vivos se los llevaron y vivos los queremos», declaró Cristina. 

Arnoldo García, del Comité de Apoyo a Chiapas, prosiguió con lo dicho por Cristina, llamando al público a actuar: «Fui criado por mi abuela, quien me enseñó que cuando alguien comparte una historia contigo, tienes una nueva responsabilidad. García comentó además que dicho comité realiza una acción el 26 de cada mes. El pasado 26 de septiembre se presentaron en el Consulado de México y el cónsul se burló de ellos: «Necesitamos que acudan al consulado el 26 de noviembre y si no pueden venir, usen sus redes sociales, hablen con sus amigos, llamen al consulado, hagan algo y digan, hoy es 26, hoy es Ayotzinapa».

Las palabras de clausura estuvieron a cargo del co director ejecutivo de Global Exchange, Marco Castillo, quien insistió en que Ayotzinapa es un asunto colectivo de México, de los EEUU y todos los países de la región: «Las armas se producen en este país, las drogas acaban en este país y en el medio, las comunidades y las familias están siendo atrapadas».

Este foro en Acción Latina formó parte de otros que tuvieron lugar en Nueva York, San Francisco y Los Ángeles, y que continuarán en Tepoztlán, Tijuana y la Ciudad de México con otras organizaciones no lucrativas y asociaciones de México y los EEUU. El 23 y 24 de febrero de 2023, la conferencia final de la Cumbre de la Paz tendrá lugar tanto en persona como virtualmente en la Ciudad de México para discutir cómo la colaboración binacional puede ayudar a superar los desafíos de las violaciones de los derechos humanos, la inmigración, la desigualdad, las drogas y el tráfico de armas.