[por Alexis Alexander]

Nota del Editor: La siguiente historia es parte de una colaboración entre estudiantes de periodismo de la Universidad Estatal de San Francisco y El Tecolote, que es apoyada por una beca de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud.

Después de un largo día en la escuela, Mateo, un estudiante de primaria, llega a casa emocionado para contarle a su abuelita su día: «Abuelita, hoy he ido al dentista». 

«¡Qué bien! ¿Cómo te fue Mateo?», le pregunta su abuela. 

Mateo habla efusivamente de su primera visita al dentista en el colegio, explicando cómo una «señorita» le tomó fotos a sus dientes con una cámara.

La historia de Mateo se recoge en Smiles por Vida: a spanglish children’s dental book, escrito por Amber Lovatos y Maxine Cordova. Aunque Mateo es un personaje de ficción, su historia se basa en la realidad. Lovatos, mexicana-estadounidense de primera generación, creció en un hogar de bajos ingresos y no tuvo acceso a cuidados dentales. Ella escribió la historia de Mateo para mostrar su primera visita al dentista en una revisión dental gratuita en la escuela porque, para muchos niños latinos, esta es la realidad.

En la actualidad, autora e higienista dental de salud pública en Texas, atiende a niños latinos e hispanos con bajos ingresos y sin seguro, como Mateo y ella misma.

Como muchos otros en su comunidad, Lovatos creció utilizando remedios caseros para tratar las caries. Mezclaba clavo y agua en una pasta para curar su esmalte dañado. Cuando su madre se dio cuenta de que los dientes de su hija crecían torcidos, decidió pedir ayuda a su comunidad. Esto llevó a Lovatos a México, donde le extrajeron los caninos maxilares por 20 dólares.

Según la Encuesta Nacional de Salud Infantil, los niños hispanos tienen más probabilidades de no haber visitado nunca a un dentista que cualquier otro grupo étnico. Entre niñas y niños de 2 a 11 años, se descubrió que las y los hispanos tenían caries y problemas dentales sin tratar en tasas significativamente más altas que sus homólogos blancos.

Asimismo, carecen de acceso a la atención médica por una miríada de razones, pero todas relacionadas entre sí: barreras que incluyen el nivel socioeconómico, los conocimientos de salud, el nivel educativo, el seguro, las barreras lingüísticas y las creencias culturales. Desde la falta de tiempo e ingresos hasta las creencias culturales, un factor que todos estos problemas tienen en común es la falta de educación sobre salud bucodental. ¿Cómo se pueden proteger y prevenir las enfermedades dentales cuando no se tiene ni idea de por dónde empezar?

«La desinformación se perpetúa en nuestra comunidad y no hay nadie que nos eduque», afirma Lovatos. «Es la falta de proveedores que se parezcan a nosotros, que hablen como nosotros, que conozcan los antecedentes de nuestra comunidad y sepan qué preguntas hacer, que sepan qué cosas pueden influir en nuestra toma de decisiones y qué conceptos erróneos tenemos en nuestra comunidad. No tener mucha gente latina en esta profesión para educar a nuestra gente nos lo pone difícil».

Las complejidades en las razones por las que la población infantil hispana y latina se enfrenta a disparidades son claras y los estudios sugieren que la forma más eficaz de reducir las brechas raciales y étnicas en su salud dental es proporcionar intervenciones amplias e inclusivas basadas en la población.

Lovatos ha visto una gran cantidad de enfermedades orales en las niñas y los niños debido a la falta de prevención, de comprensión o educación.

Un estudio de los CDC descubrió que el 33% de las niñas y los niños mexicanoamericanos de entre 2 y 5 años tenían caries en los dientes primarios, en comparación con el 18% de la comunidad infantil no hispana. 

«He tenido pacientes adultos que crecieron con bajos ingresos, ciudadanos de los EEUU que habrían cumplido los requisitos para Medicaid, pero sus padres nunca lo solicitaron por miedo», reconoció Lovatos. «Crecieron sin tener acceso a la atención, probablemente sin educación, con un montón de problemas dentales que luego van en la edad adulta. En Texas no tenemos programas para adultos. ¿A los 18 años dejan de tener bajos ingresos? ¿Dejan de tener necesidades?»

La falta de educación sobre salud bucodental sigue siendo un patrón entre los padres y las madres de familia hispanas y latinas que sufren estas disparidades.

La aculturación se describe como un cambio de actitudes, comportamientos e identidad para aclimatarse de una cultura a otra. A medida que los individuos practican la aculturación, sus condiciones de salud pueden mejorar o empeorar dependiendo del área de salud de interés. El nuevo entorno al que intentan adaptarse puede cambiar su dieta, su actividad física y otros comportamientos comunes relacionados con la salud. En un estudio de BMC Public Health, la población infantil hispana y latina que vivían en hogares de alta aculturación tenían considerablemente menos probabilidades de sufrir caries dentales que los de hogares de baja aculturación.

Elaine Musselman, profesora de la Universidad Estatal del San Francisco, especializada en pediatría y salud bucodental, descubrió que el conocimiento de la salud oral de las madres y los padres, con hijos de 3 a 5 años, se relaciona directamente con las prácticas y la salud en el cuidado dental de sus hijos e hijas, especialmente el cuidado de los dientes de leche.

«Las niñas y los niños con caries en los dientes de leche tienen más probabilidades de tener caries en los dientes permanentes», dijo Musselman. «Realmente nos fijamos en cómo su conocimiento se traduce en la práctica, por lo que tenemos una idea de por dónde empezamos, ¿cuáles son las necesidades con el fin de mejorar la salud oral de las niñas y los niños?»

Musselman trabaja con el programa Head Start de San Francisco, centrándose principalmente en mejorar la salud bucodental general de las niñas y los niños de la forma que necesite una comunidad específica de bajos ingresos a través de la educación.

«No todas las comunidades tienen las mismas necesidades ni los mismos medios para aumentar su concienciación sobre la salud bucodental y, por tanto, sus prácticas», dijo Musselman. «Realmente queremos involucrar a comunidades específicas para ver qué necesitan, cuál es el mensaje que necesitan, cómo podemos apoyar mejor a esos barrios, no entrar y tratar de arreglar un problema».

Valentina Leonett, una dentista venezolana que ejerce en Sioux City, Iowa, considera que la falta de información y las barreras lingüísticas son uno de los problemas centrales de la comunidad latina y su acceso a la atención dental. Leonett forma parte del 20% de la población latin que vive en Sioux City. A menudo acuden a ella pacientes de varias ciudades de distancia, sólo para recibir atención de alguien a quien puedan entender.

En un estudio de 2005 de la Universidad John Hopkins, los investigadores descubrieron que las normas sociales entre las madres y los padres, como las creencias de la madre y su red social, estaban relacionadas con la edad a la que sus hijos visitaban por primera vez al dentista.

«En las zonas en las que he estado, los pacientes han agradecido mucho tener un proveedor que hable español, porque es muy poco frecuente», afirma Leonett.