El miércoles por la mañana, mientras cuadrillas del ayuntamiento de San Francisco procedían con el remolque de casas rodantes en el barrio Bayview, Yerservi M. y su esposa embarazada, Katia S., permanecieron al interior de la suya, con el temor de que si salían, podrían perderla. Finalmente, el personal del ayuntamiento se retiró del lugar tras retirar tres vehículos que no contaban con la documentación necesaria y se encontraban abandonados.
Horas más tarde, la amenaza de las grúas dio paso a una escena distinta: la llegada de investigadores municipales. El objetivo era interrogar a la pareja sobre un empleado del Equipo de Atención a Personas Sin Hogar (HOT), a quien acusan de presuntamente haberles vendido, por 500 dólares en efectivo, un permiso de estacionamiento que necesitaban desesperadamente.


Desesperados tras múltiples rechazos a su solicitud para el Permiso de Refugio para Vehículos de Gran Tamaño, la pareja —que solicitó el anonimato por privacidad— sentía que se agotaban sus opciones. El 19 de noviembre, un empleado en una camioneta con el logotipo del programa ‘HOT’ se detuvo junto a su RV en Bayview. El trabajador bajó la ventanilla, aceptó un pago de 100 dólares en efectivo como adelanto y entregó una calcomanía oficial: el único distintivo que exime a estos vehículos de la nueva restricción de estacionamiento de dos horas y que, por norma, debe otorgarse gratuitamente a quienes cumplan los requisitos.
La pareja relató que el trabajador le instruyó a Yerservi pegar la calcomanía en la defensa de su RV durante la noche y les dijo que deberían pagar el saldo restante la semana siguiente.
“A la mañana siguiente me desperté y ya no estaba”, dijo Katia. “Me arrepiento de no haberle tomado una foto”.
Todavía quedan rastros de pegamento que dejó dicha calcomanía en el vehículo, que concuerdan con el tamaño y la silueta del Permiso de Refugio para Vehículos de Gran Tamaño.
La pareja informó a El Tecolote sobre la presunta venta del permiso al día siguiente, el 20 de noviembre. Después de que nuestra redacción se pusiera en contacto con el Departamento de Gestión de Emergencias, personal municipal declaró que los permisos no están a la venta y que la acusación se tomaría en serio. La solicitud de El Tecolote llegó de inmediato a las altas esferas del gobierno municipal.
“Cuando algo así sucede, tienen que pausar su [programa]”, dijo Jennifer Friedenbach, directora ejecutiva de la Coalición sobre la Falta de Vivienda (Coalition on Homelessness). “Simplemente abre la puerta a la explotación, y eso es exactamente lo que ocurre”.

Friedenbach señaló que su organización también recibió informes en noviembre de otros residentes de casas móviles sin permiso, alegando que un trabajador de alcance comunitario de HOT estaba vendiendo permisos de refugio. El 19 de noviembre ella notificó a los funcionarios de este programa y tenía programado discutir las acusaciones el 21 de noviembre, pero no recibió respuesta.
Friedenbach señaló que, durante noviembre, su organización recibió múltiples denuncias de residentes de RV que aseguraban que un trabajador del programa HOT estaba vendiendo permisos de refugio. Ella alertó a las personas responsables del programa el 19 de noviembre e intentó agendar una reunión para discutir las acusaciones dos días después, pero nunca obtuvo respuesta.
“Simplemente me ignoraron por completo”, afirmó, añadiendo que más tarde presentó una denuncia de informante ante la ciudad.
Vulnerabilidad y lucro: una comunidad en la mira del abuso

En mensajes de texto y un mensaje de voz obtenidos por El Tecolote, se evidencia que Yerservi se comunicó durante semanas, en español, con el trabajador de alcance comunitario. Las llamadas se realizaron primero, a través de un teléfono proporcionado por la ciudad, para luego pasarse al número personal del trabajador, al cual Yerservi envió al menos seis mensajes en un intento por recuperar su dinero.
En un mensaje de texto del 24 de noviembre, Yerservi escribió: “De verdad que ustedes juegan con la necesidad de las personas”.
Al día siguiente, el trabajador respondió mediante un mensaje de voz, diciendo que devolvería el dinero de su propia cuenta y que “todo salió mal”. Añadió que no sabía qué había pasado con “el otro tipo” o si “se había metido en problemas”. Sigue sin estar claro quién es ese individuo o si trabaja para el equipo HOT.
“Me dijo muchas veces que me devolvería el dinero, pero siempre alegaba que estaba enfermo o que su amigo tenía el dinero”, relató Yerservi a El Tecolote. “Me dijo que dejara de llamarlo a su teléfono del trabajo porque los estaban investigando”.
El 26 de noviembre, el trabajador respondió: “Qué enfadoso, hoy no fui a trabajar”.
Aún sin recuperar su dinero, Yerservi envió dos mensajes más el 2 de diciembre. A la 1:01 PM, el trabajador respondió con emojis de risas y el del dedo medio (señal obscena), marcando lo que parece ser la última comunicación entre ambos.

La pareja describió al trabajador como un hombre de barba larga y complexión media, que hablaba con lo que identificaron como un acento cubano o puertorriqueño y vestía una chamarra verde de ‘HOT’.
Cuando El Tecolote preguntó al Departamento de Personas sin Hogar y Vivienda de Apoyo a quién pertenecía el número de teléfono asignado por la ciudad, la portavoz Emily Cohen se negó a hacer comentarios. Los registros revisados por El Tecolote muestran que el número estuvo asignado anteriormente a Rann Parker, quien se desempeñó como director del Equipo de Atención a Personas Sin Hogar en 2015.
La respuesta de SF ante las fallas en su sistema de supervisión
Personal municipal declaró que la acusación está bajo investigación y no cuestionan la autenticidad de los mensajes revisados por El Tecolote.
“Nos tomamos muy en serio cualquier denuncia de conducta indebida”, escribió en un correo electrónico Jackie Thornhill, gerente de comunicaciones del Departamento de Gestión de Emergencias. “La ciudad tomó las medidas apropiadas al ser notificada y el asunto está siendo investigado. Mantenemos nuestro compromiso con la integridad de este programa y con garantizar que opere de manera justa, transparente y al servicio de aquellos a quienes debe ayudar”.
Sin embargo, la supervisión del programa por parte de la ciudad parece limitada.

En respuesta a una solicitud de acceso a registros públicos realizada el 7 de noviembre —en la que se buscaba cualquier dato que la alcaldía mantuviera para rastrear la emisión de permisos para casas móviles— la ciudad emitió cuatro determinaciones distintas como “no existen registros que coincidan”, lo que indica que dicha oficina no posee esa información.
Al ser consultado sobre por qué la oficina que inició el programa no rastrea la emisión de permisos ni los resultados de su aplicación, especialmente a la luz de las acusaciones, un portavoz de la alcaldía se negó a hacer comentarios.
Para Katia y su esposo, queda poco tiempo de espera. Al no tener el permiso y verse obligados a lidiar con la presencia de la ciudad en su puerta cada semana, la ansiedad se ha apoderado de ellos.
Esta mujer, de 30 años de edad, tiene programado dar a luz en menos de dos semanas, pero no está segura de si, al regresar, su RV seguirá allí.
“¿A dónde voy a ir con mi bebé?”, expresó.

Yesica Prado contribuyó con la investigación para esta historia.


