La noticia de una inminente ‘oleada’ de control migratorio en San Francisco, anunciada el mes pasado, desató una ansiedad profunda y conocida entre las familias migrantes. La tensión fue inmediata: las autoridades municipales reportaron una baja en la asistencia escolar el jueves, día en que se anticipaba la llegada de agentes de la Patrulla Fronteriza al Área de la Bahía. De igual manera, los negocios locales orientados a la comunidad migrante reportaron una disminución significativa de clientela a lo largo de toda la semana.
Aunque el operativo fue suspendido, el temor obligó a madres y padres de familia a encarar la pregunta que tanto habían eludido: ¿qué sucedería con sus hijas e hijos en caso de que se les detuviera?
A pesar de los esfuerzos que, desde enero, han realizado organizaciones y personas defensoras de la comunidad para que las familias sin estatus legal se preparen ante una posible deportación, el progreso ha sido limitado. Amanda Maya, directora del programa de derechos de las personas migrantes del Comité de Abogados por los Derechos Civiles (LCCRSF, por sus siglas en inglés), señala que un gran número de familias no representadas que esperan audiencias aún no han formalizado la tutela legales de sus hijas e hijos en caso de una separación.
Fuera del ámbito judicial, y a pesar del creciente interés en la planificación familiar en escuelas y clínicas, personas defensoras advierten que una gran cantidad de familias requiere de múltiples sesiones para asimilar completamente la información.
Asimismo, reconocen que la planificación de emergencia resulta intimidante, pues implica no sólo trámites legales complejos, sino también conversaciones profundamente difíciles para cualquier madre o padre. Para simplificar el proceso, varias organizaciones sin fines de lucro, entre ellas el Centro de Recursos Legales para Inmigrantes (ILRC, por sus siglas en inglés), han desarrollado guías específicas de apoyo.
“No existe una forma de prevenir que tu madre o padre sean injustamente detenidos y separados de ti”, lamentó Maya. “Pero estos planes, al menos, garantizan una sensación de estabilidad en lo que sería un momento de increíble inestabilidad en la vida de ese niño o niña”.
A continuación, presentamos cinco pasos recomendados por los defensores de los derechos para migrantes:
Paso 1: conversar con sus hijos e hijas sobre la planificación de emergencia
Se recomienda iniciar este proceso con una conversación que reafirme a las y los menores de edad que una persona de confianza asumirá su cuidado en caso de detención de su madre o padre.
“Si sus hijas e hijos tienen una edad en la que pueden participar en el plan familiar, es mucho mejor”, afirmó Amy Aguilera, organizadora de participación cívica en PODER. “Si comprenden la emergencia y sienten que pueden contribuir y que son parte activa del plan, no se sentirán excluidas o excluidos y tendrán menos miedo”.
Estas conversaciones suelen ser difíciles, ya que abordan dilemas complejos como si las madres o los padres llevarían a sus hijas e hijos consigo en caso de deportación o si les dejarían al cuidado de familiares en los EEUU. Sin embargo, personas expertas sugieren que la honestidad puede, de hecho, generar calma.
“Las niñas y los niños a veces son mucho más intuitivos de lo que pensamos”, comentó Raúl Gutiérrez, pediatra de San Francisco que atiende principalmente a familias migrantes de habla hispana. “Si la amenaza de ser detenida y deportada es una preocupación para una persona adulta, es buena idea preguntar a menores de edad cómo se sienten al respecto”.
Gutiérrez advierte que el miedo a la deportación puede generar una “alta dosis de ansiedad” en las y los menores, que se manifiesta con síntomas físicos (dolores de cabeza o estómago), problemas de sueño o un bajo rendimiento escolar. Añadió que nombrar y discutir estas «grandes emociones», además de involucrar a las hijas y los hijos mayores en la planificación, son estrategias clave para reducir el estrés.
Paso 2: elegir y contactar a una persona adulta de confianza
Una de las secciones más importantes de un plan de emergencia es la designación de la persona adulta que se encargará del cuidado de las hijas e hijos en ausencia de la madre o el padre.
Para esta elección, Maya aconseja a las familias identificar a alguien en quien confían para apoyo económico o emocional, que idealmente ya colabore en el cuidado de las niñas y los niños.
“Generalmente, queda muy claro quién es esa persona”, comentó a El Tecolote. Maya aclara que el estatus legal de esta persona no es un requisito indispensable aunque sí recomendable, pues minimiza su propio riesgo si debe asistir a las madres o padres en un centro de detención.
Para las personas recién llegadas que no tienen familiares o amistades cercanas, Aguilera insta a integrarse a programas escolares u organizaciones comunitarias para construir estas redes de apoyo. Una vez identificada la persona de confianza, se debe confirmar su disposición a asumir el rol.
También recomienda preparar una lista de información vital para esta persona, que incluya: personal médico a cargo de las y los menores de edad; información sobre medicamentos y alergias; así como información de contacto de la madre o el padres en el extranjero, en caso de deportación.
“Es vital que conozcan el plan”, afirmó Aguilera quien, adicionalmente, sugiere añadir a esta persona como contacto de emergencia en la escuela y asegurar que cada integrante de la familia memorice el número de teléfono del contacto.
Paso 3: explorar opciones legales para la persona adulta de confianza
Más allá de establecer un acuerdo verbal, el padre y la madre pueden tomar medidas legales para asegurar que otra persona adulta tome decisiones fundamentales para sus hijos e hijas. En California, personas expertas legales recomiendan dos opciones: el Atestado de Autorización de Cuidador (Caregiver Authorization Affidavit) o la Tutela (Guardianship).
Atestado de Autorización de Cuidado: este documento permite a las personas designadas como cuidadoras inscribir a menores de edad en la escuela pública y dar su consentimiento para la atención médica, como las vacunas requeridas en el sistema educativo. Las y los familiares calificados también pueden tomar decisiones médicas y dentales limitadas en nombre de la o del menor.
Esta persona designada no necesita tener estatus legal y el formulario no requiere la firma del padre o la madre. Aguilera describe este atestado como “la mejor herramienta para una emergencia inmediata”, ya que es rápido de llenar y fácil de presentar a escuelas y personal médico. Sin embargo, su validez se limita al estado de California, restringiendo los lugares donde la persona cuidadora puede tomar decisiones.
Tutela: Esta figura legal otorga a la persona adulta la custodia total y la responsabilidad legal del menor, siendo decidida a través de un tribunal de familia. Dado que el proceso puede tardar meses, Maya recomienda a las familias iniciar el papeleo con antelación.
“Si la niña o el niño está en el hospital y la madre o el padre no está presente, el personal médico tendrá muchas dificultades para escuchar a la tía sobre lo que debería suceder con la o el menor”, explicó Maya. “Pero si la tía tiene la tutela entonces ella tiene la autoridad, tiene el poder, y eso es realmente importante”.
Una nueva ley de California permite a la madre o al padre nominar a una persona como co tutora o tutora conjunta, otorgándole a esta persona la custodia temporal en caso de deportación o detención. Este cambio permite a la madre o al padre conservar sus derechos una vez que se reencuentren con sus hijas e hijos, haciendo el proceso más accesible para las familias migrantes.
Aun así, Aguilera advierte sean muy selectivos sobre a quién denominan: “Realmente deben tener la seguridad de que esta es la elección correcta para ustedes”, explicó ya que, “Esto concede todos los derechos legales de las y los menores a esa persona”.
Paso 4: preparar la documentación clave y mantener las identificaciones actualizadas
Personas defensoras recomiendan crear una carpeta con documentos esenciales como certificados de nacimiento, pasaportes, formularios de migración y documentos de antecedentes penales, si aplica. Es crucial guardar esta carpeta en un sitio de resguardo cuyo acceso conozca la persona de contacto de emergencia.
Aguilera sugiere hacer múltiples copias de estos documentos, así como de las llaves de la casa y del automóvil, en caso de que se extravíe el original. Además, subraya la importancia de que cada miembro de la familia tenga identificaciones vigentes de su país de origen. En el caso de padres y madres con hijas e hijos nacidos en los EEUU, es recomendable considerar la solicitud de doble ciudadanía y obtener pasaportes de ambos países.
En caso de deportación de la madre o el padre, esta medida brinda a las y los menores de edad, la posibilidad de viajar con mayor facilidad o de acceder a servicios vitales en el extranjero. “Si sus hijas e hijos ya viajan como ciudadanos”, explicó Aguilera, “les será más fácil integrarse y obtener los servicios que necesiten”.
Paso 5: establecer un fondo de ahorro y buscar asesoría legal
Los procesos de migración pueden ser costosos. Las fianzas para la liberación de un centro de detención pueden comenzar en $1,500 y estos centros suelen cobran sumas considerables por la comunicación telefónica con familiares. Además, en caso de ocurrir la deportación, hay costos adicionales que considerar, como boletos de avión para las y los menores, más gastos de alojamiento.
De ser necesario, Aguilera recomienda destinar entre $5 mil y $10 mil para cubrir estos gastos: “Es difícil ahorrar en esta economía, pero es importante. En una emergencia, simplemente no sabes cuánto vas a gastar”.
Se insta también a las familias a buscar la asesoría de abogados de migración para explorar opciones como el ajuste de estatus o la solicitud de amparo migratorio.
Estos son algunos recursos comunitarios disponibles en San Francisco:
- Mission Asset Fund: Ofrece préstamos para cubrir las tarifas de solicitud del USCIS y proporciona asistencia directa en efectivo a través del Fondo Alma para familias afectadas por la detención de su principal proveedor económico.
- Ciudad y Condado de San Francisco: ofrece asesoría financiera gratuita para ayudar con la planificación de emergencias, incluida la detención migratoria.
- La Raza Community Resource Center: brinda servicios legales de migración gratuitos y de bajo costo, con horarios de atención sin cita previa los lunes, martes y jueves de 10 AM-4 PM.
Otros recursos y apoyos adicionales
A medida que los reportes de operativos del ICE se extienden por el país, grupos de defensa de la comunidad recuerdan a las familias que la planificación de emergencia no sólo debe centrarse en la deportación, ya que los desastres naturales y otras crisis también pueden separar a las y los menores de sus cuidadores.
En el Distrito Escolar Unificado de San Francisco (SFUSD, por sus siglas en inglés), las autoridades escolares promueven un enfoque o estrategia para disminuir el impacto: se anima a madres y padres de familia a comenzar por lo básico, como llenar las tarjetas de contacto de emergencia de sus hijas e hijos, y continuar con pasos más complejos, como imprimir y llenar un Atestado de Autorización de Cuidado.
“Es verdaderamente horrible que una persona que ha soportado tanto trauma para llegar aquí y buscar asilo, y que quizás ya estuvo separada de su hijo o hija durante años, tenga que empezar a pensar en esto de nuevo”, expresó Angelina Romano, coordinadora de distrito del Programa de Comunicación y Solidaridad para Refugiados y Migrantes del SFUSD.
Romano insta a las familias migrantes a apoyarse en su comunidad para obtener ayuda con tareas diarias, como llevar a sus hijas e hijos a la escuela, hacer compras o lavar la ropa. Por su parte, el SFUSD facilita la asistencia a las familias con citas pendientes con el ICE, poniéndolas en contacto con asesorías legales, la Red de Respuesta Rápida de la ciudad y personas voluntarias que ofrecen acompañamiento a sus citas.
También subraya que memorizar la Línea Directa de Respuesta Rápida (415-200-1548), conocer su derechos y contactar oportunamente a proveedores de recursos, son acciones que pueden marcar una diferencia crucial: “Es muy importante que las familias no se aíslen por completo y vivan en ese nivel de miedo”, añadió. “Y si lo van a hacer, al menos intenten encontrar formas de construir comunidad y contar con gente que pueda apoyarles, ya sea en la escuela o con sus vecinos”.


