La artista drag latinx Hilary Rivers fue puesta en libertad tras recibir asilo y salir de la detención de ICE. Foto: Hilary Rivers Instagram.

La drag queen de San Francisco, Hilary Rivers, ha sido liberada de la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y ha regresado a su hogar en San Francisco tras haberle sido concedido el asilo el pasado 20 de septiembre. En una entrevista exclusiva con El Tecolote y 48 Hills, habló sobre la violencia que sufrió en el centro de detención y la larga batalla legal que la trajo de vuelta a San Francisco.

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“Unos días antes de mi cita en la corte, mis amigos me advirtieron que no fuera porque la gente estaba siendo detenida”, dijo Rivers. “Pero yo quería hacer las cosas bien. Sabía que si no me presentaba, podría recibir automáticamente una orden de deportación. Así que fui a la corte con mi abogado”.

El 26 de junio, justo un día después de haber sido nombrada subcampeona en el Trigésimo Certamen Anual Miss & Mr. Safe Latino, un evento de concientización sobre el VIH/SIDA creado por el Instituto Familiar de la Raza, Rivers fue detenida por agentes del ICE a las afueras del tribunal de migración.

Nacida en El Salvador y criada en Guatemala, Rivers huyó a los EEUU en 2023 para solicitar asilo tras sobrevivir a un intento de asesinato y repetidos ataques por ser abiertamente gay.

“Sobreviví a un intento de asesinato y a muchos ataques. Primero me fui a México, con la esperanza de quedarme allí, pero la violencia me siguió”, dijo Rivers. “Finalmente, me vine a buscar trabajo acá en San Francisco. Aquí, por fin me sentí aceptada como lo que soy”.

Lo que pensó que sería una cita de rutina se convirtió en el peor temor de una persona migrante al ser detenida por el ICE. Esto ocurrió después de que el juez indicara que necesitarían más tiempo para revisar el caso el 26 de junio. Fue entonces cuando agentes de ICE se le acercaron.

“Los oficiales preguntaron mi nombre. Me quedé callada. Mi abogado tampoco respondió. Parecían entender que yo era la persona que estaban buscando”, dijo Rivers. “Me agarraron, me empujaron contra la pared y me pusieron grilletes. Mi abogado intentó intervenir, pero lo hicieron a un lado. Me pusieron cadenas en manos y pies. Nunca me habían arrestado. Fue muy traumante”.

Rivers fue llevada primero a la Oficina del ICE en San Francisco y luego transferida al centro de detención Golden State Annex en McFarland, California, donde pasó casi tres meses. Describió haber estado en celdas heladas y superpobladas.

“Tuvimos que estar de pie durante horas porque no había espacio para sentarse, no había aire, y estábamos congelados”, afirmó.

El mes pasado, una coalición de organizaciones por los derechos de las personas migrantes presentó una demanda colectiva contra la administración Trump, impugnando las detenciones de solicitantes de asilo en los tribunales y por las malas condiciones en que tenían a las personas detenidas en la Oficina del ICE en San Francisco. La demanda sostiene que las personas migrantes son a veces retenidas durante días en condiciones “punitivas e inhumanas” mientras esperan ser transportadas a los centros de detención.

A pesar de informar al personal de que formaba parte de la comunidad LGBTQ, Rivers dijo que no hubo protección contra el acoso o la violencia sexual.

“El personal no me protegió. Una persona entró en mi habitación cuando la puerta estaba cerrada con llave, y otra vez me desperté con alguien tocándome”, relató. “Lo reporté usando el sistema de la tableta y hablé con el personal. Me dijeron que habría una ‘investigación’, pero nada cambió. Más tarde vi papeleo que no coincidía con el lugar donde realmente me habían alojado, como si las unidades estuvieran mal etiquetadas”.

Tras meses en detención, a Rivers le fue concedido el asilo y fue liberada el sábado 20 de septiembre. Desde que regresó a casa, se ha estado recuperando del trauma físico y emocional que sufrió.

“Salí a darme cuenta de que había perdido prácticamente todo, la vivienda y mis pertenencias. Faltaban algunos documentos. Literalmente me tocó comenzar de cero. Estoy todavía intentando estabilizarme. Psicológicamente estoy destruida y físicamente, todavía necesito cirugía en la pierna, que empeoró durante la detención. Pero soy libre, y eso me da fuerza”.

Se ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para ayudar a Rivers a reconstruir su vida y cubrir sus costos médicos. A pesar de todo, ella asegura que se niega a rendirse: “Tenemos que luchar por nuestros sueños. Pagué un precio muy alto, pero nada es imposible. No dejes que te quiebren. No firmes cosas que no entiendas. Conoce tus derechos. Todos tenemos el mismo valor, no importa de dónde seamos”.

El Tecolote contactó al ICE para obtener su derecho de réplica, pero los oficiales dijeron que no podían responder sin tener información personal del caso, la cual Hilary se negó a compartir por razones de seguridad.