El próximo mes de abril será el 23º recuento del censo, un esfuerzo nacional de contar a todas las personas que residen en los EEUU, independientemente de su edad, estado migratorio o de si tienen un hogar.

El recuento del censo tendrá dos efectos muy importantes en nuestra comunidad por dos razones.

En primer lugar, porque el gobierno federal y muchas fundaciones privadas lo utilizan para distribuir recursos: para calcular la distribución de entre 300 y 400 billones de dólares destinados a programas federales como Head Start y the Women, Infant and Children (WIC) o el programa nacional de almuerzos en las escuelas. También se utiliza para distribuir dinero para programas de acogida de menores, programas para ancianos, becas para desarrollo comunitario, bonos para la vivienda de ‘Sección Ocho’, ayudas de desempleo, educación para adultos y reinserción de ex-convictos.

Los gobiernos estatales y municipales lo utilizan para distribuir fondos para construir edificios públicos, carreteras, sistemas de transporte o puentes que generan puestos de trabajo.

En segundo lugar, el recuento se utiliza para determinar el número de representantes de los ciudadanos en el congreso de los EEUU. El establecimiento de los distritos legislativos se basa en el recuento de toda la población del país, independientemente de su edad o estado migratorio. Todas las personas cuentan.

Al haber sufrido otros estados del país un crecimiento demográfico mayor al de California durante la pasada década, los analistas políticos creen que si hubiera un recuento significativamente a la baja este año, California podría perder un representante en el congreso.

El no contar a todas las personas ha sido un problema constante para la gente de color y pobre de cualquier raza u origen étnico, lo que ha resultado en menos recursos para la gente que más los necesita.

Fuentes fidedignas estiman que por cada persona obviada, se perderán entre $1.000 y $1.600. En la Misión, si no se contara a 500 personas, se perderían como mínimo $500.000 en ayudas federales.

Y como el próximo recuento no será hasta el 2020, significaría una perdida de 5 millones de dólares cuando más lo necesitamos.

No contar a toda la gente sucede por varias razones, incluyendo temores e ideas equivocadas aunque legítimas. La xenofobia hace que inmigrantes indocumentados teman que la información vaya a los agentes de inmigración. Los inquilinos que viven amontonados y los caseros que les alquilan temen que la alcaldía los descubra y los bote o los multe. Y los padres de familia piensan que sus hijos no cuentan.

La información es confidencial. El ‘Código de los EEUU’ establece que ninguna agencia, ni si quiera el FBI o el ICE, puede acceder a esta información del censo. Y los tribunales han mantenido esta posición.

Sin embargo esta garantía no será suficiente y tenemos que hacer un esfuerzo para contar a todas y cada una de las personas en la Misión. Usted puede colaborar de la siguiente manera:

• Rellenando el formulario del censo y regresándolo antes del 1 de abril.

• Participando en el ‘Comité de recuento completo de la Misión’. Comuníquese con Martha Dueñas en Acción Latina/El Tecolote: 415-648-1045 o maduenas@accionlatina.org para más información.

• Trabajando para la oficina del censo. Los puestos de trabajo pagan $20 a la hora o más, a tiempo completo o parcial. Y necesitan muchos trabajadores bilingües. Visiten la página de Internet www.2010censusjobs.com para recabar más información.

Más información: http://2010.Census.gov.