Una lápida en forma de cruz como las que se ven en un área de tumbas del Cementerio Mountain View de Oakland. Photo Lulu Orozco

Conforme se aproxima lentamente el 2 de noviembre, Día de los Muertos, los cementerios despiertan con las flores y los visitantes que acuden recordando a aquellos que se han ido, pero que nunca se olvidan.

El Misión Dolores, anteriormente conocido como la Misión de San Francisco de Asís, es uno de los cementerios más antiguos de San Francisco —fundado en 1776. Allí descansan algunas de las figuras más notables de la ciudad: Don Francisco de Haro, primer alcalde de San Francisco, Don Luis Antonio Argüello, primer gobernador de Alta California, entre otros pioneros indios Ohlone Mowok.

Por ser un cementerio pequeño, fácilmente se aprecia cómo las lápidas han sufrido las inclemencias del clima impredecible, dificultando la lectura de sus inscripciones. Sin embargo, la simplicidad y arquitectura del lugar se siente en todas partes: ángeles refinados adornan las lápidas sólidas, mientras que la hiedra decora el grabado de las cruces. Todo esto en medio de un jardín de rosas que puede ser percibido por la mirada a lo largo y ancho del recinto.

Oakland 87 años después
Dirigiéndose hacia el este de San Francisco se encuentra el Mountain View Cemetery, fundado en 1863 y diseñado por el arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted —el mismo del Central Park de Nueva York. El cementerio cuenta con más de 200 acres de colinas y vistas espectaculares que albergan algunas de las tumbas donde reposan las personas más ricas en la historia del Área de la Bahía.

La simple piedra no siempre ha sido el único tipo de lápida preferido por la mayoría. Con interminables cantidades de acres, el cementerio de Mountain View tiene un columbario, cuatro mausoleos, vastas extensiones de acres para sepultar y un crematorio.
En él se albergan más de 47 tumbas de notables pioneros de la historia, entre ellos: Julia Morgan, la primera mujer en convertirse arquitecto con licencia en el estado de California —diseñó el Hearst Castle y más de 800 edificios en California—, Ina Coolbrith, primera poeta de California, hasta el “Rey del chocolate”, Domingo Ghirardelli, además de Anthony Chabot, Merritt Samuel, entre otros.

El espacio y la energía que se percibe en ambos cementerios transmiten la sensación de comunión entre los vivos, los que son recordados y la naturaleza.

—Traducción Alfonso Aguirre