Benjamin Serratos, de 7 años, protesta frente a la oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EEUU, con sede en San Francisco el 30 de junio.Foto Alexis Terrazas

Al mirar a su hijo Benjamin, de siete años, Guillermina Castellanos no lo podía imaginar.

“Dije: ‘¿Cómo es posible que niños, como el mío que está ahí, que con su manitas se esté agarrando de ese tren’”, Castellanos dijo, refiriéndose a los 52,193 niños inmigrantes que, luego de abandonar sus países de origen, han sido capturados y detenidos en la frontera de los EEUU desde octubre pasado. “Eso me partió el alma como madre de familia”.

Castellanos, al lado de su hijo e hija, Precious, de once años, fue una de las cerca de 50 personas que protestaron frente a la oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EEUU (ICE, por sus siglas en inglés) en San Francisco este 30 de junio, exigiendo la liberación de los niños, en su gran mayoría provienentes de Centroamérica.

“Es algo que se ha vuelto cada vez más difícil de soportar”, dijo Bruce Neuburger, profesor de inglés como segundo idioma (ESL, por sus siglas en inglés) en el City College de San Francisco. Neuburger trabaja con la Stop Mass Incarceration Network, organizadora de la protesta de ese día. “Creo que es tiempo de que la gente que se ponga de pie, apoye a estos niños y exiga se les permita quedarse aquí”.

Castellanos, cofundadora de La Colectiva de Mujeres, tuvo mucho apoyo durante la protesta, incluyendo el de Mariana Aguilar.

“Yo tengo conexión a eso”, dijo Aguilar, explicando que su hijo de 27 años al cruzar la frontera, fue secuestrado por Los Zetas, una organizacion criminal en México. Su hijo escapó y ahorita se está escondiendo. “Es algo bien difícil”, declaró.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los EEUU dice que el número de niños sin padres en la frontera ha crecido un 99 por ciento desde el año fiscal anterior. Por ese aumento, muchos de los centros de detención en la frontera suroeste y de Texas están por encima de su capacidad.

Las cifras muestran que 15,027 de los menores detenidos desde octubre son de Honduras; 12,670 de Guatemala; 12,146 provienen de México y 11,436 de El Salvador.